Jerarca de OPP: “Me gustaría tener un presidente que dirigiera el gobierno”

En el marco de una charla en el comité de base Trouville en la que estaba presente El Observador, el dirigente socialista manifestó que una “debilidad enorme” del Frente Amplio ha sido la “dificultad para generar un relato” y “transmitir las transformaciones históricas” de los gobiernos progresistas. Al ser consultado sobre “cómo ganar la cabeza” de los desencantados de cara a las próximas elecciones, Isabella manifestó que las críticas de los propios dirigentes frenteamplistas han ocultado “las cosas tremendamente buenas que se han hecho” y han generado un sentimiento de “angustia” en la interna oficialista.

Presidencia

De todos modos, aclaró que eso “no significa decir que todo esté bien” y admitió tener “un millón de críticas, de la cotidiana, de cómo funciona el gobierno y cosas más grandes”, incluyendo por ejemplo al presidente de la República Tabaré Vázquez. “A mí me gustaría tener un presidente que hablara con la gente, que se lo viera, que dirigiera el gobierno, que le diera orden a los ministros, que el gobierno fuera todo hacia el mismo lado, que no hubiera lío entre los ministros y uno se entere que se pelearon”, manifestó.

Isabella, que además es delegado del Partido Socialista en la Comisión Nacional de Programa del FA, dijo que “si bien la tensión interna en cualquier partido político es saludable, porque ayuda a no silenciar las críticas, cuando está descontrolado es un problema”. 

–A mí me gustaría tener un presidente que hablara con la gente, que se lo viera, que dirigiera el gobierno, que le diera orden a los ministros, que el gobierno fuera todo hacia el mismo lado, que no hubiera lío entre los ministros y uno se entere que se pelearon.

Fernando Isabella, director de Planificación de la OPP

“Yo me pasé todo este período en un organismo de conducción del Partido Socialista y la sensación con la que uno salía siempre era de angustia, de ‘no estamos a la altura’, o ‘no lo estamos logrando’. Pero eso pasaba a la vez que pasaban todas estas otras cosas, como que Uruguay era de los pocos países del mundo que crecía y a la vez distribuía, y bajaba la pobreza”, apuntó Isabella, destacando que si en 2005 le hubieran dicho que iba a haber “casi un millón de pobres menos”, hubiese contestado que eso “tomaría cincuenta años”.

"Remar a contracorriente"

En el pasaje final de su alocución, Isabella opinó que el Frente Amplio va a “tener que remar contracorriente”, porque “lo que uno no hace a lo largo de cinco años”, no se neutraliza “con propagandas lindas”. 

El jerarca sostuvo que entre los “millones” de frenteamplistas desencantados hay “algunos que hubieran querido un gobierno más de izquierda”, mientras que otros, al revés, “están calientes por los impuestos, por los gremios, y hubieran querido un gobierno más represivo”. “Otros que por la seguridad, otros que por Sendic, otros por Tabaré Vázquez; es infinito”, señaló.

Según Isabella, el descontento “es fruto de ese ruidaje y la incapacidad del Frente Amplio de decir: ‘está bien, pasan un montón de cosas malas, pero todo este conjunto de transformaciones son una parte esencial de lo que hemos hecho’”.

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“Más allá de las críticas, el cambio histórico en el país que ha generado el Frente Amplio en 50 años nuestros nietos lo van a estudiar en los libros como nosotros leíamos sobre el batllismo”, afirmó el dirigente. “Cuando las futuras generaciones pregunten cómo lo vivíamos, y les digamos que lo vivíamos con angustia, va a ser increíble. Esa angustia que tenemos es lo que transmitimos. Y si nosotros los militantes no hemos percibido las cosas tremendamente buenas que se han hecho, obviamente la gente común no lo percibe”, añadió.

“Se nos pasó de largo un momento histórico de transformaciones y no supimos ponerlo en valor. No hemos sabido transmitirlo, sobre todo ahora que además empieza a ser pasado, porque empezamos a tener dificultades”, finalizó.

Reclama que el MEF debata

Durante su discurso, Isabella criticó la “definición interna” del Ministerio de Economía (MEF) de no permitir a sus funcionarios “salir a dar debate”.

“Hay cosas que yo no sé y los compañeros (del MEF) saben y lo podrían explicar mucho mejor, pero tienen esa definición de no dar debate. A mí me parece nefasto eso, porque la democracia necesita eso. Vivimos en un momento donde el flujo de información es infinito, uno es bombardeado todo el tiempo por millones de noticias, buenas malas casi todas malas”, argumentó.

Según Isabella, “la fuerza política tiene el papel de construir un relato”, es decir, “de hacer una interpretación de todo eso que ayude a que la gente ordene la información y pueda posicionarse”.