Mundo > política
Expectativas en 140 caracteres: ¿podrá cambiar El Salvador su presidente tuitero?
El nuevo presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien asumió el pasado 1° de junio, se distinguió de sus oponentes en la campaña electoral por su particular y avanzado uso de las redes sociales. Sus mensajes y denuncias fueron lanzadas a través de Twitter y Facebook y con ello logró generar empatía y acaparar la atención sobre todo de los electores más jóvenes.
Apenas realizó reuniones y viajes al interior del país, e incluso rechazó acudir a debates presidenciales a los que sí acudieron sus contrincantes. Prefirió dar prioridad a otra forma de hacer política y así es como en febrero ganó las elecciones presidenciales con más del 53% de los votos bajo la sigla de la conservadora Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA). Con esa victoria rompió con casi tres décadas de bipartidismo entre la Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
A lo largo de estos primeros 11 días de mandato, las redes sociales siguen siendo su herramienta principal. Con la frase "se le ordena", Bukele transmite vía Twitter desde medidas que intentan acabar con la impunidad de los militares que participaron en masacres durante el conflicto armado (1980-1992) hasta destituciones de funcionarios vinculados al anterior gobierno del FMNL y nombramientos de otros nuevos.
Aunque también se permite bromas y el lunes, por ejemplo, tuiteó: "Se les ordena que vayan a dormir", que recibió más de 28.000 likes.
Esa manera de actuar ha sido aplaudida por muchos ciudadanos debido a la novedad que supone, pero también muy criticada por amplios sectores de la población que consideran que aún falta por conocer la verdadera hoja de ruta que seguirá el presidente durante su mandato o si afrontará las reformas estructurales que necesita el país centroamericano, uno de los más pobres y violentos del continente.
La hoja de ruta
“Todavía estamos esperando qué va a hacer (el presidente Bukele) sobre su estrategia de país. Desde que asumió el gobierno anunció medidas más aisladas, más publicitarias, más para dar a entender que tiene el control, que es un hombre de fuerza, pero no ha mostrado cuáles son las acciones estratégicas que va a desarrollar”, explicó a El Observador el abogado Eduardo Escobar, director ejecutivo de Acción Ciudadana, organización que monitorea el financiamiento político y las elecciones internas de los partidos en El Salvador.
El país centroamericano, por ejemplo, “no cuenta con una regulación legal adecuada y moderna para el empleo público”, añadió Escobar, quien recordó que existe una ley de servicio civil que tiene cerca de 50 años, con todas las deficiencias que eso puede implicar.
Las destituciones de familiares del expresidente Salvador Sánchez Cerén evidencian que Bukele se ha centrado en eliminar el nepotismo en las entidades del Estado e incluso aseguró, también vía Twitter, que el grupo familiar del exmandatario “se llevó más de seis millones de dólares en su quinquenio".
Sin embargo, aseguró Escobar, el nuevo presidente “se ha quedado ahí”, y si de verdad quiere dar un paso más, debería crear una política pública que apoye una ley de la función pública que permita evitar el nepotismo.
“Él basa su apoyo en los votantes, no lo piensa desde y con las instituciones, sino que invoca al pueblo por medio de las redes sociales y eso se notó desde el primer momento en su discurso de toma de posesión”, agregó Escobar.
Por otro lado, el analista Julio Valdivieso sostuvo que aún es demasiado pronto para evaluar si va a hacer las reformas estructurales que necesita el país y afirmó que al menos el nuevo presidente está dando señales en tan solo unos días, algo que no hicieron los anteriores gobiernos de Arena y el FMNL durante casi 30 años.
“Por supuesto que deberá cuidarse toda la parte formal en la toma de decisiones, pero (Bukele) está demostrando que lo que prometió lo va a cumplir y creo que va a hacer las reformas estructurales que el país necesita por el bien de El Salvador”.
El apoyo del electorado
Cabe recordar que Bukele, quien aprovechó el hartazgo de la población hacia los partidos tradicionales para ganar los comicios, fue expulsado en 2017 del FMNL y se inscribió en varios partidos para poder presentarse a las elecciones, gobierna con poco apoyo del parlamento salvadoreño. Basa por tanto su apoyo en los votantes y utiliza así las redes sociales para no defraudarlos y demostrar a la ciudadanía que puede hacer cambios.
“Está tratando de dar frescura y de que sus jóvenes votantes le apoyen. Es parte de una estrategia que está siguiendo y ahora habrá que esperar a las comunicaciones oficiales que salen desde Presidencia (…) que nos ha comunicado que se están realizando auditorías fiscales y forenses a los procesos y a las instancias de gobierno para luego proponer al mandatario los cambios estructurales”, señaló Óscar Campos, coordinador de Transparencia y Anticorrupción de la asociación Iniciativa Social para la Democracia en El Salvador.
También recordó que hay otras situaciones que no se están atendiendo, pues por el momento no existe ninguna instancia que se encargue del cumplimiento de compromisos internacionales en materia de lucha contra la corrupción, ni de inclusión y participación ciudadana.
Lo que no se puede negar es que, a pesar de su cortísimo tiempo como presidente, Bukele ha sabido generar expectativa en distintos actores y, entre amplios sectores de la castigada sociedad salvadoreña, esperanza. Queda por ver si este empresario de 37 años de orígenes palestinos es capaz de cumplir con las expectativas que, a golpe de tuit, él mismo se ha impuesto.
