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Fiscalía de Lesa Humanidad se reunirá con el Pato Celeste por excavación en busca de desaparecidos de la dictadura
El fiscal especializado en delitos de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, citó a Gustavo Torena, también conocido como el "Pato Celeste", por su excavación en un predio de Lavalleja, en busca de cuerpos de personas desaparecidas en la última dictadura cívico militar, informó el fiscal en entrevista con el programa Periodistas de canal 5 y confirmó a El Observador.
"Se cita a las personas, se les escucha, la dinámica de la Fiscalía no cambia", dijo Perciballe. El fiscal indicó que la denuncia fue "un poco genérica", y que "como esa denuncia han llegado varias" a su oficina.
La Fiscalía de Lesa Humanidad analizará si es competente para avanzar en la investigación de este caso, o si por el contrario deberá derivarla a la Institución de Derechos Humanos (Inddhh), donde Torena radicó originalmente la denuncia sobre la situación del predio.
Hasta el momento no hay fecha ni hora para la entrevista con la exmascota de la Selección Uruguaya, pero Perciballe aseguró que pidió a su oficina que se concrete "cuanto antes".
En mayo, Torena realizó una denuncia a la Inddhh sobre la posible ubicación de restos de desaparecidos en un terreno que perteneció al Estado hasta 2013 y en el que trabajaron militares durante la dictadura.
Sin embargo, decidió comenzar la excavación por su cuenta por la falta de respuestas de la Institución, informó El Observador.
En la INDDHH, por el contrario, sostienen que ellos sí han investigado la denuncia y si no han logrado avanzar más es porque Torena les ha impedido acceder a un testigo clave.
Torena señala en la denuncia que un vecino de la zona de Punta Colorada le relató que mantuvo una relación con el general Amauri Prantl, jefe del Servicio de Información y Defensa durante la dictadura, y que éste, una noche mientras bebían alcohol, le señaló que un campo de Aiguá había matado “tupas y comunistas”.
Según la denuncia, años después ese amigo preguntó en Aiguá si había algún lugar en la zona donde los militares hubieran actuado durante la dictadura. Lo dirigieron al antiguo parador turístico del cerro Pororó, en aquel momento ya trasformado en vivienda particular. El dueño del lugar, Juan Libechts, lo dejó entrar y el amigo de Torena vio unas construcciones que parecían calabozos. Hoy el terreno es propiedad de un ciudadano ruso que le permitió trabajar en el predio.
