Godín, un ídolo para toda la familia

"Esta la voy a cobrar carísima ¡Carísima!". El niño sale con las mejillas coloradas tras atravesar una marea humana. Tiene un fajo de figuritas del álbum del Mundial de Rusia 2018 en la mano y arriba lleva con orgullo la de Diego Godín. Firmada de su puño y letra.

Es un lunes frío y lluvioso. Pero la presencia del capitán de la selección uruguaya atrae a una multitud en el club Enfoque del que Godín es propietario junto al ayudante técnico de la selección Mario Rebollo y los exjugadores celestes Andrés Scotti y Vicente Sánchez.

"Por primera vez podemos estar juntos los cuatro y esa es la razón de este evento, para que los socios puedan ver y disfrutar a Diego antes de irse a Rusia", explica a Referí Scotti, mundialista en Sudáfrica 2010.

El evento se realiza en la canchita de fútbol 5 del club. Cuando las puertas se abren para el público entra una multitud de niños acompañada por adultos.

Godín promete autógrafos y fotos con todos. Pero no son solo los niños los que van por su trofeo. Hay adolescentes, jóvenes, adultos. Padres, tíos y abuelos.

"Vamos a hacer ruido para que Diego termine la nota y empecemos con las fotos", agita Scotti a los presentes. Y el batallón se aponta armado con marcadores, lapiceras, banderas, camisetas, brazaletes de capitán, cuadernolas, pedazo de hojas, fotos y pósters. Todo vale.

La atención a los medios se ve así interrumpida para la esencia misma del evento.

Los niños llaman la atención. Por la genuina alegría que les genera la presencia del ídolo que ven correr allá a lo lejos en un estadio o a través de la televisión.

Todos llevan camisetas futboleras. La mayoría de Uruguay con los números y el nombre de Luis Suárez, Edinson Cavani, Diego Forlán y, obviamente, Godín.

Un chico lleva la 2 que usa el nacido en Rosario, Colonia, en Atlético de Madrid.

Otro lleva la 9 de Luis Suárez en Barcelona.

Entonces algunos recuerdos generacionales cobran vida.

Hace 10 años, o más, otros niños usaban la 10 de Ronaldinho en Barcelona, la 9 de Ronaldo en Inter, la 10 de Kaká en Milan. La de Brasil o la de Argentina.

Los tiempos cambiaron. La revalorización de la camiseta uruguaya hace que ahora haya una comunión muy rica entre jugadores y público, entre ídolos y niños que sueñan con llegar a vestir algún día esa gloriosa tela.

"Siento orgullo porque la gran semilla que se sembró hace 12 años fue la del respeto y eso llegó a la gente. Los jugadores muestran una gran adhesión a la camiseta y por eso el hincha responde", explica Scotti.

Godín no se guarda una sonrisa para cada foto. Toma bebés y niños en brazos, se agacha y saluda con beso a los jóvenes y hasta se funde en un abrazo con una abuela que porta la bandera más grande y tiene las pestañas con rimel al tono: celeste.

Firma camisetas de Uruguay y varias de Nacional (al igual que Sánchez y Scotti, todos con pasado en el tricolor). Pero a los niños se le suman los grandes que dejan un recuerdo al pasar, un consejo para el Mundial y un pequeño mensaje de aliento.

Sudáfrica 2010 fue un antes y un después para el idilio del hincha con la selección uruguaya.

En ningún evento pasa desapercibida la presencia de los jugadores que desde hace años tienen como norma disponer tiempo para los hinchas.

Godín se irá a Rusia con sobrepeso de besos, abrazos y aliento.

"Uruguay va a estar a la altura de la competencia en el Mundial. Puede ser salir campeón del mundo o quedar eliminado en el grupo, pero sé que los muchachos van a dar su máximo esfuerzo. Mi candidato es siempre Uruguay, pero la historia no cuenta, va a ganar el que se encuentre en su mejor momento", dijo Scotti.

"Estoy muy contento por la expectativa que hay por el Mundial, lo veo muy bien, pero es muy difícil. Hay que ir partido a partido, influyen un montón de circunstancias. Me encanta la ilusión que hay, un Mundial es para disfrutar y ya sabemos que los jugadores van a dejar el 120%. Ojalá que puedan traer la copa", dijo Sánchez.