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Juan Pedro Damiani: "A este Peñarol no lo reconozco"

Juan Pedro Damiani dijo que en el club "se perdió la solidaridad", que en caso de ser electo presidente no pondrá dinero, que si no obtiene la mayoría va a gobernar de forma diferente a Barrera y subrayó: "A este Peñarol no lo reconozco"
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01 de diciembre de 2020 a las 05:01

Juan Pedro Damiani ya fue tres veces presidente de Peñarol y luego de tres años "sin pisar la sede", pretende regresar. Entre otros motivos, explicó que no reconoce a este Peñarol, que "se perdió la solidaridad", que su dupla con DIego Aguirre ya estuvo probada. A su vez, subrayó que a diferencia de gestiones anteriores, no pondrá dinero en la institución y que aunque no obtenga mayoría en el consejo directivo, gobernará de forma diferente a Jorge Barrera.

¿Por qué quiere postularse a presidente?

Porque cuando me fui hace tres años en 2017, ya un año antes veía que el club estaba en un momento muy positivo, se había inaugurado el estadio, habíamos logrado el título de campeones uruguayos, estaban los juveniles explotando, teníamos 100.000 socios. Teníamos todo para seguir creciendo, fermentando. Pero parecía que todo estaba mal y que el club estaba más dividido. Eso fue en 2016. Empecé a darme cuenta y a pensar que quizás el problema era yo y nadie me creía que al otro año me iba. Y me fui. Y después que me fui y que no entré a la sede en estos tres años, me doy cuenta que el club aún está más dividido, entonces vale la pena pacificar, ordenar y unir al club, que es lo más importante. Por eso voy.

“Si no hubiera puesto de mi bolsillo, no habrían existido los Uruguayos 48, 49, 50, 51, 52, ni 5-0 ante Nacional, ni final de Libertadores, ni el Campeón del Siglo”

¿Qué tiene de diferente con quienes van a competir con usted?

Se puede decir que horas de vuelo. Más experiencia en este tema. El fútbol es como son los joyeros, los artesanos, es algo muy diferente a cualquier cosa. Lo que sí creo que tengo a diferencia de otros que son muy buenos peñarolenses, son muchas más horas de vuelo y en esto eso es muy importante.

¿Piensa que van todos los candidatos en su contra?

No lo percibo así. A pesar de que en un momento querían hacer una unidad contra algo y por eso surgió lo de Tealdi y él dijo que estaba afín a todo lo que fuera pro Peñarol. Y ahí te das cuenta cuál es el problema del club. Esa división.

“Me sorprende que si había gente tan capaz, tenían la tierra de la Ciudad Deportiva, vendieron por un montón y no se pudo poner ni una cancha. Eso es falta de gestión. Yo tengo crédito en infraestructura en el club, creo que nunca se hizo tanto como bajo mi mandato”

¿Su pilar más importante se basa en lo deportivo?

El tema es que ya las otras cosas, se hicieron. Se pusieron mojones muy importantes. Desde que asumí en 2008, pasamos raya y dijimos “vamos a hacer las mejores juveniles del país, vamos a construir el Centro de Alto Rendimiento” y se trajo a los mejores profesionales, a Púa y Ahuntchain. Se hizo un estadio, se pasó a 100.000 socios, jugamos la final de la Copa Libertadores, le hicimos cinco goles a Nacional que hacía mucho tiempo que no sucedía. En mis charlas con Diego Aguirre –que también es algo muy importante para mi vuelta al club–, él me dijo: “Creo que nos quedó algo y estamos en edad para hacerlo. Me quiero volver de Catar y quiero hacer algo distinto”. Es un lujo para Uruguay tener a Diego Aguirre, Juan Verzeri y el profesor Piñatares, porque Diego tiene ofertas para ir a cualquier lugar y sin embargo prioriza venir a Peñarol y eso para mí tiene un valor superlativo.

“Cuando nos fuimos, dejamos un fideicomiso por US$ 6,5 millones, toda la venta de Rossi, una institución clasificada para la Copa Libertadores y un plantelazo. Y por si fuera poco, en el estante, mercadería por US$ 35 millones para vender”

Usted tuvo algunas sociedades muy buenas con Diego Aguirre.

