Opinión > TRIBUNA

La madre de todas las batallas

La madre de todas las batallas: escribe Ricardo Peirano
Tiempo de lectura: -'
23 de septiembre de 2023 a las 05:01

Había algunas épocas, allá por la década de los 90, en que se decía que la reforma de la seguridad social, aquí y en el resto del mundo, era la madre de todas las reformas para dejar atrás los sistemas de reparto, que no eran sostenibles por mal manejo y por cambios demográficos. En Uruguay se llevó a cabo esa transición en forma parcial, con un sistema mixto de capitalización y reparto que funcionó razonablemente bien. El único grave error fue la reforma de 2008 cuando se flexibilizó insólitamente las causales de jubilación, generando un creciente déficit al BPS, que debió ser cubierto con aportes de Rentas Generales. Ese tipo de aportes que a todos gusta porque no se saben de dónde vienen y, en principio, no afectan a un grupo determinado de personas vía impuestos. Son “Generales”. En buenas palabras “del Gran Bonete”.

Del 2008 en adelante el sistema de reparto se fue deteriorando por esa medida generosa mientras que el de capitalización funcionó muy bien. Quizá fue por el malhadado lucro, que incentivó a las AFAP's a procurar invertir bien los fondos de los trabajadores, de forma tal que en la actualidad el fondo provisional de US$ 22.000 millones se compone aproximadamente en un tercio de los aportes de trabajadores y dos tercios de rentabilidad obtenida con la inversión de esos aportes. A cualquiera le gustaría tal retorno sobre sus ahorros, si se los confiara a un administrador profesional.

Ya en el segundo gobierno del FA, en función de las medidas de 2008 y del crecimiento de la expectativa de vida de la población se vio necesario encarar una reforma que básicamente reconociera esa realidad: vivimos más, ergo el sistema jubilatorio debe contemplar una mayor edad de retiro y, obviamente, una mayor vida de trabajo. Y además, una pirámide poblacional envejecida que empeora las cosas: más jubilados y menos activos para mantenerlos.

Es algo que ha ocurrido en todos los países desarrollados donde la edad de jubilación ronda ahora los 65 años con tendencia al suba. Por ello Macron tuvo que dar una dura batalla legislativa incluso contra sectores de la coalición de gobierno. Ganó finalmente para extender la edad de jubilación de 62 a 64 años y los años de trabajo a 43.

El ministro Astori señaló en 2018 la necesidad de una reforma “No se puede seguir con el mismo sistema que refería a situaciones distintas", al destacar al aumento de la expectativa de vida y la tasa de activo-pasivo que hay en el país. Y aunque no dio especificaciones sobre el contenido de la reforma sí aseveró que no se puede "seguir aumentando la carga tributaria a la población”.

Hasta aquí nada nuevo bajo el sol pero sí es bueno recordar donde estamos parados y por qué. Este gobierno llevó adelante reforma anticipada por Astori y si bien no lo pudo hacer el primer año por la pandemia, lo hizo el cuarto año luego de mucho bregar. Buscó un amplio acuerdo político y social al cual la oposición no apoyó con la sinceridad que debería, conociendo la naturaleza del problema.

Y, además tuvo problemas serios dentro de la coalición por cual no hizo leche, como hubiera sido ideal, sino lecha aguada como dijo el presidente Lacalle Pou.

Fue leche aguada y sin embargo a esa leche se opuso el FA. Unos con la idea de derogarla si son gobierno en las próximas elecciones y otros, más radicales, plantearon una reforma constitucional nefasta para mantener la edad jubilatoria mínima en 60 años, derogar el régimen de las AFAP'S (algo que no está en el programa del FA y que no lo hizo en los 15 años que gobernó con mayoría parlamentaria) y ajustar la jubilación mínima por el salario mínimo.

Frente a esta decisión del PIT-CNT, el FA, que no tiene una postura única sobre el tema, prefiere no pronunciarse y dar libertad de acción (como si la gente no tuviera “libertad de acción” para votar lo que le dé la gana sin que necesite que alguien se lo permita).

Poner la edad mínima de jubilación en la Constitución es pegarse un tiro en el pie. Porque la experiencia indica, y lo será más en el futuro, que la expectativa de vida crece y ningún sistema será sostenible si ese parámetro no se modifica, algo que ya Astori reconocía. Y ¿quién será el valiente que proponga reformar la constitución para cambiar algo que es materia natural de la ley? Y por qué 60 ¿están acaso locos los países que van subiendo la edad jubilatoria mínima? No se está defendiendo un “derecho” como dice el PIT, se está haciendo demagogia con el dinero de otros.

Y en cuanto a la eliminación de las AFAPs, todo es un capricho por el dichoso lucro. El PIT-CNT mismo podría haber puesto una APAF “sin fines de lucro” y ofrecer servicios a sus afiliados que deben ser unos cuantos entre los trabajadores. Pero lo que no advierten son los peligros de desarmar un sistema que tiene US$ 22.000 y que no están depositados a la vista en el BROU para repartirlos o para pasarlos al BPS y hacer una fiesta sino en múltiples instrumentos financieros.

Acabar con las AFAPs tendría, en primer lugar, un duro golpe a la credibilidad y seguridad jurídica de Uruguay. Después de 34 años de funcionamiento del sistema y de varios gobiernos de muy diverso signo, se produce un cambio de fondo que altera las reglas de juego. Y además pretende hacerlo sin el pago del previo y justo precio que establece la Constitución.

Acabar con las AFAPs va a generar inestabilidad financiera. Uruguay perderá su calidad crediticia (algo que seguramente al PIT-CNT y a una parte del FA no le importa mucho) y ello afectará también a empresas e individuos.

Acabar con las AFAPs, además, significa  "expropiación" de los fondos, como dice la asociación de AFAPs, lo cual pone “en riesgo el derecho a la propiedad privada".

Pero más grave serán las consecuencias para quienes tienen fondos administrados por las AFAPs. Aparte del deterioro  que sufrirán los propios fondos por el deterioro financiero del país, los trabajadores  "perderán la capacidad de elegir dónde poner su dinero" y que, además, no podrán cederlo en herencias ni "utilizarlo para hacer frente a una enfermedad terminal", como tampoco para "retirar una parte", cerca de la edad de retiro.

Sin duda, este plebiscito será la madre de todas las batallas. Si por esas casualidades llega a triunfar, será mejor no estar en el gobierno en ese momento, Es algo que el FA, que ve la elección cercana, debería analizar cuidadosamente y pensar dos veces.

(*)PD: en Holanda la edad de jubilación está en 67 y se actualiza según la evolución de la expectativa de vida. Una suerte de reforma continua.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...