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Francia decide su destino entre el centrista Macron y la ultraderechista Le Pen
Los colegios electorales abrieron el domingo a las 8:00 en Francia para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, una elección crucial con réplicas en el mundo. 48.7 millones de votantes están llamados a elegir entre el presidente saliente Emmanuel Macron y Marine Le Pen.
Según los últimos sondeos publicados el viernes, el candidato de La República en Marcha (LREM) se impondría a su rival de la Agrupación Nacional (RN) con una ventaja menor que en 2017, cuando se proclamó presidente con un 66,1% de votos. Sucede que cinco años después, Francia no es el mismo país. Las protestas sociales marcaron la primera mitad del mandato de Macron, la pandemia confinó a millones de personas y la ofensiva rusa en Ucrania sacudió con fuerza el continente europeo.
Hasta el mediodía, un 26,41% ya votó. Le Pen en su bastión de Hénin-Beaumont tiene casi un punto más que en la primera vuelta y unos dos puntos menos que en el balotaje de 2017, según cifras del ministerio del Interior.
La principal preocupación de los franceses durante la campaña fue su poder adquisitivo, en un contexto de aumento de los precios de la energía y de la alimentación.
Pero más allá de escoger entre dos modelos de sociedad, los electores tienen entre sus manos escoger qué lugar en el mundo quieren para esta potencia económica hasta 2027.
La heredera de la Agrupación Nacional propone inscribir la "Prioridad Nacional" en la Constitución para excluir a los extranjeros de las ayudas sociales. Además, aboga por abandonar el mando integrado de la OTAN y reducir las competencias de la UE.
El mandatario saliente busca más Europa, ya sea en materia de defensa, económica y social. También apunta a recuperar su impulso reformista y liberal con una propuesta estrella de retrasar la edad de jubilación de 62 a 65 años, que en 2020 ya creó protestas masivas.
"Entre la peste y el cólera, debemos tomar la decisión correcta", aseguró Pierre Charollais, un jubilado de 67 años en Rennes abogando por un voto responsable en un contexto particular por la guerra en Ucrania y la presidencia francesa de la UE.
La incógnita abstencionista
Los colegios electorales cerrarán a las 20:00 en las grandes ciudades y una hora antes en el resto del país, y tras esa hora se conocerán los resultados. Le Pen podría convertirse en la primera mujer presidenta o Macron en el primero en ser reelegido desde el conservador Jacques Chirac (1995-2007).
La abstención se anuncia como una de las principales incógnitas del balotaje, máxime cuando el desencanto por deber votar de nuevo entre Macron y Le Pen cunde entre parte del electorado, especialmente jóvenes y los votantes del izquierdista Jean-Luc Mélenchon.
Según las primeras estimaciones de los institutos de sondeos, la abstención se situará en torno al 28%, 2,5 puntos más que en 2017 y casi dos puntos superior a la primera vuelta.
Los dos finalistas lanzaron guiños a sus electores durante toda la campaña para tratar de movilizarlos y atraerlos. Le Pen apostó por aparecer como la defensora del poder adquisitivo ante un rival que —a su juicio—, desprecia las clases populares. Macron se esforzó en desmontar el programa de Le Pen y advertir del peligro de la llegada de la extrema derecha al poder.
"Podríamos alcanzar el récord de menor número de votos en una presidencial", dijo el sábado al diario Libération el politólogo Bruno Cautrès, para quien la abstención final de los votantes de izquierdas "no invertiría la tendencia" favorable a Macron.
"Sea cuál sea el vencedor, el país será más difícil de gobernar los próximos cinco años", indicó a la AFP la politóloga Chloé Morin. Una de las claves estará en las elecciones legislativas que se celebrarán el 12 y el 19 de junio.
AFP