Es una dupla probada –en el buen sentido– en el fútbol, porque en el fútbol nunca nada es probado, pero ha coincidido que nos ha ido bien siempre. En 1986, cuando vino a Peñarol, en 1987 que fue campeón de la Libertadores, en 2003, cuando traté de convencer a mi padre y lo hice para que viniera como técnico de Peñarol, en 2010, campeón con una remontada fantástica y le ganamos la final a Nacional por el Uruguayo, en 2011 la final de la Libertadores.

Dentro de esa apuesta deportiva, ¿hay algún nombre de futbolistas?

Veo que el club debe tener más orden. Lo veo bastante desordenado. De esos nombres, no hay ninguno y sé cómo es Diego (Aguirre). Son todos inventos de cierta prensa. Aparte hay gente que está jugando en el club, puntos muy importantes, y vencen 18 contratos.

“En Peñarol se perdió la solidaridad, se ha transformado en un ego de mucha gente, incluido el mío y por eso hay que dar la batalla de generar encuentros”

Cuando se refiere a orden, ¿qué quiere decir?

Orden, porque leí en El Observador una nota que le hicieron a Evaristo (González) y él dijo que tomó el timón de la nave hace un año y medio. Entonces me pregunto: ¿quién conducía? ¿Jorge (Barrera)? ¿Evaristo? ¿Alfie? ¿Scherschener? ¿Ruglio? No sé quién conducía al club. Y ahora parece que lo dejaron solo a Jorge (Barrera). ¿Es él solo? Eso es lo que me sorprende. Hasta del punto de vista humano. ¿Cómo es eso? ¿No decían que Jorge les había dado a todos la posibilidad de trabajar y marcar su impronta? Entonces, ¿cómo es eso?

“En la vida siempre tomás riesgos. Lo más cómodo sería quedarme en mi casa y no entrar en todo esto, pero veo que es necesario intentar que Peñarol vuelva a ser Peñarol. No lo que es hoy. A este Peñarol no lo reconozco”

¿A qué apostaría usted?

Apuesto a sacar lo mejor de cada uno y trabajar tomando decisiones y marcando el rumbo hacia dónde vamos y el rumbo que quiero marcar ahora es ir por la obra fútbol, un gran Peñarol en la cancha, como decimos en la campaña.

El otro día decía Ruglio que los presidentes importantes que tuvo Peñarol, fueron muy presidencialistas y que ese es el ADN de Peñarol. Pero él diferenciaba lo que es ser presidencialista, y los que son así, pero no les interesa lo que piensan los demás. Que lo que está bien es lo que dice usted.

No es lo que yo pienso. Yo pienso distinto. Toda la parte de la AUF se la dejé manejar a Jorge (Barrera) porque era un gran político. La parte de las finanzas del club las manejó Walter Pereyra porque confío plenamente en él y ahora va a trabajar conjuntamente con Amaro como tesorero, –si es que ganamos–, como manejó Catino la parte de formativas. Siempre delegué porque ahí está la clave, delegar en gente que vos confiás y hay gente muy capaz en el club. Lo que pasa que el relato es distinto de la verdad. Se hablaba de una mesa chica, un montón de cosas. Mismo Tealdi, es un caso que trabajó por la mal llamada oposición, que eso voy a tratar de sacar, el tema oficialismo y oposición, él entró por otra gente y yo le di la posibilidad de trabajar y hoy es un valor en la AUF. Yo te digo más: el presidencialismo no es solo en Peñarol, sino en los grandes clubes del mundo.

“Siento en mi vida y fundamentalmente en Peñarol, que ya di todos los exámenes que tenía que dar. Primero era el hijo de mi viejo, después era yo, luego que no se iba a hacer el estadio, que no se iba a hacer lo de los juveniles, que no se podía llegar a una final de la Libertadores. Y eso me ayudó muchísimo. Rendí los exámenes y no tengo que rendirle nada a nadie y eso me da tranquilidad”

¿El tesorero no se negocia si usted es presidente?

