Ha sido un debate a lo largo de toda la pandemia que ha marcado todo el año 2020, desde la aparición del virus a fines de diciembre de 2019 en China: ¿es el confinamiento de las poblaciones la forma de controlar la propagación?
Fue, en todo caso, la solución aplicada en la mayoría de los países, con resultados diversos: desde el modelo sueco de apelar a la conciencia individual para enfrentar la enfermedad, hasta los duros encierros de Italia y España, —países muy golpeados por la pandemia—, pasando por la beligerante oposición de líderes como Donald Trump y Jair Bolsonaro.
Pero ahora, cuando se habla, y se padece, la segunda ola del coronavirus, mientras muchas voces claman por medidas severas —lo que ha llevado a serios enfrentamientos políticos y jurídicos, como el más reciente entre el gobierno español y el de la comunidad de Madrid— la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que los confinamientos a cal y canto deberían ser "el último recurso".
Michael Ryan, director de Emergencias Sanitarias de la OMS, plantea estabilizar la situación sanitaria en cada país o localidad y controlar la transmisión. "En muchos casos se han hecho las cosas muy bien, por lo que es importante que los confinamientos sean el último recurso".
David Nabarro, el experto británico que ha trabajado para el secretario general de la Naciones Unidas, y es el enviado especial de la OMS, es más concluyente que Ryan: "Nosotros, en la Organización Mundial de la Salud, no abogamos por los encierros como principal medio de control de este virus".
Un mensaje que parece ir en la dirección contraria a lo que la OMS ha proclamado por meses.
En una reciente entrevista con la revista británica The Spectator (El Espectador) Nabarro apunta que la "única vez que creemos que un bloqueo está justificado es para ganar tiempo para reorganizar, reagrupar, reequilibrar sus recursos, proteger a sus trabajadores de la salud que están agotados".
Pero, aclara, "preferimos no hacerlo".
Nabarro pone la atención en el impacto económico que causan los encierros y en el aumento de la pobreza. "Realmente hacemos un llamamiento a todos los líderes mundiales, a que dejen de usar el bloqueo como su método principal de control".
Para Nabarro, los encierros tienen una sola consecuencia: "Y es hacer que la gente pobre sea muchísimo más pobre".
Este experto, de dilatada trayectoria pública internacional, sostiene estas declaraciones en un artículo de su autoría que publicó que bajo el titulo "Reflexiones sobre el camino medio", en el que señala que los gobiernos deben encontrar un equilibrio entre las restricciones y la vida normal.
El mensaje del artículo es que las medidas de salud que implican una estricta higiene personal, la localización eficaz de los contactos y el aislamiento en caso de enfermedad, son las esenciales a tomar.
En esa perspectiva, la OMS elaboró un plan para que los gobiernos alivien las restricciones y que consiste en seis pasos:
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