El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, dispuso la clausura de cuatro consulados en el marco del proceso de reducción del gasto público.
Se trata de los consulados ubicados en las ciudades de Curitiba, Pelotas y Salvador, en Brasil, y el consulado en Los Ángeles, en Estados Unidos.
En las resoluciones en las que dispuso las clausuras, Lacalle Pou argumentó que era necesario “racionalizar los gastos de funcionamiento de las oficinas consulares de la república en el exterior”.
En el caso de Curitiba, el consulado había sido reabierto en 1979, mientras que los de Pelotas y Salvador fueron creados en 2009 y 2003.
El consulado en Los Ángeles había sido creado en 1986, pero en 2019 el gobierno abrió uno nuevo en San Francisco, por lo que ampliará su jurisdicción para brindar una “mayor y más eficiente” asistencia a los uruguayos residentes en Estados Unidos.
Más allá de los cierres de consulados, el Poder Ejecutivo tiene resuelto cerrar las embajadas de Polonia, Angola y Nicaragua.
“A propósito de los recortes que nos han exigido, debemos encarar la triste tarea de cerrar algunas representaciones en el exterior”, dijo el canciller Francisco Bustillo ante la comisión de Hacienda integrada con Presupuesto cuando anunció los cierres.
Para elegir las embajadas que ya se decidió cerrar el Poder Ejecutivo tomó tres elementos en cuenta: que el país no tenga embajada en Uruguay; que el país no sea significativo en la intensidad de las relaciones, y el grado de interés político o de afinidad para Uruguay.
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