La Comisión Europea presentó un plan para frenar el precio del gas en el mercado continental

Lo hizo bajo la fuerte presión que implica la proximidad del invierno boreal y el creciente malestar social en los países del bloque por los fuertes aumentos de las tarifas de luz y gas desde que comenzó la guerra en Ucrania y luego que Rusia suspendiera sus envíos a través de los ahora daños gasoductos Nord Stream 1 y 2.

Según la iniciativa a la que tuvo acceso la agencia de noticias AFP, la reforma que discutirán los jefes de Gobierno del bloque en la capital belga implica adoptar “un rango de precio dinámico" para impedir los "precios extremos" hasta que se reforme el mercado de gas denominado TTF (Title Transfer Facility, por sus siglas en inglés), que sirve de referencia para las transacciones de los operadores europeos.

De acuerdo con lo anticipado por la CE, el nuevo indicador, que funcionaría como un “índice alternativo” de referencia, debería estar en funcionamiento como máximo en marzo del año que viene. La propuesta, además, incluye medidas para hacer concretar las compras en bloque y obtener mejores precios que faciliten la reposición de las reservas antes de la llegada del invierno boreal de 2023.

De aprobarse este último punto, los 27 países de la UE deberían comprar conjuntamente el 15% del volumen necesario para alcanzar el objetivo de llenar los depósitos gas al 90% antes del 1 de noviembre de 2023 y los gobiernos se encargarían de movilizar a sus empresas locales para que participen en el plan.

Según los especialistas del sector, el paquete apunta a impedir que la competencia entre los países del bloque impulsen subas adicionales en un mercado caracterizado por una fuerte reducción de la oferta y una demanda inelástica, como la registradas en el último verano por la premura con que los países salieron al mismo tiempo al mercado a adquirir volúmenes suficiente para completar sus reservas estratégicas.

"Sabemos que la demanda de energía de Europa es muy grande, por lo que es lógico que, en lugar de competir entre sí, los Estados miembros de la Unión Europea y las compañías energéticas aprovechen su poder adquisitivo conjunto", declaró la presidenta de la CE, Ursula Von der Leyen en declaraciones recogidas por AFP.

La nueva propuesta se da luego que en marzo pasado fracasara la plataforma de compra comunitaria que impulsó la CE, iniciativa que concluyó poco después de lanzada sin que se registran transacciones debido a que los países que integran la UE continuaron negociando c cada uno por su cuenta.

“Hoy, la comisión propuso establecer un acuerdo estándar que garantice que cualquier país en situación de emergencia recibirá gas de otros Estados miembros a cambio de una compensación justa", afirmó Der Leyen. La funcionaria, además, precisó que el paquete incluye autorizar a los Estados del bloque a tomar medidas excepcionales para reducir el consumo de los denominados "clientes protegidos", término legal que engloba a hogares, hospitales y pequeñas empresas.

Hasta el momento, con excepción de Hungría que se opone a la iniciativa, los miembros de la UE coinciden en la necesidad de intervenir el mercado energético como una forma de evitar que los hogares y las empresas abonen facturas exorbitantes, pero siguen acordar la modalidad.

Según la prensa europea, la posición mayoritaria, respaldada por 15 estados, promueve la fijación de un precio tope para todo el gas importado por el bloque sin considerar si el suministro proviene de Rusia o de otro mercado, o si llega por gasoductos o en barcos, como es el caso del gas natural licuado proveniente de Estados Unidos y el Golfo Pérsico.

Otro sector, liderado por Alemania, acepta la adopción de un precio tope, pero solo para los suministros que llegan desde los yacimientos rusos, bajo el argumento que hacerlo extensivo al resto de los proveedores pondría en peligro los contratos de mediano y largo ya existentes, además de suponer un riesgo adicional por el posible redireccionar de la oferta hacia países dispuestos a pagar el precio de mercado.

Un tercera postura es la que levantan Italia, Polonia, Bélgica, Países Bajos y Grecia, que proponen un precio tope para todos los proveedores que pueda adecuarse a las fluctuaciones que impone el mercado con su juego de la oferta y la demanda.