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La Estela recuperó el premio a la cabaña del año en Corriedale
El establecimiento de la familia Rodríguez Britos, que había logrado la distinción durante siete años en forma consecutiva, en 2017 se impuso por sus performances en las exposiciones de Durazno, Melo y Prado
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29 de diciembre de 2017 a las 05:00
La cabaña La Estela recibió por octava vez el premio Cabaña del Año, otorgado por la Sociedad Criadores de Corriedale del Uruguay (SCCU), distinción adjudicada el lunes 18 de diciembre en el marco de la asamblea anual de la gremial que fue realizada en la Rural del Prado.
Mariano Rodríguez, miembro de la familia que dirige La Estela, admitió que "a este premio le damos mucha importancia, por lo que significa competir en las exposiciones con carneros diferentes, con animales excelentes de muy buenas cabañas, con jurados importantes en una raza donde la competencia, que es buena para todos, siempre es muy fuerte".
Añadió que "esto que se logra es el premio a un trabajo muy responsable que hace el equipo que integramos la familia y todo nuestro personal y colaboradores".
El premio a la mejor cabaña del año, ganado por La Estela por octava vez, es fruto del trabajo en equipo que hacen la familia, su personal y colaboradores.
Este premio distingue cada año a la cabaña que haya acumulado más puntaje considerando sus participaciones en exposiciones ganaderas que se desarrollan en el calendario de actividades de la Asociación Rural del Uruguay (ARU). En 2017 La Estela participó en las exposiciones de Durazno, de Melo y en la Expo Prado.
Rodríguez puntualizó que una de las exigencias que se deben contemplar es que se considera puntaje acumulado solo presentando carneros diferentes en cada una de las exposiciones.
Otro aspecto que incide es que se suman puntos tanto con la participación de animales a bozal como con la de animales de campo.
La Estela recupera el premio que –previo a no recibirlo de 2014 a 2016– había cosechado durante siete años en forma consecutiva.
Durante cada zafra vende unos 300 carneros y unas 200 borregas.
La producción de lana y carne de la majada comercial se destina a distintas industrias textiles y frigoríficas.
La genética que se utiliza es de padres propios y de otras cabañas referentes, como Monzón, pero también se importa, por ejemplo hace dos años en el marco de una inversión en conjunto, de varias cabañas, se trajeron cuatro carneros desde Nueva Zelanda.
Mariano Rodríguez, miembro de la familia que dirige La Estela, admitió que "a este premio le damos mucha importancia, por lo que significa competir en las exposiciones con carneros diferentes, con animales excelentes de muy buenas cabañas, con jurados importantes en una raza donde la competencia, que es buena para todos, siempre es muy fuerte".
Añadió que "esto que se logra es el premio a un trabajo muy responsable que hace el equipo que integramos la familia y todo nuestro personal y colaboradores".
El premio a la mejor cabaña del año, ganado por La Estela por octava vez, es fruto del trabajo en equipo que hacen la familia, su personal y colaboradores.
Este premio distingue cada año a la cabaña que haya acumulado más puntaje considerando sus participaciones en exposiciones ganaderas que se desarrollan en el calendario de actividades de la Asociación Rural del Uruguay (ARU). En 2017 La Estela participó en las exposiciones de Durazno, de Melo y en la Expo Prado.
Rodríguez puntualizó que una de las exigencias que se deben contemplar es que se considera puntaje acumulado solo presentando carneros diferentes en cada una de las exposiciones.
Otro aspecto que incide es que se suman puntos tanto con la participación de animales a bozal como con la de animales de campo.
La Estela recupera el premio que –previo a no recibirlo de 2014 a 2016– había cosechado durante siete años en forma consecutiva.
La cabaña campeona
La Estela, ubicada en Risso, en Soriano, posee un plantel de 800 madres, de las cuales el 50% es puro por cruza y la otra mitad de pedigrí.Durante cada zafra vende unos 300 carneros y unas 200 borregas.
La producción de lana y carne de la majada comercial se destina a distintas industrias textiles y frigoríficas.
La genética que se utiliza es de padres propios y de otras cabañas referentes, como Monzón, pero también se importa, por ejemplo hace dos años en el marco de una inversión en conjunto, de varias cabañas, se trajeron cuatro carneros desde Nueva Zelanda.
