La emisión de deuda para financiar Arazatí en la que podrán invertir los pequeños ahorristas

La colocación de deuda se hará a través de la Bolsa de Valores de Montevideo (BVM). Se emitirán certificados de participación por 2.000 millones de unidades indexadas (UI), equivalente a unos US$ 300 millones. 

El dinero será para financiar el 85% del proyecto Arazatí, cuyo costo está estimado en unos US$ 360 millones, mientras que el financiamiento del 15% restante será aportado por el consorcio promotor del proyecto, Aguas de Montevideo, conformado por las empresas Saceem, Berkes, Ciemsa y Fast. 

En esta oportunidad, el fideicomiso estará enfocado en financiar Arazatí pero, según indicó a El Observador el gerente general de CAF-AM, Fabián Ibarburu, el Fondo V financiará otros proyectos de infraestructura en Uruguay en un plazo máximo de 30 años. “El fondo es para otras iniciativas que son también muy grandes. Ya tenemos otros dos muy cercanos a concretarse”, detalló el ejecutivo. 

Desde CAF se va a cofinanciar al menos el 10% de la inversión en deuda. Según indicó Ibarburu “los fondos propios son aproximadamente 370 millones de UI” (unos US$ 55 millones), mientras que el financiamiento que se necesita por parte de terceros tendrá una parte en dólares (aproximadamente US$ 125 millones) y otra en pesos (1.230 millones de UI). 

“Eso es así porque el proyecto tiene algunos costos que son importados y que están fuertemente dolarizados, como por ejemplo la inversión en equipos y maquinaria. Pero después tiene costos que son locales como materiales y mano de obra. Por eso el proyecto precisa una parte en pesos y otra en dólares”, explicó Ibarburu y dijo que con eso también buscan mitigar los riesgos cambiarios.  

Los detalles de la suscripción

La suscripción del tramo mayorista se hará mañana y el monto máximo a ser adjudicado es de 2.000 millones de UI (US$ 300 millones aproximadamente), menos el monto que sea adjudicado al tramo minorista, el cual tiene reservado hasta un 5% del fondo (alrededor de US$ 15 millones).  

El monto mínimo de suscripción en el tramo mayorista será de 100.000 UI y solo podrán participar las AFAP, compañías de seguros, instituciones de intermediación financiera (a nombre propio y por cuenta propia) y los inversores institucionales (cajas paraestatales). 

En tanto, la suscripción del tramo minorista se realizará el martes 27 y se ofrecerá hasta un 5% del monto total de la emisión (US$ 15 millones aproximadamente). En este caso, el monto máximo de suscripción por cada ahorrista es de 500.000 UI y en este tramo no podrán participar los inversores institucionales. 

Dentro de ese máximo, todos los certificados de participación que quiera el tramo minorista “se los pueden llevar”, explicó Ibarburu. En caso de que se reciba un exceso de demanda respecto del monto máximo a ser adjudicado en el tramo minorista, se hará un prorrateo y se ajudicarán los certificados de participación de forma tal de que a cada inversor le adjudiquen hasta 500.000 UI. “Lo que no tomen los minoristas lo harán los mayoristas”, detalló el gerente general de CAF-AM. 

Si existiera un exceso de demanda respecto del monto máximo a ser adjudicado en el tramo mayorista, los certificados de participación se adjudicarán a prorrata de las solicitudes, mientras que si no se recibe una demanda mayor al monto máximo, se adjudicarán en su totalidad las solicitudes presentadas. 

El rendimiento mínimo sobre la Tasa de Interés Soberana será de 2,25% en UI. 

Diego Battiste

El riesgo del fondo

La emisión recibió una calificación de BBBfc(uy) por parte de la calificadora de riesgo Fix Scr y de BBBf.uy por parte de Moody’s. Por tanto, si bien las agencias calificadoras de riesgo entienden que el fondo tiene una capacidad adecuada para cumplir con sus obligaciones financieras, está sujeta a condiciones adversas. 

En este sentido, Ibarburu dijo que si bien el fideicomiso “tiene un nivel de riesgo razonable”, la calificación otorgada “no está en los mínimos”, por lo que “no es una inversión para cualquiera pero es de largo plazo, relativamente líquida y entra perfecto en una cantidad de portafolios de inversores individuales”.

Desde CAF apuntan a captar a los ahorristas individuales y confían en que la emisión “va a ser exitosa” en el tramo minorista. “La presentación del fondo estuvo bastante orientada a ese mercado, fueron unos cuantos corredores de bolsa y demostraron bastante interés en la emisión”, dijo Ibarburu quien espera que se pueda sumar una cantidad similar de ahorristas individuales como en el fideicomiso del ferrocarril central en el que participaron unos 1.050 minoristas. 

El fondo fue inscripto en el Banco Central del Uruguay (BCU), cotizará tanto en BVM como en la Bolsa Electrónica de Valores (Bevsa) y tendrá a la Corporación Nacional Financiera Administradora de Fondos de Inversión SA (Conafin Afisa) como agente fiduciario y agente de pago.
 

Arazatí, un proyecto "de resiliencia"

El lanzamiento del fondo fue realizado el pasado martes por el presidente ejecutivo de CAF, Sergio Díaz-Granados y contó con la presencia del BCU, Diego Labat, además de otras autoridades e inversores. 

Según señaló el presidente de CAF, el proyecto Arazatí es visto por el banco de desarrollo de América Latina como “un proyecto de resiliencia, de adaptación” y destacó que será “100% verde”. En relación al rol de CAF-AM dijo que la entidad va a ser la encargada de financiar y catalizar el proyecto. “Es una obra que va (a contribuir) a la estabilidad y el crecimiento del país”, destacó Díaz-Granados. 

En relación a los fideicomisos financieros de CAF enfocados en la infraestructura, el presidente del banco de desarrollo dijo que la iniciativa “ha permitido movilizar y consolidar recursos de terceros de la región y del sector privado impactando en distintos niveles, no solo con infraestructuras materiales, sino en los servicios, es decir, facilitando y mejorando la calidad de vida de los beneficiarios en distintos puntos del país”. 

Si bien señaló que CAF se financia “en gran parte, con emisiones en mercados internacionales”, dijo que “todas sus inversiones están enfocadas en el desarrollo de sus países miembros, por lo que, como banco de desarrollo de América Latina, canalizamos fondos de todo el mundo a proyectos de desarrollo de la región, y estos beneficiarios no son que otros que los propios latinoamericanos”.