Son formas de trabajar. Imaginate que Lacalle le hubiera dado a Astori o que Tabaré Vázquez le hubiera dado a Alfie los números. Tiene que ver con la esencia hacia dónde va. Innegociable es una palabra que no me gusta, es lo que pretendo y es lógico. Hay un viejo dicho que dice que “el que gana conduce y el que pierde, acompaña”. Yo pretendo que todos acompañen, y que sean parte, que estén en la foto del club para las cosas importantes que queremos hacer. Basta de todas estas continuas idas y vueltas. No tengo ningún comité y fui presidente tres veces y mi viejo tampoco tuvo. Es un club de fútbol, somos todos manyas, no hay partidos políticos y aparentemente esa es la matriz que se cambió en el club. Y hace 20 años como se habla. Entonces yo puedo hablar de mis 10 años y allí se hizo un estadio, se ganaron cinco Uruguayos, una Supercopa, se jugó la final de la Libertadores, se dejó armado un plantel para ganar un tricampeonato pero la actual directiva priorizó achicar los gastos a través de un violento cambio paradigmático denominado “profesionalización del fútbol” y arrasó con un ciclo ganador que hace tiempo no se registraba. Ahora, si quieren mirar 20 años para atrás, por qué no miran 50 para atrás cuando estuvo mi padre. Y hay muchas cosas buenas, como Copas Libertadores, Copas del Mundo, un quinquenio, la venida de Morena. Es el amor por el club.

“No haría lo mismo que Barrera. Estoy en las antípodas. Nadie conoce a Jorge como yo y sé que él tiene una forma de gobernar y va a pasar a la historia como el presidente que tendió la mano y que lo dejaron solo. Yo tengo otra forma de ver la gestión del club. Eso se marca con liderazgo”

Cuando decía recién priorizar gastos por parte de la directiva saliente, ¿lo dice por el hecho de que si no hubiera sido así, habrían ganado el tricampeonato uruguayo?

Sí, no tengo duda que estaba dado para marcar una hegemonía brutal. ¿Cómo se puede perder un campeonato en el que se llevaban 13 puntos de ventaja en el Apertura, se desarmó todo el equipo y no se trajo nada? Eso es priorizar, eso es hacia dónde se va. Ahí primó el concepto de caja de Alfie. Es clarísimo. Si hubiéramos tenido la posibilidad de meter un tricampeonato, hoy sería distinta la situación, del club y de Nacional.

De haber sido así, hoy seguramente Barrera sería el mejor dirigente de Peñarol de los últimos 10 o 15 años y capaz que usted no se postulaba a la presidencia.

¿Qué más hubiera querido yo? Pero ahí se priorizó la gestión, achicar y achicar.

“No tengo duda que estaba dado para marcar una hegemonía brutal. ¿Cómo se puede perder un campeonato en el que se llevaban 13 puntos de ventaja en el Apertura, se desarmó todo el equipo y no se trajo nada? Eso es priorizar, eso es hacia dónde se va. Ahí primó el concepto de caja de Alfie. Es clarísimo. Si hubiéramos tenido la posibilidad de meter un tricampeonato, hoy sería distinta la situación, del club y de Nacional”

En este Peñarol polarizado desde hace años, ¿qué pasaría si le sucediera lo mismo que a Barrera quien no logró mayoría en el consejo directivo?

Yo no lo quiero polarizado. Yo no agravié a nadie, leo a todos los candidatos y todos me pegan. Si todos me pegan, por algo será. No haría lo mismo que Barrera. Estoy en las antípodas. Nadie conoce a Jorge como yo y sé que él tiene una forma de gobernar y va a pasar a la historia como el presidente que tendió la mano y que lo dejaron solo. Yo tengo otra forma de ver la gestión del club. Eso se marca con liderazgo, con tender puentes, con entusiasmar a la gente que vamos por un camino excelente. Tengo cero problema si no tengo mayoría. Yo voy a gobernar. Es necesario que vaya mucha gente a votar.

En todos sus años que lleva en Peñarol, ¿piensa que es la elección más pareja por los números que usted tiene?

No, son todas especiales. Al revés, al haber tomado distancia me da la impresión que la gente valoró un montón de cosas que se hicieron. Se hacen bien y mal. Errores hemos tenido montones y aciertos también, como todo en la vida. Hablar, se habla, el hacer es lo más difícil.

