A partir del 1° de setiembre, el Vaticano renovará su política de inversiones para alinearlas con la Doctrina Social de la Iglesia, eliminará las que tengan "carácter especulativo" y rechazará las propuestas que sean contrarias a "la dignidad del ser humano o el bien común", según anunció la Secretaría de Economía de la Santa Sede mediante un comunicado.
"La nueva política pretende garantizar que las inversiones estén orientadas a contribuir a un mundo más justo y sostenible; además de proteger el valor real del patrimonio de la Santa Sede”, señala el texto. Según el anuncio, las nuevas inversiones buscarán generar "un rendimiento suficiente para contribuir de forma sostenible a la financiación” de las actividades del Vaticano, explica el comunicado.
La decisión, que acompaña a otras medidas adoptadas por el Vaticano para transparentar sus finanzas, subraya que la nueva etapa incorporará “exclusiones específicas” en inversiones financieras que contradigan principios fundamentales, “como la santidad de la vida, la dignidad del ser humano y el bien común", afirma la nota oficial.
Por esta razón, prosigue el comunicado, es importante que dichas inversiones "se dirijan a actividades financieras de carácter productivo, excluyendo las de carácter especulativo y, sobre todo, se guíen por el principio de que la elección de invertir en un lugar y no en otro, en un sector productivo y no en otro, es siempre una elección moral y cultural".
El anuncio se da después de que el Papa afirmara a principios de julio que esperaba que no se repitieran los escándalos financieros en el Vaticano, ocasión en la que estimó que están dadas las condiciones para que la nueva estructura económica que montó en la Santa Sede opere los controles necesarios.
Lo dijo en referencia a la compraventa de un palacio en Londres que dejó cerca de € 219 millones de pérdidas y una investigación por parte de la Justicia de la Santa Sede, juicio en marcha que involucra al cardenal Angelo Becciu y a otras nueve personas por las irregularidades financieras detectadas, en medio de acusaciones cruzadas por fraude, malversación, abuso de poder, blanqueo, corrupción y extorsión.
"La creación de la Secretaría de Economía con gente técnica, que entienda, que no caiga en manos de benefactores, entre comillas, o amigos que te puedan hacer resbalar, yo creo que este nuevo departamento, digamos, que tiene todo el financiamiento, y una seria seguridad en la administración", explicó el Papa cuando se anunció en 2014 la creación del organismo. "Antes la administración era muy desordenada", sostuvo Jorge Bergoglio sobre la época previa a la instauración de la Secretaría de Economía. El Vaticano, además, decidió centralizar sus cuentas de inversión en el exterior transfiriéndolas al Banco del Vaticano y dispuso que sean supervisadas por la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica.
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