Mundo > Nueva guerra fría

La economía de Cuba recibió por herida con las medidas restrictivas del gobierno de Trump

Las restricciones estadounidenses entraron en vigor el pasado 5 de junio y el impacto en Cuba no se dejó esperar y probablemente provocarán una recesión
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13 de julio de 2019 a las 05:00

"Vine aquí para dejar atrás los últimos vestigios de la Guerra Fría en las Américas”. Esa célebre frase del expresidente estadounidense Barack Obama en La Habana, en 2016, hoy en día resulta una quimera. Con las nuevas restricciones de la Administración de Donald Trump, el acercamiento entre Estados Unidos (EEUU) y Cuba abortó apenas comenzar. La apuesta de Obama era que Cuba se abriera a los mercados internacionales y que esa integración fuera trayendo de a poco un cambio político en la isla. Nada lejos del pensamiento de su sucesor quien endureció su posición contra el gobierno cubano en temas sensibles para la economía de la isla.

Actualmente Cuba tiene tres frentes de asfixia: la ausencia de reformas económicas de su gobierno, la falta de petróleo de una quebrada Venezuela y las medidas hostiles de la Casa Blanca.

Las principales restricciones de EEUU atacan fuertemente al turismo -fuente fundamental de la economía cubana- al prohibirse los viajes de cruceros y yates desde suelo estadounidense a Cuba, así como de aviones privados y corporativos; el gobierno estadounidense también limitó las remesas a la isla; y prohibió toda relación comercial con GAESA, el conglomerado empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias que controla 60% de la economía de la isla y abarca más de 180 entidades, incluido hoteles y la zona Especial de Desarrollo Mariel. Otra de las medidas en marcha permite a los estadounidenses a demandar a cualquier compañía que se haya beneficiado de expropiaciones en la isla, a la que se suma la cancelación de un plan para legalizar inmigrantes en EEUU.

Las restricciones estadounidenses entraron en vigor el pasado 5 de junio y el impacto en Cuba no se dejó esperar. El turismo redujo su actividad en más del 20% ese mes, y se calcula que promediará una baja de 10% al cierre de este año, lo que significa pérdidas millonarias, según Manuel Marrero, Ministro de Turismo de Cuba.

“Las complicaciones vienen de finales de 2017, pero se han recrudecido y se percibe más austeridad en los bienes de consumo importados, como el pollo, el pan, el aceite para cocinar y productos de aseo personal. También hay algunos cortes de energía y falta de gasolina, aunque aún no es general en la isla. Estamos distantes de una situación crítica, pero el escenario podría empeorar si no se toman medidas”, dijo a El Observador Pavel Vidal, economista cubano, exprofesor de la Universidad de La Habana que actualmente es docente en la Universidad Javeriana de Colombia.

El impacto se está reflejando en restaurantes, pequeños comercios de alimentos, hoteles, tiendas, alquiler de autos y otros servicios que ante el cese de la llegada de barcos, temen la quiebra de sus negocios.

Peter Hakim, presidente emérito del centro de análisis de políticas públicas Diálogo Interamericano, dijo a El Observador que “la situación no es tan mala como durante el llamado período especial, que se dio luego de la caída de la Unión Soviética, pero sí es comparable. El gobierno cubano ha comenzado a racionar los alimentos y las filas para hacerse de los productos y de gasolina son cada vez más largas”.

Cuba importa 75% de sus alimentos y en este momento es difícil asegurar comida y medicinas. “En 2008, los economistas cubanos habían llegado al consenso de una agenda de reforma, que Raúl Castro parecía haberse tomado en serio, pero no se ha ejecutado”, señaló Hakim. Entre esas medidas nunca ejecutadas están la apertura económica con una mayor participación del sector privado en la economía y cambios en la política cambiaria.

La nueva Constitución, aprobada el pasado 10 de abril, si bien no habilita una transformación radical en el sistema cubano, sí incluye atisbos de ajustes con ciertos márgenes para trabajar por una reinstitucionalización del país. Pero ahora se está dando un retroceso a todo nivel.

La decisión de Trump ocurre en plena campaña electoral, sabiendo que su “mano dura” es bien vista por sus seguidores. Tal como en su primera campaña por la Presidencia en 2016, el mandatario busca presentarse amenazante y castigador. 

¿Cuál es el ánimo en la gente en la isla? Desaliento. No hay que perder de vista que toda esta situación ocurre con Miguel Díaz-Canel al frente, un presidente que tiene el desafío de inaugurar una era sin el liderazgo de Fidel y Raúl Castro.

