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La costumbre uruguaya de despedir a los entrenadores: en 2019 hubo 34 en Primera

El recambio de técnicos fue una constante en la actual temporada de Primera división: hubo 33% más de rotación con relación a 2018
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01 de diciembre de 2019 a las 05:02

Ganar es el seguro que tienen los entrenadores para no quedarse sin trabajo, más allá de los proyectos y de las ideas renovadoras que presenten. Poco importa si el equipo juega bien, mal, lindo o feo. Si los resultados son favorables, tienen el puesto asegurado hasta el final del contrato, de lo contrario deben irse para que quien llegue cambie el rumbo. No es casualidad que en total fueron 34 los técnicos que este año pasaron por los 16 equipos de Primera división. En 2018, con un equipo menos (El Tanque Sisley no se presentó) trabajaron 23.

“Es un tema cultural de nuestro fútbol, pero no solo pasa acá, también en Argentina y en Brasil es peor, porque si estás bien en el campeonato te echan porque estás mal en la Copa o en el torneo regional; siempre tienen un motivo para estar disconformes”, dijo a Referí Mario Szlafmyc, el entrenador que dirigió a Plaza Colonia en el inicio de la temporada.

Agregó que “hay distintos factores; uno es la cultura de la inmediatez, de apostar pretendiendo  el resultado inmediato. Acá se habla de proyecto, pero no es real, el verdadero proyecto es ganar los primeros dos partidos, que es válido, pero ahí está la explicación”, indicó el joven DT.

Peñarol, Cerro Largo, Fénix y Progreso fueron los únicos clubes que mantuvieron a sus técnicos durante el Uruguayo de Primera división que constó de 37 partidos (38 en el caso de River y Liverpool que jugaron la final del Intermedio y de Nacional y Peñarol que empezaron la temporada jugando por la Supercopa) sin tener en cuenta las posibles definiciones, y que terminará este domingo con la última fecha del Clausura.

En las antípodas están Cerro y Rampla Juniors; cinco pasaron por el albiceleste y cuatro por el rojiverde, con uno que fue interino dos veces. Cambios que sin embargo no lograron cambiar el destino final: Cerro terminó en el último lugar de la Tabla Anual y Rampla descendió a la Segunda división.

Un caso similar al de Atenas el año pasado: fue dirigido por tres entrenadores (Adolfo Barán, Miguel Falero y Ricardo Ortiz) y terminó en Segunda. Aunque también le pasó a Torque, que descendió aunque mantuvo todo el año al argentino Pablo Marini, a quien mantuvo en la presente temporada y lo regresó a Primera.

Poco convencimiento

Alejandro Apud dijo a Referí que el recambio de entrenadores se da en general “por una falta de convencimiento de los dirigentes, porque si están convencido del técnico que contratan, se supone que le tienen que dar continuidad y ser constante con la propuesta que ofrece o que te convenció de ese entrenador. Nuestros dirigentes fluctúan  mucho con la hinchada, con la situación del momento y no tienen una mentalidad más profesional con respecto al entrenador que traen, de decir, a esto aposté y con esto voy a buscar la salida”.

Apud reemplazó este año a Juan Tejera en Racing, pero después de 10 partidos presentó renuncia a su cargo: “Me fui porque vi que la mano venía de desesperación, de no generar la tranquilidad que necesitan los jugadores para afrontar momentos difíciles. Cuando la desesperación y los nervios vienen de la cabeza y no solo con palabras sino con actitudes, prefiero irme. Me pedían que cambiara hasta la forma de jugar y dije que no iba a cambiar mi forma de jugar o de ver el fútbol porque ellos estaban nerviosos”, explicó .

Ariel Longo, presidente de Audef, señaló que desde el gremio de entrenadores se apunta “a la permanencia y que la elección esté de acuerdo a la tradición de lo que es el club en cuanto al fútbol que se quiere y que coincida con las características del entrenador. A veces hay que pensar también que es tanta la presión que recibe el dirigente que también habría que estar preparado para poder soportarla”.

Sobre esto también habló Szlafmyc: “Estamos en un deporte en el que tiene mucha influencia el entorno de los equipos; hay equipos con 1.000 hinchas donde hay 10 que muestran su disconformidad y a sus directivos ya les genera inestabilidad”.

El seguro de paro que tiene el entrenador cuando es despedido unilateralmente son tres meses de sueldo que debe pagarle el club de acuerdo al estatuto. Si no lo hace, tiene derecho a reclamar antes del comienzo del año siguiente y la AUF podrá retener el 10% de los ingresos que tenga la institución a los efectos de amortizar la deuda. El DT también tiene que devolver tres meses de sueldo si decide irse antes de terminar su contrato, aunque siempre depende del acuerdo que tengan.