“El tesorero debe ser del grupo del presidente. Imaginate que Lacalle le hubiera dado a Astori o que Tabaré Vázquez le hubiera dado a Alfie los números. Tiene que ver con la esencia hacia dónde va”

Los candidatos tienen su forma de llevar la campaña, pero este modo zen que tiene usted hoy, no deja de sorprender por su forma de ser.

Pasaron estos tres años en la vida y uno ve a la distancia las cosas. Es como el pintor de brocha gorda. Si pinto una pared, no veo los defectos. El tomar distancia para mí fue vital. Los años te pasan y ves las cosas de otra manera. Siento en mi vida y fundamentalmente en Peñarol, que ya di todos los exámenes que tenía que dar. Primero era el hijo de mi viejo, después era yo, luego que no se iba a hacer el estadio, que no se iba a hacer lo de los juveniles, que no se podía llegar a una final de la Libertadores. Y eso me ayudó muchísimo. Rendí los exámenes y no tengo que rendirle nada a nadie y eso me da tranquilidad. El llevarte mejor con el tiempo, con el reloj. Antes yo vivía corriendo. También la pandemia que fue un desastre para todo el mundo y seguramente me hizo ver un montón de cosas.

Pero contrastando con su modo zen de la campaña, en abril pasado usted dijo que Ruglio se “Nacionalizó”.

No es que sea modo zen. Lo que no se pierde es la esencia. Se pierde la forma de ver las cosas. De repente tiene mucho que ver la acupuntura que me estoy haciendo.

“Evaristo González dijo que tomó el timón de la nave hace un año y medio. Entonces me pregunto: ¿quién conducía? ¿Jorge (Barrera)? ¿Evaristo? ¿Alfie? ¿Scherschener? ¿Ruglio? No sé quién conducía al club. Y ahora parece que lo dejaron solo a Jorge (Barrera). ¿Es él solo? Eso es lo que me sorprende”

¿Es su amor por Peñarol el que lo lleva a tirarse otra vez a presidente? Porque también es un riesgo…

Hombre tímido no consigue cosas. En la vida siempre tomás riesgos. Lo más cómodo sería quedarme en mi casa y no entrar en todo esto, pero veo que es necesario intentar que Peñarol vuelva a ser Peñarol. No lo que es hoy. A este Peñarol no lo reconozco.

¿Qué le falta para ser Peñarol?

Barrer para adentro. En Peñarol se perdió la solidaridad, se ha transformado en un ego de mucha gente, incluido el mío y por eso hay que dar la batalla de generar encuentros. Pero yo en esto no le estoy pegando a nadie. Cero. Porque hay gente que va a ser muy valiosa para el club.

“Después que me fui y que no entré a la sede en estos tres años, me doy cuenta que el club aún está más dividido, entonces vale la pena pacificar, ordena y unir al club, que es lo más importante”

¿En qué otra cosa lo ve cambiado al club?

Cuando nos fuimos, dejamos un fideicomiso por US$ 6,5 millones, toda la venta de Rossi, una institución clasificada para la Copa Libertadores y un plantelazo. Y por si fuera poco, en el estante, mercadería por US$ 35 millones para vender. Me encantaría recibir así al club. Por eso me asombro cuando leo cosas.

Alguno de sus contendientes dice que Peñarol ahora es autosustentable e independiente y otro que el club debe US$ 7 millones a los jugadores solo de sueldos. ¿A qué apostaría usted de ser presidente?

A la sustentabilidad del club. Es un club de fútbol. El Cr. Amaro me dijo una cosa muy buena: “Yo no quiero que Peñarol pierda un peso, pero no quiero que gane plata”. La utilidad son las alegrías. Entonces, yo no entiendo cómo en un momento trascendental como el año pasado con el tricampeonato –y para mí, seguíamos de largo– se priorizó la caja. Porque el fútbol es una mezcla de pasión y razón. Esto es una iglesia. Peñarol es una religión. ¿Cómo voy a escatimar en eso? ¿Qué cambiaba? Jugar con Progreso en el Centenario, no vender a Lema. Los números hubieran sido los mismos.

