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La imperdible anécdota de Arismendi, el día que con su penal Nacional eliminó a Boca, y la pregunta de Lasarte
El 12 de octubre de 2006, Nacional visitó a Boca Juniors por la revancha de la Copa Sudamericana en el estadio Padre Ernesto Martearena en busca de la clasificación a cuartos de final.
El partido fue recordado porque los tricolores sufrieron siete bajas como consecuencia de paperas que afectaron a parte del plantel, entre el partido de ida y la revancha, y que pidieron a Conmebol postergar una semana el encuentro, pero Boca no aceptó.
Nacional había ganó 2-1 en el Estadio Centenario y perdió por el mismo marcador en Salta. Con el global 3-3 fueron a penales.
Ese día, Diego Arismendi, que tenía 18 años y hasta ese momento había jugado cuatro partidos en Primera, tuvo su primera gran oportunidad internacional cuando el técnico Martín Lasarte debió recurrir a los juveniles ante la ausencia de futbolistas impedidos de jugar, entre ellos seis titulares.
El volante fue al banco de suplentes y en el segundo tiempo, en determinado momento del calentamiento, cuando estaba haciendo ejercicios, sintió que gritaban su nombre. Miró con cara de, "¿yo?", y así cuenta cómo fue ese momento:
“Escucho que gritan ‘¡Diego!’. Miro, y me dice: ‘Sí, dale, dale que sos vos’”, contó el futbolista, sin disimular su sorpresa, en el programa La Quinta Tribuna de AUFTV ante la atenta mirada de su entrenador de ese momento, Martín Lasarte, que escuchaba su relato.
“Corro hasta donde estaba (Lasarte) y me dice, ‘¿te animás a jugar de carrilero por izquierda?’. Por dentro tenía alguna duda, pero por fuera le dije un ‘Sí, sí’, con convicción. Y me acota: ‘Mirá que tenés que marcar a Barros Schelotto’. ‘Sí, dale que no pasa nada’, le respondí. En ese momento tenía 18 años y tenés el ímpetu. Cuando entré ya tenía viento en la camiseta y todo el nerviosismo y ansiedad que existe previamente, en la cancha te soltás”.
Enseguida, Lasarte, lo cortó y le dijo: “Ahora te voy a preguntar como periodista, cuando hiciste el gol todos se tiraron encima…”, y Arismendi, que quedó solo en el área esperando que llegaran sus compañeros para celebrar la clasificación, le respondió: “No sabía qué hacer. Porque siempre pensás algún festejo o algo antes, y yo no había pensado nada, y no sabía para dónde ir”.
En los videos que recuerdan ese momento se lo ve a Arismendi, sin saber que hacer en el campo de juego luego de firmar una clasificación histórica.
El futbolista de Nacional jugó 259 encuentros con la blusa tricolor y recordó cómo fue rematar un penal ante Boca, de visitante para definir la clasificación.
Dijo que el día previo, Lasarte, que sabía que Arismendi remataba penales en juveniles, aunque apenas tenía 18 años y jugaba su primeros partidos en Primera, lo encaró y le dijo: "¿Pateás un penal?" Arismendi le respondió: “’Sí, sí, pateo’, pero el asunto fue que después que le dije el segundo sí y me daba vuelta, me estaba dando cuenta en lo que me metía”.
La definición por penales estableció que Arismendi ejecutara el cuarto penal, y que ese remate resultara definitivo. Pateó, convirtió y clasificó Nacional a cuartos de final de la Sudamericana.
¿Cómo fue la caminata hasta el punto penal? “El arquero era un paraguayo gigante, Bobadilla, que desde la mitad de la cancha se veía bien, pero cuando apoyé la pelota parecía que llegaba a todos lados. Abrió los brazos y dije, ‘a dónde le pegue llega’. Ya sabía a dónde pegarle y que le iba a pegar fuerte. Tenía 18, cuatro partidos y le pegué con todo”.
La arenga a Alexis Viera y el grito del golero
Martín Lasarte recordó otra anécdota de ese Boca vs Nacional con el golero Alexis Viera, quien se transformó en la figura en la definición atajando tres penales.
“La otra fue la de Alexis. Con Carlitos de Lima (su asistente técnico) dijimos, ‘vamos a darle un poco de manija’, porque enseguida crecía. Y le empecé a decir, ‘el héroe vas a ser vos, el héroe vas a ser vos’. Y le preguntaba: ‘¿Quién va a ser el héroe?’. ‘¡Yo!’, gritaba Alexis. ‘Decime más fuerte’, ‘¡Yo!’, y gritaba cada vez más. Cuando fue a tirar Gago su penal, le gritaba: ‘Este es mío, este es mío’".
