Pablo Ceppelini sigue en un nivel bajo en los aurinegros

Copa Libertadores > EL ANÁLISIS

La historia se repite y el manual de no jugar a nada, Peñarol lo aplicó muy bien

El técnico parece confundido hasta para formar la oncena titular y los jugadores no responden en medio de una crisis futbolística
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04 de mayo de 2022 a las 23:52

Cada vez es más desconcertante tratar de explicar lo que le sucede a Peñarol, a este Peñarol que no encuentra la paz en la cancha con los resultados.

Tratar de poder entender cómo un equipo juega 15 minutos muy buenos, errando dos situaciones clarísimas, y después parece activar la palanca de apagado. Ni siquiera de stand by, ya va derecho a apagarse.

Ese es el equipo que comanda Mauricio Larriera quien, hay que decirlo, últimamente parece haber entrado en una confusión que extrapola a sus dirigidos.

Este Larriera no es el mismo del año pasado, como tampoco lo es su plantel, como ya se escribió varias veces, debido a que ha perdido a varios futbolistas.

También ha traído a varios que no han dado en la talla, y eso, es su responsabilidad.

Menosse marca a Gamarra de Olimpia

Peñarol entonces pasó de ser neto dominador, a dominado total por un rival que, otra vez, no demostró ser mucho más.

Larriera apostó por el Cachila Arias como lateral. Es cierto que lo conoce de su paso por Defensor Sporting, pero también lo es que así hipotecaba dos cosas: no subir nunca por ese lateral y ayudar a Ignacio Laquintana, y perder potencia en el centro del área propia, ya que Hernán Menosse -cada vez rinde un poco menos- y Edgar Elizalde, no encontraban su juego. La vuelta de Juan Manuel Ramos pasó prácticamente inadvertida, y por allí, el equipo tampoco subió. Ya con eso, es demasiado el hándicap que se le da al rival.

Menosse atraviesa un pobre momento en la defensa aurinegra

¿Cómo pueden cometer tantos errores los hombres del fondo como sucedió en los primeros 45 minutos? La defensa, en ese lapso, jugó un encuentro pobrísimo.

Esto llevó a que, una vez más, Kevin Dawson fuera la figura del equipo con dos atajadas brillantes.

Otra cosa que llama poderosamente la atención en este Peñarol, es cómo Larriera deja rengo al equipo por izquierda. Por derecha tiene a Laquintana como extremo, pero por el lado opuesto, no hay nadie, porque ni Federico Carrizo ni Pablo Ceppelini logran jugar en esa posición. De esa forma, ambos entran en una especie de limbo que no ayuda en ofensiva.

Un equipo que busca la clasificación a la siguiente fase de la Copa Libertadores de América, no puede darse el lujo de no tener proyección ofensiva por las bandas, como viene sucediendo en todos los encuentros.

Laquintana mostró chispazos, pero apareció muy solo arriba

Tampoco puede volverse con las manos vacías y sin puntos en sus tres presentaciones en el exterior.

Volvió el Peñarol del miedo escénico, como alguna vez definió Jorge Valdano a los equipos que sienten la forma de jugar en la cancha.

Otra vez no supo conseguir puntos jugando como visitante y perdió los tres juegos, algo que en la Copa no puede suceder, porque normalmente se paga caro.

La idea de juego se perdió, el técnico parece confundido, como él dijo hace 20 días, no le encuentra la vuelta. Si él mismo lo dice, es más grave aún.

Peñarol atraviesa una crisis deportiva real que le complica la clasificación hasta para la Copa Sudamericana como tercero del grupo, si no cambia a tiempo.

Sigue habiendo bajos rendimientos, y el equipo no logra reaccionar.

El Canario Álvarez Martínez entró a los 68 minutos y no pudo cambiar nada

No se entiende cómo es el manejo de Larriera con el Canario Agustín Álvarez Martínez, por más bajo que pueda estar. Ni Ruben Bentancourt, ni Lucas Viatri están por encima suyo y de esta forma, Peñarol de alguna manera lo está desprotegiendo de cara a su futuro.

El equipo lució mal armado en el arranque, más allá de aquellos 15 minutos en los que soñó que esto podía comenzar a darse vuelta.

Cuando se pierde la línea de juego, se roza una zona complicada y en eso está este Peñarol, el cual atraviesa un momento delicado y que se desordena en la cancha en todos los partidos.

El arquero uruguayo de Olimpia, Gastón Olveira, discute con Matías Aguirregaray ante la mirada de Hernán Menosse

Hay muchos factores para explicar este momento del equipo. Se cuida mucho el dinero y está bien para cubrir las deudas del pasado, pero también se puede tener un poco de mayor ambición a la hora de buscar a nuevos jugadores, porque, como se explicó más de una vez, los que llegaron, no dieron en la talla.

Peñarol entró en zona roja y está muy complicada ya no su clasificación a la siguiente fase de la Copa Libertadores, sino también, un posible tercer puesto para ir a la Copa Sudamericana. Si no hay un cambio radical, el cuarto puesto y el fracaso, están asegurados.

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