Una voz en off por altoparlante anunciaba el 1° de marzo de 2015 a los representantes de delegaciones extranjeras que se acercaban a saludar a Tabaré Vázquez y Raúl Sendic, recién investidos como presidente y vice. Las miles de personas que se acercaron a la Plaza Independencia a presenciar la ceremonia de traspaso de mando aplaudían casi al unísono cuando escuchaban el nombre de los representantes de países de la región y el resto del mundo. Pero Argentina fue la excepción.
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