Con respecto a los demás deportes, se sumó Luis De María en el básquetbol. ¿Hace autocrítica con relación al básquetbol, que hubiera estado bueno tenerlo cuando usted era presidente?

No. Hay muchas cosas que se hicieron bien y una de ellas fue el básquetbol. Y no solo hay que mejorarlo, hay que ratificarlo. La ilusión la tengo por el trabajo fantástico que hizo Luis y porque soy un manya. ¿Qué mejor alegría puedo tener que levantar la primera Liga Uruguaya para el club? También la inclusión que se hizo con el profesor Bringa con el fútbol para discapacitados, eso hay que profundizarlo.

“Yo puedo hablar de mis 10 años y allí se hizo un estadio, se ganaron cinco Uruguayos, una Supercopa, se jugó la final de la Libertadores, se dejó armado un torneo para ganar un tricampeonato pero la actual directiva priorizó achicar los gastos a través de un violento cambio paradigmático denominado “profesionalización del fútbol” y arrasó con un ciclo ganador que hace tiempo no se registraba”

Desde el punto de vista deportivo, en materia de clásicos a usted no le fue bien cuando estuvo a cargo del club. Perdió muchos más de los que ganó.

No lo sé. Eso tendría que ver. Depende cómo te pares. Si hablo de mi proceso de presidente, me ha ido muy bien. Ahora, si me ponen para atrás con la última etapa del viejo, que lamentablemente no está para defenderse, pero fue uno de los grandes presidentes de Peñarol, es una falta de respeto hacia él. 

Desde el punto de vista de la infraestructura, usted dejó abierta la posibilidad para hacer la Ciudad Deportiva. Hoy todos apuestan a ella, pero no hubo dinero en su momento para hacerla

¿Y cómo no tuvieron dinero para hacerla? Cuando se vendió la sede de la calle Maldonado, compramos una tierra donde se va a hacer la Ciudad Deportiva y me parece fantástico. Pero hoy mi foco fundamental es la obra fútbol. Me sorprende que si había gente tan capaz, tenían la tierra, vendieron por un montón y no se pudo poner ni una cancha. Eso es falta de gestión. Yo tengo crédito en infraestructura en el club, creo que nunca se hizo tanto como bajo mi mandato. Voy a poner gente que sé que hace y voy a invitar a gente de otros grupos para trabajar en la Ciudad Deportiva.

“Mi dupla con Diego Aguirre es una dupla probada –en el buen sentido– en el fútbol, porque en el fútbol nunca nada es probado, pero ha coincidido que nos ha ido bien siempre”

Usted trajo a Púa y luego a Ahuntchain, hizo el CAR. ¿Qué arreglaría de las divisiones menores?

¿Por qué no lo trajeron de nuevo a Ahuntchain? Las formativas son vitales, porque ahí está el futuro, la reserva del club. Voy a ver cómo están y lo veré con todos los compañeros y obviamente con Diego Aguirre y Verzeri. Ellos tienen una experiencia increíble en mercados espectaculares. Veré cómo están las formativas. Espero que estén tan bien como cuando yo me fui.

¿Qué le despierta pasión por Peñarol?

Tratar de hacer algo histórico.

¿Por ejemplo?

No lo sé. No puedo prometer. Lo que puedo prometer es que voy a pensar en grande y no en “chiqui”. Siempre pensé en grande en mi vida y en el club. Un club como Peñarol, si vos bajás la mira, es un problema.

“Tengo cero problema si no tengo mayoría. Yo voy a gobernar”

¿Qué lo entusiasma?

La parte fútbol es lo fundamental en Peñarol, por eso es conocido en el mundo, y la llegada de Diego Aguirre me da un respiro muy importante porque es una persona que quiere mucho al club, conoce mucho de este tema, es “bicho”, muy “bicho”. Por otro lado tengo el tema de Walter Pereyra y Amaro que van a manejar las finanzas del club ordenando, pero pensando en grande, no escatimando, sacando los sándwiches de la directiva o viajando en vuelos más baratos. Hay que pensar en grande. Es como en el fútbol, el que sale a empatar, normalmente pierde.

Hay candidatos que dicen que usted pone dinero en el club y se lleva un importante importe por los intereses.

