Urso es el nombre del perro que murió protegiendo a su majada del ataque de un chancho jabalí. El pastor Maremma nació y se crió en Treinta y Tres con esas ovejas que cuidó con uñas y dientes hasta su último día.
Ethel Barrios era la dueña de Urso. A pesar de que lamenta todos los días la pérdida de su animal, reconoce que tener un perro de guardia es la mejor herramienta de protección para las majadas.
El Maremma es una raza de perros pastores oriunda de Italia, que se comenzó a utilizar en el país hace 10 años por el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA). Se trata de una raza sumamente eficiente para desestimular a los depredadores: los del reino animal y "los de dos patas", como dicen los ganaderos.
En diálogo con El Observador, la técnica del INIA comentó que Urso tenía 11 meses –una edad en la que ya no era cachorro, pero tampoco calificaba como perro adulto– y estaba solo porque desde sus primeros días mostró una notoria independencia, al punto que se destetó por su cuenta y se fue a vivir al campo con una majada Corriedale que protegió desde su primer día.
El cachorro se salteó todos los pasos del período de impronta. Durante ese tiempo se suele destetar al animal de su madre y dejarlo con las ovejas durante unos 45 días.
Era un perro corpulento y con “tremendo” instinto. Por eso su nombre: Urso, en portugués, significa oso. Su dueña aseguró que era un perro “enorme”, con un peso aproximado de 55 kilos.
Además, según lo informado, tenía un carácter muy marcado. Antes de sus dos meses se fue a vivir con la majada Corriedale. Cuidó la parición de las ovejas solo y ese año no se tuvo ninguna pérdida por zorros, caranchos u otros predadores. De hecho, un día lo encontraron custodiando a un corderito que nació muerto en el potrero de al lado. “Urso tenía súper despierto su instinto independientemente de su edad, porque era chico”, contó.
Lamentablemente, el lunes 30 su dueña lo encontró muerto en el campo debido a una ardua pelea que tuvo con un jabalí que era una potencial amenaza para su majada.
Por lo general, estos perros se dedican a intimidar y su último recurso es atacar. Sin embargo, el instinto, inexperiencia y el empoderamiento que tenía Urso con sus ovejas le costó su vida. “Estamos pasando por un período de seca y los predadores se arriman mucho más. Creo que eso le jugó en contra sumado a su inexperiencia, el atrevimiento y el apropiamiento que tenía con esas ovejas. Era un perrito muy atrevido”, narró.
“En INIA hay cuatro Maremmanos, pero Urso era mi perro. La única que lo agarraba era yo, yo lo llamaba y yo le daba las dosificaciones. Sigo haciendo el duelo, porque teníamos un vínculo muy grande. Me han ofrecido perros de todo tipo y color. Todavía no estoy preparada, pero la idea es reinsertar algún otro cachorro en esa majada porque tampoco puede quedar desprotegida”, explicó Barrios.
Urso era hijo de Pícaro y Runa, otros dos perros de gran instinto que protegen las majadas del INIA en Treinta y Tres.
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