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Guerra de Ucrania generó diferencias irreconciliables en el FA respecto a la responsabilidad de Rusia y la OTAN
Con un espectro que va desde el comunismo hasta la socialdemocracia, cualquier intento de alcanzar un pronunciamiento común sobre asuntos de política internacional obliga a los sectores del Frente Amplio a negociar y ceder posiciones. El resultado puede ser o bien una declaración graduada que refleje los "puntos de encuentro" entre las distintas visiones, o documentos separados que evidencien posturas irreconciliables.
Esa segunda situación fue lo que ocurrió recientemente en la coalición de izquierda, cuando la Comisión de Asuntos y Relaciones Internacionales del Frente Amplio (Carifa) pasó a la cúpula de la fuerza política dos informes con "diferencias importantes" respecto al conflicto entre Rusia y Ucrania. Esas fueron de hecho las palabras que empleó el presidente del FA, Fernando Pereira, cuando propuso a la Mesa Política dar un plazo de unas tres semanas para intentar arribar a una "síntesis política", o en caso contrario archivar los documentos.
Según dijeron fuentes de la izquierda a El Observador, uno de los informes reunió el consenso de casi todos los sectores, pero la agrupación Fuerza Renovadora, liderada por el senador Mario Bergara, aportó el suyo propio desmarcándose de la postura mayoritaria, por no coincidir en la atribución de buena parte de la responsabilidad a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y a Estados Unidos.
El análisis se remonta a fines de febrero, cuando Pereira encomendó a la Carifa –en la que por esos días asumió Ariel Bergamino como nuevo presidente– a realizar un estudio más profundo del conflicto que se había abierto en el plano internacional.
El texto concebido en ese ámbito obtuvo el visto bueno del MPP, el Partido Comunista, el Partido Socialista, la Vertiente Artiguista, la 711, Asamblea Uruguay, el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), entre otros.
Sin embargo, el sector de Bergara escribió una interpretación distinta de los hechos, tarea que recayó en Gabriel Papa (exasesor del Ministerio de Economía) y el docente de historia Fernando López D'Alessandro.
Los informes remitidos a la presidencia del FA tienen divergencias sustanciales a la hora de establecer el nivel de responsabilidad de Rusia en el conflicto.
"Consultados los compañeros de Fuerza Renovadora, manifestaron que era bueno que se elevaran los dos informes juntos. No se avinieron a buscar puntos de encuentro", dijo a El Observador el dirigente de la Vertiente Artiguista, José Bayardi. El exministro de Defensa –que fue uno de los principales redactores– reconoció que en la Carifa "se plantearon discrepancias por que no se buscara el consenso".
Carlos Alejandro, dirigente de la lista 711 fundada por Raúl Sendic, afirmó que el hecho generó "mucha preocupación". "Llevo más de 30 años en la Carifa y, salvo en el tema del TLC con Chile, siempre habíamos generado posicionamientos de consenso. Esto es una nueva forma que no comparto, porque rompe con una tradición que está establecida en los estatutos. Me preocupa que a futuro pase a ser así", sostuvo.
"El FA ha sido sabio en generar las instancias políticas para tener posiciones conjuntas. Hemos sacado resoluciones sobre temas controversiales, donde muchos no dicen nada hacia afuera –porque puede caer muy mal hablar mal de Cuba dentro del FA o en el movimiento sindical– pero en la orgánica hacen cuestionamientos profundos. Lo importante es seguir buscando consensos", reclamó.
Consultado sobre el tema, Gabriel Papa prefirió no expresarse sobre asuntos internos.
Entre Rusia, EEUU y la OTAN
El informe en mayoría aclaró desde el inicio su "rechazo" a los conflictos armados, en tanto el tema podría haberse solucionado por la vía diplomática "si hubiera existido voluntad de las partes". El texto de siete páginas –al que accedió El Observador– concede que existe una actitud imperialista por parte del gobierno de Putin pero pone el foco en que "el fracaso de la solución pacífica no solo corresponde a Rusia", sino también a Ucrania, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y "particularmente al gobierno de Estados Unidos (EEUU), por ser el país que hegemoniza las decisiones de la OTAN.
La Carifa se despacha contra la administración de Joe Biden que, ante el "declive de su hegemonía global y el ascenso" de China, "pretende recuperar espacio por lo menos a nivel euroasiático". Sobre esa tesis desarrolla buena parte del informe: sostiene que Biden, aparte de querer debilitar a Vladimir Putin, "apunta a reafirmar el liderazgo de cara a las elecciones legislativas" y a "favorecer a los sectores vinculados a la industria armamentística y a sus empresas energéticas".
Los sectores del FA refieren a la "trampa de Tucídides", para establecer que "cuando hay una potencia hegemónica instalada, ante el ascenso de otra potencia (China), se generan las condiciones para el enfrentamiento que puede derivar en guerra". La Carifa enumera que "el compromiso de George Bush de no extender las fronteras de la OTAN al Este se fue violentando ya desde fines de la década de 1990", ante el "rechazo de Rusia en cada oportunidad". También reprocha el apoyo de líderes occidentales al Euromaidan, las manifestaciones en la plaza de Kiev en 2014 ante la suspensión por parte del entonces presidente Victor Yanukovich del acuerdo con la Unión Europea.
Es con este enfoque más crítico de Occidente que el informe de Fuerza Renovadora muestra su principal discrepancia, al cargar las tintas especialmente contra los movimientos de Rusia.
El documento de cinco páginas de Papa y D'Alessandro coincide con el diagnóstico de la Carifa respecto al "paneslavismo de matriz conservadora" de Putin pero interpreta que el Kremlin encontró en la expansión de la OTAN "la excusa perfecta".
Los autores endilgan a la ambición de Putin –que "trae recuerdos penosos de los viejos fascismos y del nacionalismo católico de Falange española"– haber "precipitado la guerra", "entrampada" eso sí "en un corral de ramas en tanto con las sanciones quebró el espinazo de su economía y los expropió".
Mientras que la Carifa apenas se detiene sobre el reconocimiento por parte de Rusia de la autonomía de las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk –de alguna manera el disparador del conflicto armado–, el sector de Bergara concluye que "la apropiación de Crimea (2014), la manipulación de la secesión en el Donbás, son parte de un libreto tan conocido para excusar las guerras que no vale la pena perder el tiempo en analizar 'el drama' de los rusos en sus llamadas 'repúblicas'". Putin, recuerdan los representantes de Fuerza Renovadora, "desde hace tiempo hace declaraciones donde niega la existencia de Ucrania como nación".
El informe mayoritario de la Carifa propone por su lado que la solución radica en un "compromiso de Ucrania y de la OTAN, en cuanto a la no integración de Ucrania a la alianza atlántica, independientemente de su integración o no a la Unión Europea". Sobre el futuro de Donetsk, Lugansk y Crimea, sin embargo, apuntan que "se mantiene en suspenso porque los términos de las negociaciones han ido mutando con la lógica de los acontecimientos".
Fuerza Renovadora, en cambio, remarca que "Ucrania tiene derecho a elegir su propio destino tanto en la Unión Europea como en la alianza militar que entienda más conveniente y nada ni nadie tiene derecho a coartar su soberanía y menos con excusas tan pueriles como las ofrecidas por los imperialistas de la derecha rusa".