Una cosa es unificar al club y otra que se le falte a la verdad a los socios y a los hinchas. Cuando mi padre ayudó a Peñarol, es porque nadie le prestaba a Peñarol y el club lo necesitaba. Me encantaría que mi viejo estuviera presente para defenderse, pero es una falta de respeto hacia él, hacia mí y mis hijos, que digan esa barbaridad. Es sorprendente porque la deuda que tienen con mi papá y mi familia, se refinanció a 12 años en 2014 a una tasa bajísima y a pagar mensualmente con los ingresos que tenga el club. Tengo una carta de la directiva que la guardo como un tesoro, en el cual, por unanimidad de los presentes, se encomendó mandarle esa carta al Dr. Decores que es un cuñado mío que fue quien trabajó en todo el tema, y que se sintetiza diciendo que seguramente se unieron las dos pasiones del contador: la familia y Peñarol. En cuanto a mí, puse el dinero para comprar la tierra del estadio y voy a ser el último en cobrar a tasas muy bajas. En cuanto a lo otro, puse porque a Peñarol nunca le dejé faltar nada y seguramente si no hubiera puesto de mi bolsillo, no habrían existido los Uruguayos 48, 49, 50, 51, 52, ni 5-0 ante Nacional, ni final de Libertadores, ni el Campeón del Siglo. Siempre le pedí a los compañeros de la directiva que hiciéramos un fideicomiso y no quisieron. Entonces tuve que aportar. Se acordó en directiva que con la primera venta, se pagaba. Vino la venta de Nahitan (Nández), no cobré, me fui, estaba la venta de Rossi, Jorge Barrera y la directiva me pidieron que aguantara y le firmé el fideicomiso. Recién cuando empezaron a vender jugadores, me pagaron. Nunca les pedí nada que me pagaran. Así que son cosas que faltan a la verdad.

“Con Walter Pereyra y Amaro vamos a implementar una gerencia de negocios internacionales. En este último gobierno del club decían que se estaba internacionalizando la marca y cuando se jugó un clásico en Estados Unidos y no se llenó el estadio, quiere decir que algo no funciona”

¿Está dispuesto a seguir poniendo dinero?

No, no voy a poner dinero. Como dije que valoraba que Evaristo (González) en algún momento colaborara con el club, yo no lo haré. ¿A vos te parece que nosotros necesitamos al club (económicamente)?

¿Cómo se puede modernizar aún más a Peñarol?

Al club le faltó profesionalizarse en la gestión en esta directiva. Todos opinan de todo y los pobres gerentes no saben qué decir. Antes opinaban de todo. Llega un momento que se pierde el management del club, y eso es lo que pasó.

Hace pocos días la revista Forbes dio una lista de los 50 clubes más valiosos de toda América e incluyó a Peñarol en el puesto 44 como el único uruguayo. ¿No piensa que la marca Peñarol se desvalorizó?

Con Walter Pereyra y Amaro vamos a implementar una gerencia de negocios internacionales. En este último gobierno del club decían que se estaba internacionalizando la marca y cuando se jugó un clásico en Estados Unidos y no se llenó el estadio, quiere decir que algo no funciona. Es difícil, pero hay que buscar a nuestra manera, jugadores asiáticos para poder entrar en el gran mercado de Asia. Como una cuestión de marketing, no digo que voy a traer a un jugador asiático por traerlo. Sí por cuestión de marketing porque por ejemplo, en China viven más de mil millones de personas. Entrar a ese mercado.

“Cuando nos fuimos, dejamos un fideicomiso por US$ 6,5 millones, toda la venta de Rossi, una institución clasificada para la Copa Libertadores y un plantelazo. Y por si fuera poco, en el estante, mercadería por US$ 35 millones para vender”

¿Apuesta a darle algo distinto al socio?

Peñarol tiene que liderar lo que puede ser la Liga Profesional, darle un vuelco al fútbol profesional uruguayo. Habría que buscar que los problemas del fútbol profesional sean tratados por gente distinta, porque en la AUF están todos representados y me parece fantástico, pero el fútbol profesional tiene otras urgencias y habría que mejorarlo sustancialmente.

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