El enviado de la ONU para Siria advirtió al Consejo de Seguridad que la guerra entre Hamás e Israel echa fuego a un polvorín a punto de explotar.

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La ONU señala que la situación en Siria es la más peligrosa de los últimos tres años

El organismo internacional advirtió que la guerra entre Israel y Hamás podría sumir al país en una fragmentación profunda y prolongada
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30 de octubre de 2023 a las 18:36

Naciones Unidas (ONU) advirtió sobre una posible “escalada” de las hostilidades en Siria entre el ejército local y las milicias yihadistas, dinámica que podría involucrar también fuerzas de otros países y grupos armados que operan en la región, debido a la guerra entre Israel y Hamás, situación que calificó como "la más peligrosa en mucho tiempo".

"Desde marzo de 2020, el conflicto sirio se encuentra en una especie de punto muerto estratégico. Llevo mucho tiempo advirtiendo que este status quo hace que Siria corra el riesgo de sumirse en una fragmentación más profunda y prolongada, con los riesgos más aterradores de una espiral de violencia”, afirmó el enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen.

"Hoy doy la voz de alarma: la situación es ahora la más peligrosa desde hace mucho tiempo", agregó el funcionario al exponer ante el Consejo de Seguridad del organismo.

"Además de la violencia generada por el propio conflicto sirio, la población se enfrenta ahora a la aterradora posibilidad de una escalada potencialmente más amplia, vinculada a los alarmantes acontecimientos en Israel, los territorios palestinos ocupados y la región", añadió Pedersen.

El funcionario señaló que la violencia “ya comenzó", en referencia a los ataques israelíes contra los aeropuertos de Alepo y Damasco, y a las acusaciones de Estados Unidos de ataques contra las fuerzas que mantiene estacionadas en el país, ataques que, recordó Pedersen, Washington adjudicó a "grupos respaldados por Irán".

"Incluso antes de estos acontecimientos regionales, Siria experimentó el peor aumento de la violencia en más de tres años", señaló el enviado especial. “Ahora, las tensiones en la región están echando más leña al fuego, a un polvorín que ya estaba a punto de explotar", dijo el funcionario.

"La atención del mundo está centrada en la crisis de Gaza, y con razón. Pero no debemos desviar nuestra mirada de las crisis humanitarias que continúan en otros lugares, a gran escala, incluso en la misma región", insistió Edem Wosornu, funcionaria de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), ante el Consejo de Seguridad.

Wosornu también alertó de la "significativa escalada de las hostilidades" en el norte de Siria y el impacto en la población, mientras que "la emergencia humanitaria empeoró en las últimas semanas".

"Esto es aún más preocupante con la llegada del invierno, ya que 5,7 millones de personas en todo el país necesitan ayuda humanitaria", subrayó ante el Consejo de Seguridad, al tiempo que pidió nuevos fondos.

El programa de ayuda humanitaria de la ONU, iniciado en 2011, tiene como objetivo ayudar a las víctimas de la guerra, que comenzó en 2011 luego que el gobierno reprimiera brutalmente las protestas sociales que estallaron en el país, conflicto que dejó un saldo de más de 500.000 muertos y millones de desplazados.

Durante los primeros años del conflicto, las fuerzas gubernamentales perdieron la mayoría del territorio a manos de las facciones de la oposición, de combatientes kurdos y de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).

Sin embargo, la intervención de Rusia en 2015 cambió el rumbo del conflicto y, con el apoyo de Irán, del Hezbolá libanés y de combatientes iraníes y afganos, el gobierno de Bashar Háfez al-Ássad, en el poder desde el año 2.000, pasó a controlar alrededor de dos tercios del país.

Según Moscú, más de 63.000 militares rusos colaboraron en la campaña siria, en momentos en que no está claro cuántos soldados siguen en el país en las dos bases militares que Rusia mantiene en el oeste de Siria: una terrestre en Hmeimim y otra naval en Tartús.

En 2012, los kurdos, agrupados en las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), anunciaron el establecimiento de una "administración autónoma" en las zonas del norte y este del país que siguen controlando, tras la retirada de las fuerzas sirias en gran parte de esas regiones.

Washington, por su parte, mantiene una base en el campo petrolero de Al Omar, el más grande de Siria, y en el yacimiento de gas de Conoco. Sus fuerzas también están presentes en el sur, en la base estratégica de Al Tanf, cerca de las fronteras con Jordania e Iraq.

Desde 2016, Turquía, con el apoyo de facciones sirias, lanzó varias operaciones militares en el norte, sobre todo contra combatientes kurdos. Las fuerzas turcas y las facciones pro-Ankara controlan una franja fronteriza que abarca desde Yarabulus, al noreste de Alepo, a Afrin, al noroeste. También otra zona fronteriza más al este.

Por su parte, el grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham mantiene el control en un último reducto, en el noroeste, bastión que engloba una gran parte de la provincia de Idlib y territorios limítrofes de las provincias de Alepo, Hama y Latakia, en donde la mitad de sus tres millones de habitantes son desplazados que huyeron de las regiones reconquistadas por el gobierno.

 

(Con información de AFP)

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