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Fundación Canguro: amor sin falta

Desde hace casi tres años, un grupo de voluntarios se organiza para dar nutrición afectiva a bebés del Pereira Rossell que, por alguna razón, se encuentran privados de cuidado familiar
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14 de mayo de 2019 a las 05:00

[Por Agustina Amorós]

Fundación Canguro es una organización sin fines de lucro que proporciona nutrición afectiva a recién nacidos y bebés que se encuentran en situación de vulnerabilidad familiar en el Pereira Rossell. Este grupo de 350 voluntarios se organiza en turnos para cubrir el trabajo las 24 horas del día, todos los días del año. En conversación con Pamela Moreira, presidenta de la Fundación, conocimos el trabajo de la organización.

¿Cómo surgió Fundación Canguro?

Siempre me gustaron los niños y desde hace 10 años soy voluntaria de Cevip, un hogar de INAU. Los bebés más chiquitos eran mi preocupación mayor, porque los sentía más vulnerables. No había quien contara su historia, quien hablara por ellos, y eso me generó una sensación de enorme desprotección. No desde el punto de vista institucional, pero sí desde lo afectivo. Noté que la gran mayoría ingresaba al hogar con un rezago notorio en su desarrollo. Quise ir desentrañando la madeja que estaba detrás de la vida de esos bebés, y concluí que el denominador común era que venían del Pereira Rossell. Me puse en contacto con las autoridades del hospital y formamos un grupo de voluntarios para focalizarnos en las necesidades afectivas de los recién nacidos que no cuentan con cuidado familiar. Fundación Canguro vino a dar una solución a un problema que el hospital tenía desde hacía mucho tiempo, y desde el comienzo hubo una gran apertura. Es muy valorable que un centro sea capaz de ver más allá de la salud física y contemplar el bienestar emocional de los bebés. El Pereira Rossell es verdaderamente pionero en eso y lo valoramos mucho.

¿En qué consiste el trabajo de la fundación?

Brindamos cuidado afectivo a bebés que, por algún motivo, no reciben acompañamiento familiar. Nos encargamos de cuidarlos, mimarlos, alimentarlos y acompañarlos. La nutrición afectiva hace que la salud física del recién nacido mejore muchísimo. Tenemos muchos casos de bebés con bajo peso, o que han nacido de embarazos no controlados. Trabajamos bastante en la succión, la deglución, que en los prematuros cuesta bastante y requiere una mayor dedicación. Eso es lo que podemos ofrecerle al bebé, no solo acompañarlo, sino también contribuir con aquellas condiciones que le permitan su egreso más rápido de las unidades de cuidado.

Nuestro marco de referencia son los Derechos del Niño, y uno de los derechos fundamentales es estar en contacto con su familia de origen. Por lo tanto, en la Sala Canguro, los padres tienen libre acceso. Independientemente de la resolución del juez (que es quien tiene a cargo determinar quién va a continuar con el cuidado del niño una vez que egrese), nosotros pretendemos que, siempre que sea posible, la familia de origen esté presente. Es decir, estamos con el bebé y si viene la mamá pasamos a ser ayudantes. Muchas veces, incluso, “cangureamos” al binomio mamá-bebé.

¿Cuáles son las principales razones por las que los bebés llegan a la sala?, ¿cuánto tiempo, en promedio, permanecen allí?

El caso más común es recibir hijos de madres consumidoras de drogas (sobre todo de pasta base y marihuana). Cuando la mamá ingresa a dar a luz y se detecta la presencia de droga en sangre, el Departamento de Servicio Social del Hospital toma medidas de protección al recién nacido. También recibimos bebés cuyas madres han elegido no hacerse cargo. Otros motivos son hijos de madres en situación de calle, violencia, abuso, trata de blancas, con discapacidades intelectuales o motrices.

Los bebés permanecen en la Fundación hasta que se regulariza su situación. La cifra promedio es aproximadamente 30 días. Lo mínimo que hemos tenido a un bebé fue tres días, y lo máximo cuatro meses.

¿Qué capacidad tiene actualmente Sala Canguro?

Tenemos capacidad para atender a 10 bebés. Surgen situaciones en las que llegan más bebés de los que podemos acaparar. Una solución, cuando tenemos la capacidad colmada, es ir nosotros al bebé. Hemos estado en CTI, en cuidados intermedios, en pediátrico: nos adaptamos a la situación. No puede haber bebés sin acompañamiento. Cuando se conoce el daño que genera la ausencia de cuidado afectivo es algo que, como organización, no podemos permitir.

¿En qué contexto egresan los bebés de la Fundación?

Casi 70% de los bebés egresan con su familia de origen (manejamos un concepto extenso de familia que incluye abuelos y tíos). Otras veces no son vínculos sanguíneos, pero sí personas muy allegadas a la familia las que logran hacerse cargo del bebé. Hay un porcentaje relativamente bajo de bebés en adopción: aproximadamente el 3%, y el resto de los casos son derivados a INAU.

Hemos estado trabajando intensamente para que el porcentaje de bebés internados en INAU sea el mínimo posible. Evitamos que haya pasajes de un entorno a otro, que siempre son muy traumáticos para el bebé y dejan huellas que se ven en el futuro. Coordinamos para esperar a que haya una familia de acogimiento que pueda recibir al bebé, y así evitar el pasaje por un hogar. Podemos decir que este año aún no se ha internado ningún bebé en INAU.

El egreso, una vez que se adopta la resolución judicial, es sumamente rápido. Tenemos un promedio de cinco días, antes hablábamos de meses. Hay muchísima voluntad por parte de INAU para trabajar sobre eso y para nosotros su apoyo es fundamental.

¿En qué consiste el diario del bebé?

Llevamos un diario donde registramos lo que sucede en la vida del bebé: desde que nace hasta que egresa de la Fundación. Y deseamos que quien continúe con el cuidado de ese niño siga completando el diario. Registramos cuándo y dónde nació, la huella de sus manos y pies, el nombre de la mamá y sus características, cómo le gusta dormirse, qué cosas disfruta, entre otros datos. Es información importante para la reconstrucción de su identidad. Sucedió naturalmente que las familias de origen también empezaron a intervenir, dejando algunas líneas o dibujos (sucede que muchas mamás y papás no saben escribir). Quizá el bebé no vuelva a estar en contacto con ellos, pero ahí queda el testimonio de su amor, y para nosotros es un tesoro.

Todos los bebés que pasaron por la Fundación cuentan con su diario. Lo tenemos digitalizado y estamos trabajando para que se incluya también en su historia clínica. De esa manera, la persona tendrá acceso siempre a esa información. Y si en algún momento tiene inquietudes sobre su origen, deseamos que ese material le permita saber que hubo un grupo de gente que lo mimó, lo aupó, lo calmó cuando lloraba, lo alimentó y lo cuidó. Y todo lo hizo por amor. Somos voluntarios, nadie recibe una remuneración por eso. Es una manifestación de amor del más puro. Estamos aquí porque queremos hacerlo, deseamos acompañar al bebé en ese camino. 

Por más información: www.fundacioncanguro.org

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