Era un verano de principios de los años de 1990 en Punta del Este.
Francisco "Paco" Casal era, por entonces, el gran representante de los futbolistas uruguayos a quienes colocaba en el mejor fútbol del mundo en ese momento: el calcio italiano.
Casal tenía a la enorme mayoría de los jugadores con los que comenzó su imperio que sigue hasta estos días.
En aquel verano, hubo un encuentro que se dio casi por casualidad.
Pelé vino unos días a pasar sus vacaciones en Punta del Este y tuvo distintas actividades.
Una noche se encontró con César Luis Menotti, el técnico que sacó campeón del mundo a Argentina por primera vez en aquel Mundial de 1978 que se disputó en la vecina orilla.
El gran entrenador argentino, quien por entonces había dirigido a Peñarol, había jugado con Pelé durante la temporada 1968 en Santos de Brasil.
Fernando Álvez, a su vez, era el arquero de Peñarol, el que salvó al equipo de recibir varios goles por la forma en la que Menotti hacía jugar al mismo, es decir, al achique, salvando innumerables mano a mano contra distintos rivales.
Menotti fue el anfitrión e invitó a la cena a Álvez -de quien se hizo amigo-, Paco Casal y Pelé.
La charla de fútbol se extendió hasta la madrugada y pocos días después, el ahora exastro brasileño volvió a su país.
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