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26 de julio 2023 - 10:55hs

Juan Ignacio Suárez era un niño de siete años con una ilusión: jugar en Peñarol. Estaba en el límite de la edad para entrar a la categoría infantil entonces su madre Claudia lo llevó a la prueba en el Centro de Alto Rendimiento para juveniles del club. Pero no la pasó porque no rindió. Tenía el pie lastimado y no lo había dicho, pero antes de ir había jugado al fútbol descalzo con los amigos y se había lastimado los dedos.

14 años después de aquella ilusión de niño, Juan Ignacio (Nacho, como lo conocían todos, de 21 años) fue como un hincha a ver el partido entre Peñarol y Wanderers, que se jugó el 13 de mayo. Pero, antes de siquiera ver la cancha murió con una reja incrustada en su cuerpo, en la entrada de la tribuna Cataldi en el estadio Campeón del Siglo (CDS). El pasado domingo 23 de julio, más de dos meses después de la muerte del hincha, los jugadores de Peñarol mostraron una pancarta antes del partido frente a Defensor Sporting que decía: "Peñarol reclama saber qué pasó con Nacho".

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Inés Guimaraens Pancarta que mostraron los jugadores de Peñarol en el partido del domingo 23 de julio

Nacho era un hincha de esos que van a la cancha. Los sábados, los domingos. Adentro de un álbum de figuritas tenía impresas las entradas de todos los partidos de Peñarol. Las coleccionaba. Él no había podido comprar la entrada del partido del 13 de mayo porque la web no le funcionó, entonces uno de sus amigos se la compró y la tenía en su celular. Casi nunca esas entradas eran para partidos entre semana porque se levantaba a las 04:30 de la mañana para ir a trabajar desde Villa Aeoparque, en Canelones, hasta el complejo Euskalerría 71, en Montevideo. Y llegaba a su casa casi once horas después. No había energía para ir a la tribuna.

Era callado, "muy casero" y decía que había que descansar las ocho horas necesarias todos los días, contó su familia en conversación con El Observador. No estudiaba, cuando terminó el Ciclo Básico prefirió trabajar y por eso optó dedicarse a su tarea laboral entre entre semana y los fines de semana ir a ver a Peñarol. Y cumplía con su ritual de mandarle un mensaje a su madre: "Estoy acá haciendo el aguante, porque hoy se gana, má. Hoy se gana".

Foto: Leonardo Carreño. Colección de entradas a partidos de Peñarol

En el complejo Euskalerría 71 se dedicaba hacía tres años al mantenimiento del lugar, por ejemplo, a barrer el pasto después de que lo cortaran. Pero, también recorría los apartamentos para tirarle la basura a las personas mayores, aunque eso no estaba entre sus tareas. "Hay dos señoras mayores que lo querían como un nieto. Cuando se enteraron les pegó muy duro. Él les hacía los mandados, les tiraba la basura y no les cobraba nada", contó su madre Claudia. En el complejo hizo amigos, los mismos con los que iba a la cancha a ver a Peñarol y los mismos que estuvieron el día de su muerte. Esos amigos inmortalizaron la imagen de Nacho en un mural en Euskalerría 71, donde "era muy querido".

Cedida a El Observador por la familia de Ignacio El mural se pintó unos días después de la muerte de Ignacio

El sábado 13 de mayo Ignacio se despertó y aprontó el bolso con un pantalón, un buzo de Peñarol y unos championes y se fue a las 05:30 de la madrugada a la parada del ómnibus, donde se encontró con su hermana Thalía.

Ese día trabajó cuatro horas y sobre el mediodía fue a la casa de uno de sus amigos, Sebastián, que también trabaja en el complejo Euskalerría 71. Se vistió para ir a la cancha, con la misma ropa que llevaba siempre, y a las 13:30, dos horas antes del comienzo del partido, salieron en un auto Nacho y tres amigos rumbo al CDS.

Pasaron las horas. El mensaje "hoy se gana, má" no llegó y a Claudia le pareció raro.

El partido terminó 1 a 1 y el resultado del empate pasó a segundo plano en las redes sociales, porque esa tarde se viralizó un video donde se veía cómo un hincha que había intentado saltar las rejas para entrar al estadio había quedado con el pincho de una reja incrustado en su cuerpo, mientras la Guardia Republicana maniobraba con él.

Un amigo de Nacho llamó insistentemente a Claudia, que no lo atendió por no conocer el número. Pero la insistencia era tanta, que atendió. "¿Habla la mamá de Nacho? Se lo están llevando porque lo van a operar", le dijo. Ese amigo no había ido al CDS, pero los tres que sí le avisaron de lo que había pasado.

Teorías encontradas

Cuando Ignacio llegó a la puerta del CDS no pudo entrar. Tenía dos petacas de whisky en la mano y el personal de seguridad le invalidó la entrada al pasarla por el código QR. Su madre Claudia conoce los operativos de seguridad, porque trabaja en la mesa de operaciones de una empresa del rubro y "muchas veces" tuvo que ocuparse de las canchas. "No lo cachearon. Y no se entiende cómo si tenía dos petacas de whisky no se las tiraron y lo dejaron entrar, si él no estaba en la lista negra", dijo. El procedimiento quedó registrado en las cámaras de reconocimiento facial que mostraron cómo el personal le invalidó el ticket y no le permitió el ingreso al estadio.