Las veces que el entrenador decide marcharse son las menos (este año lo hicieron Szlafmyc de Plaza, Paulo Pezzolano de Liverpool, Antúnez de Cerro, Apud y Juan Tejera de Racing), generalmente son despedidos.

Rampla, sin paciencia

En 2019 el récord de poca paciencia lo tiene Rampla, que el 26 de febrero despidió a su técnico argentino Julio César Toresani después de la segunda fecha del Apertura, tras perder 4-3 contra Progreso y 5-0 frente a Peñarol. Rampla, entonces presidido por Ignacio Durán, explicó en un comunicado que tomó la “drástica decisión” por “situaciones estrictamente extra deportivas” que hacían imposible su continuidad.

El DT fue contratado en noviembre de 2018 en una situación poco frecuente, según denunció Isabel Peña: “Todo empezó mal con la contratación de Toresani. Cuatro compañeros y yo nos enteramos por la prensa al otro día. Acá se estaba jugando un clásico contra Cerro en el Olímpico con un técnico y al mismo tiempo se estaba arreglando con otro en Argentina”, dijo a Referí la dirigente que reemplazó a Durán, cuando éste renunció a su cargo en agosto.

Pasaron luego Gastón De Los Santos (interino dos veces), Rosario Martínez y Eduardo Espinel. El año pasado también pasaron tres técnicos por los picapiedras: Luis López, Pablo Fuentes y Julio César Antúnez.

Cerro, por su parte, apostó al comienzo del año a un histórico como Jorge “Culaca” González tras la salida de Fernando “Petete” Correa, pero el amor duró ocho partidos. Culaca fue despedido en la octava fecha en un confuso episodio, después que renunciaran tres integrantes de su cuerpo técnico por atraso en los salarios. Lo reemplazó Richard Martínez, que estaba en juveniles, pero también resultó destituido: “La medida la tomamos estrictamente por resultados deportivos”, explicó la presidenta Graciela Castro a Referí.

El equipo estaba último, con solo cuatro puntos. Martínez, en tanto, señaló en aquella ocasión: “Una decisión futbolística la toma alguien que sepa de fútbol. A mí me echó una maestra de escuela y el marido y algunas otras personas que nunca trabajaron en el fútbol”, comentó el entrenador, haciendo referencia a la profesión de la dirigente.

El penúltimo DT de Cerro, Julio César Antúnez, renunció dos fechas antes del final del Clausura. El Tola dijo que fue por prescripción médica.

Szlafmyc, el técnico de 29 años que devolvió a Plaza Colonia a Primera división, se fue después de la sexta fecha del Apertura por una decisión propia porque según el DT, las condiciones de trabajo en el conjunto patablanca no eran las que pretendía: “Fue mi primera experiencia de un equipo en Primera division. El año pasado fue todo color de rosas con el ascenso tres fechas antes, la cultura de juego que se generó en el club que nos tenía contentos, la inclusión de Calleros, Kidd y Suhr que en 2017 jugaban en reserva con nosotros, ascendieron en 2018 y hoy están consolidados. Este año hubo ciertos puntos de discordia porque entendíamos que nuestro proyecto personal no iba de la mano del club”, dijo el técnico.

Mientras tanto, el gerenciador Carlos Manta indicó a Referí: “Si me preguntás por qué se fue, te digo que fue una decisión de él. Hicimos un complejo deportivo con tres canchas, jugamos en un campo de juego en buenas condiciones, no digo óptimo, pero sí en buenas condiciones, entrenamos una vez por semana en el Suppici. Para mí fue un tema de tiempos y resultados”.

Otros casos

Nacional cambió la directiva a fin de año y los nuevos dirigentes apostaron a un proyecto moderno encabezado por el argentino Eduardo Domínguez, pero el mismo concluyó tras la quinta fecha del Apertura. El aguante suele ser menor en los clubes grandes y después de tres empates y dos derrotas en el torneo local, cambió al entrenador. Lo sucedió Álvaro Gutiérrez, sin la parafernalia del anterior, pero más efectivo en cuanto a resultados.

Defensor apostó a principio de año por Jorge Da Silva, campeón Uruguayo con el club en 2008, pero en mayo cambiaron los dirigentes, el equipo no ganaba y Polilla terminó afuera.

