La junta militar de Myanmar extendió el estado de emergencia y aplazó las elecciones

Desde el golpe de Estado del 1 de febrero de 2021 que derrocó a la líder electa Aung San Suu Kyi, el país está inmerso en un conflicto civil que ya se ha cobrado más de 6.000 vidas y ha obligado a desplazarse a cientos de miles de sus habitantes, según el Instituto de Investigación para la Paz de Oslo.

A fines de julio, la líder civil y premio Nobel de la Paz, de 78 años y cuyo estado de salud preocupa a la comunidad internacional, fue trasladada desde su lugar de reclusión a un complejo de “alto nivel” no revelado, según informó un dirigente de la Liga Nacional para la Democracia (LND), el espacio político fundado por Suu Kyi y que gobernó desde 2015 hasta el golpe de Estado.

Desde su derrocamiento, Suu Kyi sólo fue vista una vez en unas fotografías de mala calidad difundidas por los medios estatales en un tribunal en la capital, Naipyidó, y la única información disponible sobre su actual situación fue brindada por un vocero de su partido, quien informó que Suu Kyi se habría reunido con el expresidente de la Cámara baja de Myanmar, Ti Khon Myat.

La Premio Nobel de la Paz fue condenada a 33 años de prisión por una multitud de cargos en un juicio a puerta cerradas calificado como “farsa”, luego de pasar 15 años en arresto domiciliario, período en el que su lucha por la democracia ganó fama mundial, lapso en el que  vivía en una mansión colonial familiar junto a un lago en la capital comercial del país, Rangún, donde solía dar discursos a las multitudes que se reunían alrededor de la casa.

Su popularidad en Myanmar sigue siendo muy alta, a pesar que su imagen internacional quedó salpicada por su acuerdo para compartir el poder con los militares, que finalmente terminaron desplazándola, y su fracaso en el intento de proteger a la perseguida minoría rohinyá.

Después del golpe que acabó con una década de experimentación democrática, muchos de sus seguidores renegaron de su compromiso con la no violencia y tomaron las armas contra los militares.

Luego del golpe de estado, el Ejército prometió celebrar elecciones nacionales, pero los comicios previstos se vienen postergando desde agosto de 2022 por "razones de seguridad y logísticas", según la junta militar, pese a que Estado Unidos y los países del sudeste asiático presionan para que se llame a elecciones.

(Con información de AFP)