A los 10 minutos, según el relato de la familia, Ignacio vio que otros hinchas saltaron la reja para colarse y él también lo intentó entre las puertas E y F de la tribuna Cataldi. "Lo que dicen los testigos es que cuando Nacho está arriba de la reja viene la policía y le hace una llave en el cuello y le pegan. Hay varios testigos que dicen que le dan un palazo en la cabeza y en el cuerpo. Eso sale en la autopsia, que tiene unas lesiones laterales", explicó el abogado de la familia Gastón Cambre. 

Foto: Leonardo Carreño. La familia conserva las petacas de Whisky que le devolvió la policía

Fuentes allegadas a la investigación matizaron la versión de los testigos a los que refirió el abogado de la familia porque aseguraron que son personas que no vieron el hecho directamente, como sí lo hicieron las personas que ya se presentaron ante las autoridades. Según la pericia que realizó el Instituto Técnico Forense (ITF), el médico indicó que Ignacio no tenía indicios de violencia, más allá de la lesión que le produjo la reja incrustada.

Sin embargo, la familia aseguró que la maniobra que hizo la policía es la que terminó incrustando la reja en el abdomen del hincha "por lo menos 15 o 20 centímetros para provocarle la muerte", dijo Cambre, quien agregó: "De lo que estoy convencido es que si no interviene la policía la reja no se le puede incrustar tanto".  El abogado le pidió a la jueza de garantías que emita la orden de incorporar a la investigación las cámaras de reconocimiento facial y las que llevaba la Guardia Republicana en su uniforme porque, según Cambre, la Fiscalía se opuso.

Para el abogado de la familia de Ignacio, el fiscal que investiga los hechos Leonardo Morales "prejuzgó el caso". Cambre criticó que, según su visión, Morales "no investigó" porque "está convencido de que fue un accidente". Morales "le tomó declaración a la policía interviniente, después a un par de testigos que aporta la policía que son hinchas que no vieron los hechos y unas cámaras que no son las que están filmando los hechos. Son las que están en la tribuna", señaló el abogado. El Observador se comunicó con el fiscal quien prefirió no hacer declaraciones. Pero, la investigación se encamina a determinar que no hubo golpes externos mientras Nacho intentaba cruzar la reja.

Peñarol, la policía y la asistencia médica en la mira de la familia

El domingo cuando los jugadores mostraron la pancarta que refería a la muerte de Nacho, Thalía, su hermana, enseguida se lo mostró sorprendida a su madre Claudia. La familia no sabía que eso iba a pasar, aunque el presidente de Peñarol, Ignacio Ruglio, había pedido la autorización para mostrarla unas fechas antes, algo a lo que Claudia se opuso. Fuentes del directorio del club dijeron a El Observador que "nadie de la institución sabe" quién pidió mostrar el cartel.

"De Peñarol tuve mensajes de parte de Ruglio las dos primeras semanas ofreciendo abogados y psicólogos. Yo les agradecí, pero hasta que no se aclare esto yo no puedo aceptar nada. No sé para dónde va a ir esto, si es solo el Ministerio del Interior o quién más tiene culpa de todo esto. Hay un montón de interrogantes que nos planteamos", dijo Claudia.

Foto: Leonardo Carreño. Retrato de Ignacio en la casa de su familia

La familia de Nacho y su abogado quieren responder por qué la seguridad no le permitió el ingreso a la cancha, pese a que tenía una entrada. Si el personal que estaba allí era todo del Ministerio del Interior o si también había personal de Peñarol. Por qué en el trayecto al Hospital de Pando se lo cambió de ambulancia en Camino Maldonado, por qué las imágenes de las cámaras que lleva la Guardia Republicana en el uniforme y que maniobró con Ignacio no están en la carpeta investigativa, por qué no aparecen dos hinchas testigos que, según su madre, fueron los primeros en hacerle RCP en el estadio. "No fue la policía la primera en hacerle el RCP como dijeron. Cuando se dieron cuenta de lo que hicieron con Nacho quedaron congelados y no le dieron asistencia. Estuvo 20 o 30 minutos colgado", dijo Claudia. También quieren saber si Nacho estaba con vida cuando lo subieron a la ambulancia sin camilla, por qué Fiscalía se negó a que se soliciten las cámaras de la Guardia Republicana y por qué Peñarol no entregó todas las imágenes de las cámaras disponibles y solo envío una desde adentro de la tribuna.

El final en el Campeón del Siglo

El viernes 19 de mayo la familia de Nacho salió de Villa Aeoparque rumbo al CDS. El estadio iba a abrir sus puertas para que la familia, los amigos y los hinchas lo despidiesen. Claudia no podía creer que lo que sucedía: se hizo una caravana, llegaron camiones con hinchas. Había unas 100 personas.

En los arcos pusieron los bombos y Claudia esparció las cenizas de Nacho en el círculo central de la cancha. La tarde del 13 de mayo Nacho no pudo entrar con vida al estadio, pero sus restos quedaron adentro del CDS.

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