Antes ni siquiera cobraban
En el año 1995 los entrenadores lograron una indemnización de tres meses de sueldo cuando eran despedidos unilateralmente por los clubes y en 1999, después de una huelga, se consolidó el Estatuto que obligó a los clubes a pagar y si no lo hacen pueden perder los puntos y hasta quedar afuera del siguiente torneo, explicó a Referí Ariel Longo, presidente de Audef, el gremio de los entrenadores que tiene 600 asociados. “En ese tiempo los echaban a los técnicos y ni siquiera les pagaban. Nosotros logramos una indemnización de unos meses, que no es lo ideal y quisiéramos mejorarla en otro momento, pero era una de despedir entrenadores brutal también”, dijo Longo.
Agregó que “los entrenadores tenemos la piel súper gruesa para poder soportar los embates de las derrotas y poder sobreponer al equipo, pero a veces no nos da el tiempo. Nosotros vamos como empleados de jerarquía a los clubes, no vamos como dueños absolutos de la parte deportiva, hay una directiva a la cual nos debemos y así como nos contratan así nos cesan”.Entiende que lo que pasa en Uruguay también sucede de manera similar en Argentina y con mayor frecuencia en Brasil: “No nos gusta para nada lo que pasa con la estabilidad de los entrenadores.
A veces nos ponemos en la piel de cada entrenador porque nos sucede a todos, pero es tanta la presión que recibe el dirigente que a veces también habría que estar preparado para poder soportar. La inestabilidad es permanente, pero uno tiene que pasar raya al final del año, sería lo ideal”, indicó.

 

El año pasado fueron 23
En la temporada 2018, con la participación de un equipo menos que en la actual porque El Tanque Sisley se bajó del campeonato por deudas, la rotación de entrenadores fue incluso menor. Fueron 23 los técnicos que trabajaron en los 15 equipos Primera división, con Atenas de San Carlos y Rampla Juniors como los abanderados de los que más cambiaron. Cada uno de estos clubes fueron dirigidos por tres entrenadores: Adolfo Barán, Miguel Falero y Ricardo Ortiz estuvieron en Atenas; Luis “Ronco” López, Julio Fuentes y Julio César Antúnez en Rampla Juniors. El Tola Antúnez era el técnico de El Tanque que no pudo arrancar el campeonato y terminó el año salvando del descenso a los picapiedras.
Peñarol tuvo a Leonardo Ramos y a Diego López; Fénix a Nathaniel Revetria y Juan Ramón Carrasco; Racing a Rodrigo López y Juan Tejera; River Plate a Pablo Tiscornia y a Jorge Giordano. Los clubes que mantuvieron todo el año a sus entrenadores fueron Boston River (Alejandro Apud), Cerro (Fernando “Petete” Correa), Danubio (Pablo Peirano), Defensor Sporting (Eduardo Acevedo), Liverpool (Paulo Pezzolano), Progreso (Marcelo Méndez), Torque (Pablo Marini), Wanderers (Eduardo Espinel) y Nacional (Alexander Medina). Al contrario de lo que pasó en la actual, en la pasada fueron nueve los equipos que mantuvieron los contratos de sus técnicos. De los 23, solo 10 repitieron este año en Primera división.
Los 34 técnicos que dirigieron este año en Primera
 

Clubes y técnicos            Partidos

Cerro Largo (1)

Danielo Núñez  37

Danubio (2)       

Marcelo Méndez            22          

Mauricio Larriera             15

Defensor (2)     

Jorge Da Silva    7            

Ignacio Risso      30

Peñarol (1)        

Diego López       38

Juventud (2)     

Alvaro Fuerte    22          

Pablo Tiscornia 15

Fénix (1)             

Juan Ramón Carrasco    37

Racing (3)           

Juan Tejera        15          

Alejandro Apud               10

Eduardo Favaro               12          

Cerro (5)

Jorge Culaca Gonzalez  8            

Richard Martinez             12          

Santiago Kalemkerian   1            

Julio César Antúnez       14          

Fernando Gentile           2

Liverpool (2)     

Paulo Pezzolano              36          

Osvaldo Canobbio          2

Nacional (2)      

Eduardo Dominguez      6            

Alvaro Gutierrez              32

Rampla Juniors (4)         

Julio Toresani    2            

Gaston De Los Santos   2            

Rosario Martinez             16          

Eduardo Espinel               17

Progreso (1)     

Leonel Rocco     37

Wanderers (2) 

Roman Cuello   22

Alfredo Arias     15          

River Plate (2)  

Jorge Giordano                15          

Jorge Fossati     23          

Boston River (2)              

Gaston Machado            18          

Martín “Tato” García      19          

Plaza Colonia (2)             

Mario Szlafmyc 6            

Matias Rosa       31          

* Se tomaron en cuenta solo los 37 partidos del Campeonato Uruguayo que termina este domingo y que está incluido: 15 Apertura, 7 Intermedio y 15 Clausura.

* Nacional y Peñarol jugaron 38 partidos porque disputaron la final de la Supercopa.

* Liverpool y River Plate jugaron 38 partidos porque disputaron la final del Torneo Intermedio.

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