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La inversión mira hacia Latinoamérica, pero las previsiones no son alentadoras

Más allá de las materias primas, en 2017 hubo notables flujos de inversión en bienes de consumo y comercio al por menor
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12 de julio de 2018 a las 05:00
Por Ricardo Aceves *

Luego de seis años de estancamiento, en 2017 la inversión extranjera directa (IED) en Latinoamérica volvió con bríos, incrementando notablemente respecto al año anterior. Según el último informe publicado por la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y el Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en ingles), el flujo de IED en la región creció 8% alcanzando los USD 150 mil millones. Este resultado contrastó notablemente con la tendencia mundial, pues el flujo global de IED presentó una caída interanual del 23%, arrastrada básicamente por una caída en torno a un tercio en las economías desarrolladas y de más del 20% en África, mientras que en los países asiáticos en desarrollo los flujos básicamente se estancaron.

En América Latina los flujos de inversión extranjera aumentaron, atraídos por la recuperación gradual en la actividad económica regional y el aumento en los precios de las materias primas. Desagregando los datos por país, el primer lugar se lo llevó Brasil, quien registró flujos por valor de USD 63 mil millones, marcando un crecimiento de 8%, y el segundo lugar fue para Argentina, quien registró inversiones por USD 12 mil millones, lo que representó un masivo crecimiento anual de 264%. En el Caribe, los flujos de IED también crecieron vertiginosamente, impulsados por un fuerte aumento sobre todo en República Dominicana y Haití—este último posiblemente refleja inversiones chinas enfocadas en infraestructuras.
En otras partes de Latinoamérica, el cuadro fue menos alentador. A pesar de que en Colombia la IED mostró signos de crecimiento moderado, ésta se estancó en México y Perú, y se contrajo en Chile por las disputas laborales en el sector minero. En Centroamérica la inversión creció apenas un 2%, aunque con marcadas diferencias entre países, con un gran crecimiento en Costa Rica y El Salvador.

Como históricamente ha venido ocurriendo, el grueso de los flujos de IED en Latinoamérica se destinó a los sectores productores de materias primas. Los commodities que recibieron mayor inversión fueron la soja, los metales básicos y el sector extractor, particularmente petróleo. Sin embargo, 2017 mostró también que hubo notables flujos de inversión en bienes de consumo y comercio al por menor, particularmente en Sudamérica, cuya demanda doméstica ha comenzado a recuperarse después de un largo periodo de debilidad.

Otros sectores con mejoras fueron el automotriz y el energético, no sólo en el sector tradicional, sino también en las energías renovables. Las infraestructuras, principalmente el transporte y la logística, también se destacaron por recibir mayores flujos, gracias a que varios gobiernos en la región fortalecieron marcos para forjar alianzas público-privadas, en un esfuerzo por cerrar la brecha de infraestructura que dificulta la productividad y el crecimiento.

A pesar de la muy positiva evolución de la IED en 2017, las perspectivas para este año son, en el mejor de los casos, inciertas. De acuerdo con el informe, se espera que los flujos disminuyan ligeramente o en el mejor de los casos se estanquen. Si bien se espera una aceleración de la recuperación económica en algunas de las grandes economías de la región, como Chile, Perú y Colombia, los expertos consultados por FocusEconomics han revisado recientemente sus previsiones de crecimiento para Argentina por la severa sequía y depreciación de la moneda, y en Brasil por la incertidumbre electoral.

Pero más allá de la incertidumbre para este año y el siguiente, la política comercial podría ser un gran impulsor de mayores flujos de IED en la región, incluyendo inversiones intrarregionales. Esto, gracias a los esfuerzos por diversificar las relaciones comerciales y los esfuerzos por fortalecer y profundizar la integración regional a través del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en ingles), el acuerdo discutido entre la Unión Europea y Mercosur (la Unión Aduanera del Cono Sur) y una mayor cooperación entre el Mercosur y la Alianza del Pacífico.

Si estas negociaciones—y otros acuerdos más pequeños actualmente en vías de negociación—se confirman, las perspectivas de mayores influjos de IED seguramente mejorarán en el mediano y largo plazo. Por ahora, lo que estamos viendo es que el bajo crecimiento económico y la prevaleciente incertidumbre política y geopolítica están frenando los flujos de capital.

* Ricardo Aceves, economista mexicano especializado en temas macroeconómicos latinoamericanos y actualmente analista en la agencia calificadora italiana CRIF Ratings. Anteriormente trabajó como Economista Senior de América Latina en la consultora FocusEconomics.

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