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La crisis económica egipcia llegó a los libros

La Feria Internacional del Libro de El Cairo, que culmina este lunes, fue un fracaso de ventas, acorde con la crítica situación por la que atraviesa el país más poblado del mundo árabe.
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06 de febrero de 2023 a las 05:04

Esta noche finalizará la Feria Internacional del Libro de El Cairo, el mayor salón literario árabe del mundo. Pero la jornada de clausura sabrá a derrota, ya que este año los precios de los libros resultaron sumamente elevados para los miles de visitantes al evento.

La inflación en Egipto está golpeando duro, superando el 20% anual. El malestar de la sociedad se venía agravando con la falta de dólares y los elevados precios de los alimentos. Pero la gota que rebalsó el vaso fue la creación del gobierno de un órgano estatal para ahorrar dinero. Una de las primeras medidas de la agencia fue instruir a la población a recurrir a una fuente de proteínas alternativa y barata: "Patas de pollo, bueno para el cuerpo y para el presupuesto".

Las redes sociales estallaron contra la política de Abdelfatah Said Husein Jalil el Sisi, más conocido como Abdelfatah el Sisi, un político y ex militar egipcio que lideró el golpe de Estado que destituyó a Mohamed Morsi y el 8 de junio de 2014 se convirtió en presidente constitucional de Egipto y reelegido en 2018 para otro período presidencial. 

Los diputados opositores también cargaron contra El Sisi. Por ejemplo, Karim al Sadat, quien aseguró que el presidente era "ajeno a la realidad de la crisis", e hizo referencia al préstamo de 3.000 millones de dólares con los que el Fondo Monetario Internacional intenta salvar la nación árabe más poblada del mundo.

Los testimonios recogidos por la agencia de noticias AFP no dejan dudas: “El pan que solía comprar por una libra egipcia, ahora cuesta tres", afirmó un cliente de una panadería en El Cairo. "Mi marido gana 6.000 libras (unos US$ 242 dólares) al mes, que solían durar todo el mes, pero ahora se terminan en 10 días", aseguró una mujer.

Las señales de racionamiento de los grandes supermercados también son claras del deterioro económico que sufre la población: sólo se pueden adquirir tres bolsas de arroz, dos botellas de leche y una de aceite por persona.

Con esa realidad, artículos como los libros fueron de los primeros en caer en picada en las ventas. Y las cuentas para los más de 800 editores que participaron de la feria no cierran por ningún lado. El responsable de la editorial Masr El Arabia, Waël Al Mulla, se sinceró ante AFP: “Más de medio millón de personas visitaron la feria en un fin de semana, se esperaban mucho menos, de todos modos, como los libros están vistos como un producto de lujo, no son para nada una prioridad en los gastos".

La mayoría de los bienes son importados en Egipto, y la devaluación, que hace estragos en las familias, también se hace sentir de manera brutal en las empresas. El precio del papel se multiplicó por cuatro durante el año pasado. Así, las editoriales tuvieron que duplicar los precios de sus libros.

Otro editor, Mohamed El Masry (propietario de la editorial El Rasm Bel Kalemat) dijo a AFP que “antes de que la crisis hiciera caer el libro en picada, con 2.000 libras, se podía llenar una maleta de libros, hoy, es imposible". Es que antes de la crisis, 2.000 libras equivalían a US$ 137 dólares, mientras que hoy son US$ 66.

La sociedad egipcia, de todos modos, recurre a ardides para seguir leyendo. El director de la colección El Mahrousa, Abdallah Sakr, contó a AFP: "Vemos que la gente llega en grupo: deciden juntos que quieren comprar, pagan cada uno una parte de los libros y luego se los prestan".

Las editoriales, en la crisis generalizada, no tienen muchas alternativas. “Redujimos nuestros márgenes de ganancia y, por lo tanto, las impresiones. Elegimos los libros con mucha más precaución, y sólo publicamos los que sabemos que se venderán bien", dijo Mulla. Y agregó: “Otras, las más pequeñas, suspendieron sus actividades hasta que se recupere el panorama económico o se plantean cerrar”.

Los visitantes de la Feria coparon a lo largo de las jornadas una de las alas del lugar, allí donde están los libros de segunda mano y las copias pirateadas. Algunos de los testimonios recogidos por AFP muestran de manera incontrastable la realidad del evento. Malak Farid, una estudiante de ingeniería de 18 años, dijo que "los buenos libros pirateados desaparecen rápido porque hay pocas copias".

Algo similar opinó Mohamed Attia, un empedernido lector cuarentón que cada año visita la feria viajando los 150 kilómetros que separan la ciudad de Dakahlia, donde vive, de El Cairo. “Los precios de los libros se tornaron imposibles. La única solución para los lectores es recorrer los puestos de los vendedores de Azbakeya, que siempre tienen material a menos de un dólar", dijo en relación a los puesteros del mercado centenario de libros usados que durante la Feria montan sus puestos dentro del predio donde se desarrolla.

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