Con su mano izquierda empuja la hamaca y con la derecha sostiene su celular. Su cabeza está inclinada hacia abajo, mirando absorbido por la pantalla de más de seis pulgadas. Su hija, seria, y por otros momentos alegre, se balanceaba de lado a lado. Ella esforzaba su atención a niños que jugaban lejos de su padre.
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