La justicia investiga posibles crímenes de guerra de las fuerzas de élite británicas en Afganistán

Wallace dijo que la investigación estaba relacionada específicamente con la conducta de Fuerzas Especiales de élite de Gran Bretaña e incluía denuncias de asesinatos de civiles afganos por parte de soldados británicos.

Los medios citaron al ministro diciendo que la confirmación de la investigación se realiza en "circunstancias especiales" a pesar de los intentos de su ministerio de equilibrar los requisitos de transparencia y seguridad nacional.

Wallace también dijo que "tal confirmación no debe verse como una alteración de la posición de larga data de no comentar sobre el despliegue o las actividades de las Fuerzas Especiales del Reino Unido".

La investigación en curso también está investigando por qué indagaciones anteriores no condujeron a ningún cargo a pesar de las acusaciones generalizadas sobre los asesinatos ilegales de afganos, incluido el de niños, específicamente durante el período 2010-2013. Las denuncias fueron hechas por los familiares de las víctimas y otras personas.

La Real Policía Militar Real (RMP) había llevado a cabo dos investigaciones, la Operación Northmoor y la Operación Cestro, ambas relacionadas a los presuntos homicidios ilegítimos.

La Operación Northmoor, iniciada en 2014, no generó cargos, a pesar de que el estado gastó alrededor de US$ 140 millones. Como parte de la Operación Cestro, se registraron cargos contra tres militares, pero nadie resultó incriminado ni procesado.

Wallace encargó la presente investigación después de que el estudio de abogados Leigh Day presentara demandas contra el gobierno en nombre de dos familias, Saifullah y Noorzai. El año pasado se publicaron varios informes e investigaciones al respecto en los medios.

La presente investigación analiza tres asuntos: denuncias sobre actividades ilícitas que incluyen asesinatos, el encubrimiento posterior e investigaciones inadecuadas por parte de la RMP.

La nueva inquisitoria del Tribunal Real de Justicia se anunció en diciembre de 2022 y comenzó en marzo de este año. En la audiencia actual, el jefe de la investigación, Lord Justice Haddon Cave, decidirá sobre la petición presentada por la RMP y el Ministerio de Defensa sobre la divulgación pública de pruebas en la investigación.

Las Fuerzas Especiales del Reino Unido están formadas por unidades especializadas de todas las alas militares y se despliegan para operaciones específicas. Fueron enviadas a Afganistán como parte de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) dirigida por la OTAN durante su ocupación del país durante más de una década.

Las fuerzas del Reino Unido se han enfrentado a reiteradas denuncias de crímenes de guerra y homicidios ilegítimos en Afganistán. Sin embargo, rara vez se ha investigado alguna de esas denuncias y se ha responsabilizado a alguien.

En las raras ocasiones en que se lleva a cabo una investigación, los hallazgos a menudo se mantienen confidenciales. El asunto generalmente se considera cerrado después de pagar una cierta cantidad de dinero a las familias de las víctimas como forma de compensación.

Según el estudio Leigh Day, al menos 80 afganos fueron asesinados por las Fuerzas Especiales del Reino Unido entre 2010 y 2013, según las denuncias realizadas por varias familias afganas.

En junio del año pasado, la BBC reveló que los Servicios Aéreos Especiales (SAS) de élite del Reino Unido habían matado al menos a 54 afganos, en su mayoría hombres desarmados o detenidos, durante una operación de seis meses en 2010-11 en la provincia de Helmand en Afganistán.

De manera similar, en noviembre del año pasado, un informe de Action on Armed Violence afirmó que entre 64 y 135 niños afganos fueron asesinados por las fuerzas del Reino Unido entre 2006 y 2014. El gobierno ha admitido solo 16 muertes.

Una investigación conjunta de Airwars y el periódico británico The Guardian en marzo de este año también cuestionó la afirmación de la fuerza aérea británica de que no mató a un solo civil durante los ataques aéreos contra ISIS en Siria e Irak en 2016-17. 

La investigación descubrió que en realidad decenas de civiles murieron en los ataques aéreos llevados a cabo por la Royal Air Force del Reino Unido en esos países, como parte de la coalición liderada por Estados Unidos.

(Con información de agencias)