Honduras era hasta el momento uno de los 14 países que reconocían diplomáticamente a Taiwán, quedando ahora Taipei debilitado en sus aspiraciones independentistas de China, que mantiene históricamente su derecho a la soberanía sobre la isla.
Poco después del anuncio de Honduras, Taiwán confirmó que los lazos se habían cortado formalmente.
El canciller taiwanés Joseph Wu dijo en una conferencia de prensa que “para salvaguardar la soberanía y la dignidad nacional, hemos decidido cesar de inmediato las relaciones diplomáticas con Honduras y suspender todos los planes de cooperación bilateral”, y agregó que Taiwán estaba pidiendo a Honduras que cerrara su embajada en Taipei.
Por su parte, en un discurso transmitido en video este domingo, la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, dijo que la decisión de Honduras era “muy lamentable”.
“La represión y las amenazas no cambiarán el hecho de que la República de China (Taiwán) y la República Popular China no están subordinadas entre sí”, afirmó Tsai.
“Tampoco socavarán la insistencia del pueblo taiwanés en la libertad y la democracia, y la voluntad de ser parte de la comunidad global”, continuó, y agregó que Taiwán trabajará con países de ideas afines para promover la paz.
China también confirmó la medida, diciendo que había firmado un “Comunicado Conjunto sobre el Establecimiento de Relaciones Diplomáticas” con Honduras el domingo.
“Los dos gobiernos han decidido reconocerse y establecer relaciones diplomáticas a nivel de embajadores, a partir de la fecha de la firma de este comunicado”, expresó en un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
“Solo hay una China en el mundo y el gobierno de la República Popular China es el único gobierno legal que representa a toda China. Taiwán es una parte inalienable del territorio de China”, agregó.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, ya había anunciado el 14 de marzo que el cambio era inminente.
Castro, una dirigente de orientación social demócrata que fue elegida en 2021 por un amplio margen, había anunciado en su propuesta de política exterior durante la campaña electoral, que el país centroamericano buscaba establecer lazos diplomáticos con Beijing.
Taiwán tenía 56 aliados diplomáticos cuando perdió el reconocimiento de las Naciones Unidas en 1971. Ese número se había reducido a solo 22 cuando Tsai Ing-Wen asumió el cargo en 2016 y ha seguido cayendo en los años posteriores.
Ahora, la mayoría de los aliados restantes de Taiwán ahora son pequeñas naciones en América Latina y el Pacífico, y todas las economías más poderosas del mundo cambiaron el reconocimiento a Beijing hace décadas.
Analistas diplomáticos del mundo occidental que China usan el enorme atractivo de su mercado como atractivo para los países que aún apoyan a Taiwán, en lo que denominan una “diplomacia del dólar”.
Cuando las Islas Salomón cambiaron el reconocimiento diplomático a Beijing en 2019, China le ofreció al país del Pacífico US$ 8,5 millones en fondos de desarrollo como contrapartida, según la agencia Reuters.
Paraguay, el país más grande entre los aliados diplomáticos restantes de Taiwán, por otro lado, ha enfrentado restricciones en la exportación de soja y carne a China. Su presidente, Mario Abdo Benítez, llamó abiertamente a Taiwán a invertir US$ 1.000 millones en su país el año pasado para que pudiera seguir resistiendo la “enorme” presión que sufre para abandonar la alianza.
“El ascenso de China se ha convertido en un desafío muy grande para nuestra diplomacia”, dijo recientemente a CNN Johnny Chiang, legislador del partido opositor Kuomintang de Taiwán y miembro del Comité de Defensa Nacional y Exterior del parlamento.
Chinag dijo que Taiwán estaba eligiendo cada vez más no igualar la "diplomacia del dólar" de China, prefiriendo en cambio subrayar valores compartidos, como la democracia.
Tener aliados oficiales ayuda a dar voz a Taiwán en la comunidad internacional. En octubre pasado, por ejemplo, 10 de los aliados diplomáticos de Taiwán firmaron una carta al secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, para criticar la exclusión de Taiwán por parte de la ONU.
“Ellos brindan una voz en la Asamblea General de la ONU, pero su número es insuficiente para influir en el resto, que a menudo vota a favor de Beijing”, dijo J. Michael Cole, asesor principal del Instituto Republicano Internacional con sede en Taipei.
Pero otros factores influyen para que el escaso número de países que lo reconocen sea compensado, por ejemplo, por la relación no oficial de Estados Unidos que, pese a haber retirado su reconocimiento en 1979, parece más fuerte que nunca, a tal punto que la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, hiciera una controvertida visita a Taipéi en agosto, una visita a la que China respondió con enojo realizando ejercicios militares sin precedentes y disparando misiles en cercanías de la isla.
También el actual presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, planea reunirse con Tsai a principios de abril, cuando ella viaje a América Central en viaje que se espera que genera también malestar en Beijing.
Los expertos señalan que Estados Unidos sigue siendo el mayor garante de la seguridad de la isla ante una posible invasión de China y que Estados Unidos suministra armas a Taiwán todos los años, sin una relación diplomática "oficial".
También señalan que las naciones del G7 se apresuraron a expresar sus preocupaciones después de los ejercicios militares posteriores al viaje de Pelosi.
Además, el papel de Taiwán como líder mundial en el suministro de chips semiconductores, que se necesitan para alimentar todo, desde computadoras portátiles hasta armas avanzadas, lo convierte en un socio comercial importante para muchos países de Occidente.
(Con información de agencias)