Mientras incrementaba la protección contra enfermedades infecciosas, los humanos se volvían "cada vez más vulnerables" a las enfermedades autoinmunes, según el estudio

Mundo > Paleogenética

Hace 4.500 años el sistema inmunológico comenzó a mutar para resistir mejor a las infecciones

La afirmación científica surge de comparar el análisis del ADN de 2.300 homínidos europeos hallados en excavaciones con 500 genomas modernos. La respuesta, en detrimento de otras enfermedades, se dio ante un crecimiento poblacional que propició la propagación de patógenos
Tiempo de lectura: -'
16 de enero de 2023 a las 05:02

La paleogenética, disciplina que con la que el biólogo sueco Svante Pääbo ganó el Premio Nobel de Medicina 2022 al descifrar el genoma de los neardentales, describe 10.000 años de evolución del sistema inmunológico de los humanos, proceso que tuvo un punto de inflexión en Europa hace 4.500 años cuando empezó a mutar para resistir mejor a las enfermedades infecciosas, en detrimento de la protección contra otras patologías.

Un estudio publicado por un grupo de especialistas en la revista Cells Genomics rastreó las modificaciones desde el período neolítico, cuando los cazadores-recolectores abandonaron su modo de vida nómada para desarrollar la agricultura y la ganadería. Los científicos analizaron el ácido desoxirribonucleico (ADN) de 2.300 individuos europeos encontrados durante diversas excavaciones arqueológicas, registros paleontológicos que fueron almacenados en una base de datos.

Mediante el desarrollo de un método que les permitió detectar y fechar las variaciones genéticas ocurridas con el tiempo, y combinando las muestras de la base de datos con 500 genomas modernos, detectaron que las mutaciones se concentraron en 89 genes, según explicó en declaraciones a la agencia de noticias AFP Lluís Quintana-Murci, director del estudio.

Para su "gran sorpresa", los científicos descubrieron una frecuencia creciente de estos 89 genes, implicados en nuestra respuesta inmunitaria contra los patógenos, añadió Quintana-Murci, profesor del Instituto Pasteur y del Colegio de Francia. Se trata, por ejemplo, de los genes OAS, que actúan sobre las funciones antivirales, y del gen responsable de los grupos sanguíneos ABO, precisó el investigador.

Según el estudio, las mutaciones ventajosas para la supervivencia humana se fueron acentuando gracias a una selección "positiva" de adaptación al medio ambiente. "También conseguimos fechar a partir de cuándo se hicieron ventajosas, es decir, en los últimos 4.500 años, a partir de la Edad del Bronce", indicó Quintana-Murci.

El artículo detalla que las mutaciones comenzaron al mismo tiempo que se producía "la llegada de la gran migración procedente de las estepas de Asia Central, la de los pueblos de cultura Yamna que habrían traído las lenguas indoeuropeas y de las que todos los europeos llevan hoy huellas genéticas". Esta migración dio lugar a un crecimiento importante de la población europea y proporcionó un terreno fértil para la propagación de microbios patógenos.

El estudio, sin embargo, descarta que los nuevos patógenos hayan sido introducidos en Europa por los pueblos yamna. "Las mutaciones genéticas ya estaban allí antes de esta migración. Es con el crecimiento demográfico que se volvieron ventajosas para combatir las infecciones", precisan los autores de la investigación.

Sin embargo, hubo un "precio que pagar". Mientras se incrementaba la protección contra las enfermedades infecciosas, estas mismas mutaciones hacían que los humanos se volvieran "cada vez más vulnerables" a las enfermedades autoinmunes, como la enfermedad de Crohn, el lupus o la artritis reumatoide, así como a las enfermedades inflamatorias, patologías menos frecuentes y mortales que las infecciosas, lo que explicaría la adaptación del sistema inmunológico al peligro más grave.

"Sabíamos que nuestro sistema se había vuelto menos resistente a las enfermedades autoinmunes e inflamatorias, pero no sabíamos que se remontaba a los comienzos de la Edad de Bronce", detalló Quintana-Murci. El dato no es menor. Refuta la hipótesis higiénica, según la cual fue la llegada de las vacunas y de los antibióticos en el siglo XX lo que habría favorecido el desarrollo de las enfermedades autoinmunes e inflamatorias, frente a la disminución de la prevalencia de las enfermedades infecciosas.

A falta de muestras suficientes en otros continentes, aparte de Europa, los autores del estudio no pudieron averiguar si en todo el mundo se produjo la misma evolución. Sin embargo, los científicos consideran que el descubrimiento será de gran utilidad para las investigaciones médicas y contribuirá al descubrimiento de terapias enfocadas a determinados genes.

Por lo pronto, los especialistas destacan que la paleogenética se constituyó en una disciplina completamente nueva al revelar las diferencias genéticas que distinguen a todos los humanos vivos de los homínidos extintos. Un área que se terminó de consolidar cuando Pääbo logró lo que parecía imposible: reconstruir la totalidad del ADN del neandertal.

El científico sueco, director del departamento de Genética del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, también hizo el descubrimiento de un homínido extinto, el denisova, que logró a partir de datos del genoma recuperado de una muestra de hueso de un dedo pequeño, hecho que permitió detectar la transferencia de genes de estos homínidos al Homo sapiens tras su migración fuera de África hace unos 70.000 años.

Uno de los puntos de partida de la nueva disciplina, que reconstruye las secuencias genéticas de las especies extintas, se relaciona con el desafío que se puso el propio Pääbo, cuando decidió aplicar de forma totalmente novedosa los métodos para estudiar las poblaciones de animales extinguidos a través de restos genéticos al estudio de la evolución humana.

Lo que se puso como tarea Pääbo y su equipo, con el enorme avance de los análisis del material genético a principios del milenio, fue lograr secuenciar el genoma del hombre de neandertal, lo que finalmente se logró en 2010, poniendo de manifiesto cómo el neandertal influyó en nuestra evolución genética y cómo esos cambios se pueden apreciar incluso en nuestros días.

Según María Martinón, médica y paleoantropóloga española, fundadora de la Sociedad Europea para el Estudio de la Evolución Humana, la importancia de la nueva disciplina radica en que los estudios como los de Pääbo y el publicado en Cells Genomics “reconstruyen una parte fundamental de nuestra historia evolutiva" y “proporcionan datos sobre el origen del Homo sapiens y el tipo de interacción que mantuvimos con otras especies de homínidos ya extinguidos”.

(Con información de AFP y BBC Mundo)

    Comentarios

    Registrate gratis y seguí navegando.

    ¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

    Pasá de informarte a formar tu opinión.

    Suscribite desde US$ 345 / mes

    Elegí tu plan

    Estás por alcanzar el límite de notas.

    Suscribite ahora a

    Te quedan 3 notas gratuitas.

    Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

    Esta es tu última nota gratuita.

    Se parte de desde US$ 345 / mes

    Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

    Elegí tu plan y accedé sin límites.

    Ver planes

    Contenido exclusivo de

    Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

    Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

    Cargando...