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La Unión Europea busca reemplazar el gas ruso ante la llegada del invierno

El alza en el precio de la energía y la recesión que se produciría en este invierno impulsan a los países de la comunidad europea a buscar soluciones para aliviar la situación de las industrias y los hogares
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14 de septiembre de 2022 a las 05:04

Desde el inicio de la guerra de Ucrania, los líderes de la Unión Europea han aprobado una combinación sin precedentes de subsidios a la energía y medidas financieras para enfrentar los efectos de su dependencia del gas, el petróleo y el carbón ruso.

Con los precios de la energía subiendo sin cesar, esta semana los países del bloque europeo han votado subsidiar el consumo de gas domiciliario e industrial para este invierno.

La propuesta es que se establezcan precios máximos por encima de los cuales los gobiernos se harían cargo del costo adicional mediante el recurso de recortar los beneficios extraordinarios de los productores e importadores de gas.

Desde el año pasado, los precios del gas han aumentado ocho veces hasta alcanzar € 340 el megawatt/hora en el mes de agosto y los de la electricidad se han triplicado mayormente por el precio de los hidrocarburos.

Grecia está primero en la lista de los países que subsidian la energía, aplicando el 6,5% de su producto bruto para compensar las cuentas de los hogares en un 50%, mientras que Alemania espera comprometer el 2,6% de su PBI con el mismo propósito.

La Unión Europea había prohibido en abril las importaciones de carbón ruso como una sanción por la invasión de Ucrania, seguida por la aplicación de la misma medida sobre el petróleo en junio.

Las sanciones no se aplicaron sobre el gas por la dificultad de reemplazarlo por gas licuado debido a la falta de suficientes instalaciones portuarias en Europa para descargar y desgasificar el producto.

En particular, Alemania y los países de Europa central son dependientes del gas ruso transportado en gasoductos que abastecen un tercio del gas consumido por Europa.

Con el desarrollo del conflicto en Ucrania y debido a las sanciones implementadas contra su país, Rusia ha amenazado con cortar el suministro de gas a menos que se levanten las sanciones y cese el aprovisionamiento de armamento a Ucrania.

El vicepresidente del consejo de Seguridad de Rusia, Dmitry Medvedev, dijo a fines de agosto que “estaban listos era proveer el gas de acuerdo con los volúmenes contratados hasta ahora, pero el futuro depende de la posición de los países europeos”.

Medvedev condicionó los futuros suministros al levantamiento del bloqueo de los pagos por las exportaciones rusas, la entrega de las turbinas reparadas del gasoducto Nordstream I y la continuación del proceso de certificación de las obras del gasoducto Nordstream II que Alemania había suspendido inmediatamente después de la invasión a Ucrania.

La entrega de las  turbinas reparadas del gasoducto Nordstream I se encuentra suspendida por la empresa Siemens debido a las sanciones y esto explicaría, según Moscú, la disminución del 50% del volumen de gas transportado en junio y julio, aunque Europa ha rechazado la explicación rusa e incluso ha se ha llegado a afirmar que “la guerra del gas de Putin contra Europa es una continuación de la guerra contra Ucrania”. Tal lo expresado por el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano Dmytro Kuleba.

El desacople europeo de la energía rusa este invierno se traducirá en recesión económica por el aumento de los precios, analizan economistas especializados en el tema, como Jonathan Stern, del instituto de estudio de la energía en Oxford, quien afirma que “Europa no tiene suficiente gas pese a que sus reservas están llenas en un 85%, pero el problema está en disponer de ese gas donde se lo necesita. Po ejemplo, Francia tiene terminales de gas licuado, pero no puede proveer a Alemania porque ambos no tienen suficiente capacidad de almacenamiento”.

Alemania está acelerando la compra de barcos tanque para usarlos como depósitos offshore y también está construyendo plantas de gasificación.

Según Stern “se supone que Alemania tendrá lista una terminal de gas licuado hacia fin de este año en Wilhemshaven y otra más en 2023 en Brunsbuttel. De este modo, podría empezar a importarse algo de gas licuado en la segunda mitad de este invierno, si todo va de acuerdo a lo planificado”.

En 2021, un tercio de la energía europea se generaba usando gas, un 31% con petróleo, un 11% con carbón, un 10% con plantas nucleares y una 14% con energías limpias (hídricas, solares y eólicas)

Los países más dependientes del gas como generador energético son Italia, el Reino Unido, Hungría y los países Bajos con porcentajes que promedian un 40%, mientras que países como Irlanda, Rumania y Lituania rondan el 30%.

El gas ruso todavía fluye ha través del gasoducto Yamal que cruza Ucrania y el TurkStream que se extiende bajo el mar Negro, pero el gran interrogante es por cuánto tiempo continuará este suministro y cuáles serán las acciones de corto y mediano plazo para reemplazarlo.

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