La regulación de las encuestadoras, los errores y "la bola de cristal"

"Esta ha sido la derrota profesional más dura de toda mi carrera". La frase pronunciada por el politólogo y director de la consultora Cifra, Luis Eduardo González, una semana después de las elecciones nacionales de 2014 resume la actuación de la mayoría de las encuestadoras en la última contienda electoral y dio paso al debate sobre si es necesaria o no una regulación en este rubro para evitar errores.

Es que, así como ocurrió con el ya fallecido González, la mayoría de los encuestadores sobrestimaron el voto hacia el Partido Colorado y subestimaron la cantidad de sufragios del Frente Amplio ya que no se pronosticó que el oficialismo obtuviera la mayoría parlamentaria.

Y aunque la mayoría de los expertos coinciden en que regular las encuestas no asegura resultados más precisos, los errores cometidos en 2014 puso a las encuestadoras bajo la lupa.

El objetivo de regular pasa por "defender el profesionalismo" con el que se trabaja y "evitar la irrupción de encuestas truchas en tiempos electorales", dijo este jueves el presidente de Cámara Uruguaya de Empresas de Investigación Social y de Mercado del Uruguay, Alain Mizrahi.

Fue justamente esa cámara, que entiende necesaria una regulación del tema, la que este jueves realizó un seminario en el que varios expertos buscaron responder la pregunta acerca de si la regulación de las encuestas "contribuye a una mejor democracia".

El politólogo y director de Factum, Eduardo Bottinelli, entiende que las encuestadoras deben trabajar "respecto a lo que se difunde".

Tanto Bottinelli como Mizrahi consideran que es necesario que se difundan los detalles de las encuestas (cuándo se hacen y las preguntas que se realizan, entre otras cosas) para que la gente pueda tener toda la información disponible cuando se entera de los resultados del sondeo.

"El resultado va a ser distinto si yo pregunto qué partido tiene intención de votar si las elecciones fueran el próximo domingo a si pregunto por una lista de posibles candidatos", explicó Mizrahi.

En tanto, el historiador y politólogo Gerardo Caetano se mostró proclive a una regulación y celebró que se ponga el tema sobre la mesa. "Hay que recelar de regulaciones punitivas. Tienen que ir por el lado de la transparencia", dijo y consideró que se debería establecer que todas las encuestadoras presenten fichas técnicas rigurosas.

De todas formas, descartó que una regulación sea "la panacea" de todos los problemas. "No comparto que en algunos ámbitos donde es clave la libertad y la transparencia, la mejor ley es la que no existe", apuntó.

Para Caetano "lo que pasó en 2014 hay que explcarlo" y por eso es necesario debatir sobre el tema.

"Sana competencia".

En tanto, el periodista Nelson Fernández dijo que no se oponía a una ley que regulara a las empresas, aunque opinó que no cree eso pueda mejorar la calidad de las encuestas por sí mismo. Pero sí fue contundente contra una ley de restricciones a la libertad de informar, y a todo tipo de censura. "Cualquier intento de esto (de censurar) puede ser nefasto y voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para oponerme", dijo al cerrar su alocución en la antesala de la Cámara de Diputados.

Para Fernández, uno de los principales problemas en este asuntos es que se toma a las encuestas como un pronóstico o como si se estuvieran anticipando un resultado y no como un sondeo de opinión pública.

"La bola de cristal existe solo en la ciencia ficción", apuntó. El periodista agregó que la "sociedad está cambiando" y que "algunos dicen que las encuestas no están sintonía" pero se cuestionó si una ley solucionaría eso.

Por su lado, el demógrafo Juan José Calvo defendió el trabajo de las encuestadoras. "Si uno mira el mercado uruguayo la mayoría está haciendo un trabajo profesional y serio", señaló y aseguró que lo mejor para todos es una "mayor y muy sana" competencia.

En ese sentido, Calvo mencionó que, en el camino de la autorregulación, las encuestadoras ya han dado algunos pasos. El demógrafo entiende que el principal problema de las encuestadoras está en la interpretación de los datos y no en el trabajo de campo.

"Si regulamos estamos poniendo el ojo donde no está el problema", dijo.

La discusión sobre si es necesaria o no una regulación de las encuestas no es nueva. En marzo de 2014, antes de las elecciones, Luis Eduardo González opinaba de esta manera ante una propuesta de regulación presentada por el senador colorado José Amorín: "En materia de regulación de encuestas, mis reflejos básicos son exactamente los mismos que en relación a la regulación de la prensa, por exactamente las mismas razones", señaló González en aquel entonces a El Observador.

La única regulación que existe en Uruguay es la veda electoral -que no permite difundir encuestas en las 48 horas previas a las elecciones- y es la más corta de América Latina.

En el debate se señaló que mientras en Estados Unidos no existe ningún tipo de regulación, en Francia se suele "escrachar" a las encuestadoras que realiza mal su trabajo.