Un verdadero error

Trump fundamenta las restricciones en que los negocios y el turismo en la isla sirven para llenar los bolsillos de los militares cubanos y no está dispuesto a beneficiar a un gobierno comunista que viola libertades fundamentales y que, además, apoya al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, con quien tiene una estrecha relación.

“Vamos a conseguir que Cuba funcione correctamente. No de la forma que lo hizo Obama, que fue un desastre que yo revoqué”, afirmó Trump.

Por su parte, Díaz-Canel escribió desafiante en su cuenta en Twitter que las leyes cubanas “no reconocen las medidas unilaterales y violatorias del Derecho Internacional que EEUU quiere imponer para recrudecer el bloqueo a Cuba”. Pero su margen de maniobra es limitado.

Analistas coinciden en que las nuevas medidas económicas de Trump son una estrategia equivocada porque nada indica que ocasione algún cambio en el gobierno cubano. Los largos años de embargo son una prueba de que esa estrategia no ha derivado en una transición; por el contrario, el Partido Comunista de Cuba mantuvo el control del país. 

Pero los analistas consultados señalan que el embargo también trae repercusiones negativas para el propio EEUU, en términos de migración y seguridad nacional. 

¿Por qué perjudica a EEUU? Porque la política de Trump incrementará la crisis humanitaria de Cuba y seguramente aumente el flujo de migrantes de la isla hacia las costas de La Florida. Este bumerán iría, en última instancia, en contra de los intereses del mandatario estadounidense, con una mente cerrada a la migración

Sin embargo, Trump parece estar guiándose por el impacto inmediato a su favor que tendrían sus medidas en el electorado estadounidense de origen latino, especialmente el cubano.

Por otra parte, provocar una mayor caída de la economía cubana podría ser como empujar al gobierno de Cuba a estrechar vínculos o su dependencia con Rusia y China, potencias que expanden su influencia en América Latina. En tal sentido, cabe recordar el préstamo de US$ 43 millones de Moscú para el desarrollo de la defensa nacional cubana con equipos militares rusos, acordado en noviembre de 2018; y el hecho de que China es el mayor socio comercial y financiero de Cuba.

“Total recesión”

Con los principales motores de la economía averiados, los desafíos para el régimen de Díaz-Canel serán muchísimos. “Las cifras oficiales de Cuba indican que el crecimiento del país fue de 1% en promedio en los últimos tres años, pero pronto caerá en una total recesión”, proyectó Hakim desde Diálogo Interamericano en Washington.

Por lo pronto, en las últimas semanas ya no se habla de la construcción de seis nuevos terminales para cruceros en La Habana que se anunciaba en unos balnearios y que habrían ayudado a dinamizar la vida económica de la ciudad. También es probable un enfriamiento de la inversión extranjera. 

¿Qué está haciendo el gobierno cubano ante las restricciones estadounidenses? Básicamente está intentando sustituir el turismo estadounidense por el europeo y el proveniente de Rusia y China. También quiere dar más autonomía y descentralización a las empresas estatales, y anunció un aumento de salario de 68% en promedio a los funcionarios públicos. 

“El gobierno está buscando una mayor inversión extranjera, pero el riesgo de invertir en Cuba es mayor que antes de las restricciones de Trump y los incentivos son menores porque las empresas extranjeras perdieron la esperanza de que la Guerra Fría se acabe”, dijo Vidal.

No obstante, bien se dice que la esperanza es lo último que se pierde, algo que se revivirá en el año 2020 con las elecciones presidenciales en EEUU. Si resultara electo un candidato demócrata, es probable que el camino Obama en relación Cuba se retome. Pero hay que esperar. 

Criptomonedas
Cuba estudia el potencial de usar criptomonedas como parte de una serie de medidas para impulsar su frágil economía, anunció Alejandro Gil, ministro de Economía y Planificación.
“Estamos planteando estudiar la aplicación de la criptomoneda en las relaciones comerciales nacionales e internacionales (...). Hay que ver cómo se pueden incorporar medidas de este tipo que nos permitan avanzar buscándole solución a los problemas”, dijo Gil, la semana pasada.
Las criptomonedas se han utilizado con frecuencia para sortear los controles del capital. Venezuela, el principal aliado político de La Habana, ha intentado el mismo camino con el propósito de evitar las sanciones de Washington y combatir la hiperinflación. 

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