La interna de la Fiscalía General de la Nación suele ser comidilla para operadores judiciales, políticos y periodistas. Pero esta semana explotó en los medios y la opinión pública. ¿La razón? El nuevo fiscal de delitos sexuales, Raúl Iglesias, se enfrascó en una polémica pública con el fiscal de Corte, con la intersocial feminista, con algunos periodistas. ¿El motivo? Dos decisiones que tomó a poco de llegar a ese cargo: cerrar 300 causas de abuso sexual y anunciar que pediría la excarcelación de los acusados por la violación del Cordón para que cumplieran la pena con prisión domiciliaria.
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