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Justicia extendió prisión para estafador que ayudó a narcos a fugarse
El líder de la organización por la que se certificaba a narcos con información falsa sobre enfermedades para que obtuvieran prisión domiciliaria y luego se fugaran, pasará 90 días más en prisión, informaron a El Observador fuentes del caso. Matías Campero, quien se encargaba de la gestión de los certificados, compareció este viernes en audiencia al vencer el plazo de la medida cautelar.
Si bien había habido negociaciones previas entre el imputado y la fiscal Mónica Ferrero para llegar a un acuerdo abreviado y que Campero aceptara la condena a cambio de una reducción de la pena, como informó el programa Así nos va de Carve, finalmente no hubo acuerdo por lo que la fiscalía pidió ampliar la prisión. El juez Fernando Islas dispuso finalmente 90 días de prisión efectiva. Islas subroga a Chamsariam que fue sumariada y separada del cargo justamente cuando se descubrió que dio prisión domiciliaria y permitió trasladarse a Rocha a Miguel Ángel Leal da Costa, uno de los narcos que luego se fugó. El otro fue Juan Antonio González Bica, y un narco de Villa Española.
Según descubrió la fiscal Ferrero en su indagatoria, Campero accedía a historias clínicas de personas realmente enfermas que tenían, en su mayoría, un código QR, modificaba los datos identificatorios de la persona y dejaba el resto de la información.
La fiscalía continúa investigando si fraguaba las pericias del Instituto Técnico Forense (ITF), que en su mayoría se suben al sistema interno del Poder Judicial y están certificadas con firma electrónica.
Campero ya tenía antecedentes. En 2019 había adquirdo una camioneta Kia Sportage que había comprado, sin papeles, por US$ 13 mil y unos meses antes había sido condenado por siete delitos de estafa, tras inducir a víctimas arreglando el pago de dinero por conceptos relacionados a la compra de autos que después nunca se concretaba.
En aquel momento contó que vivía en la zona de Tres Cruces, era enfermero y trabajaba en un seguro de salud privado. Dos años después, fue convocado a una audiencia en el juzgado de Ejecución por incumplimiento de la condena y dijo que trabajaba en una carnicería y que había viajado a Rivera por trabajo y había vivido dos meses en Atlántida. También contó que estaba estudiando Derecho y que adjuntaba el certificado que comprobaba el avance en sus estudios.
