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Lacalle Pou jugó de visitante en una visita al FA con la reforma jubilatoria sobre sus hombros
–¡Es la primera vez que vengo!
El presidente Luis Lacalle Pou rompió con la condición de locatario que ha signado los vaivenes políticos de su gobierno –y los anteriores– este viernes al pisar la Huella de Seregni, sede del Frente Amplio, para presentar en persona el anteproyecto de reforma de la seguridad social.
El mandatario no tardó en aceptar la invitación que le hizo el exponente de la oposición, Fernando Pereira, de recorrer la casa en la que desde los 90' el Frente Amplio tiene su base.
–Yo no tengo apuro, hoy tengo todo el día para ustedes.
Con él iba el abogado Rodolfo Saldain, principal redactor del borrador de la reforma cuyo impulso se ha puesto al hombro el presidente bajo la premisa de la "urgencia" y de "no medir los costos políticos". Pocas horas después de presentarle el texto a sus socios de la coalición, Lacalle Pou asumió personalmente la responsabilidad de acudir a la oposición, consolidando el gesto de mayor acercamiento en lo que va de su período, y abriendo lo que en sus palabras fue "un paréntesis en la batalla política".
Pereira condujo al líder blanco por el pasillo hasta el patio de la sede, donde lo primero que se lleva las miradas es el inmenso palo borracho que se alza desde el centro. Lacalle no ocultó su asombro por el histórico árbol –declarado de interés departamental por la administración de Mariano Arana en la Intendencia de Montevideo–, aunque confesó que ya había escuchado sobre él.
Lo otro fue el mural del General Líber Seregni impreso en una de las paredes.
–Un caballero –describió el mandatario.
Quince años habían pasado desde la última visita de un presidente a la casa del principal partido opositor. Fue el 19 de abril de 2007 que el frenteamplista Tabaré Vázquez se reunió en la vieja casona de Juan Carlos Gómez con el entonces presidente del Honorable Directorio del Partido Nacional, Jorge Larrañaga.
La delegación frenteamplista llevó a Lacalle hasta la llamada Huella de Seregni, una parte trasera de la sede donde suelen reunirse los organismos de dirección –como la Mesa Política y el Plenario– y que fue anexada en la última década. El presidente no se guardó ninguna pregunta, al tiempo que Pereira le contaba que ese espacio solía ser un estacionamiento en los tiempos de Arana.
Dos días antes de su visita al Frente Amplio, Lacalle Pou reunió en Suárez y Reyes a los socios de la coalición, y allí recibió el respaldo de la necesidad de realizarla, aunque ninguno de los líderes partidarios –en especial el cabildante Guido Manini Ríos– se expresó respecto al contenido del documento.
Justamente sobre ese silencio se detuvo este viernes el presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, que puso en tela de juicio el nivel de consenso de la reforma dentro del propio oficialismo. "Primero tenemos que saber si este es un proyecto del presidente o un proyecto del gobierno", dijo Pereira en conferencia de prensa tras el encuentro con Lacalle Pou.
"Hicimos un paréntesis en la batalla política"
De vuelta en la casa del Frente Amplio, el presidente se detuvo junto a la imagen del acto constitutivo de la coalición de izquierda el 5 de febrero del 1971, colgada en una pared del pasillo. El mandatario empezó a recorrer con el dedo las distintas caras, y preguntó si también estaba por ahí Hugo Batalla –en ese entonces referente de la lista 99 junto a Zelmar Michelini, y años más tarde un aliado clave del Partido Colorado–.
Camino al despacho de la presidencia del Frente Amplio, Pereira saludó con entusiasmo al subdirector de la Secretaría de Comunicación de Presidencia, Carlos Baceda, quien acompañaba desde el principio la recorrida. El gesto no pasó desapercibido para Lacalle.
–¿Venís seguido por acá, Carlitos? –bromeó el presidente.
El comentario desató la risotada de todos los presentes, incluida la de la nutrida comitiva de fotógrafos y camarógrafos de los medios que escoltaban de cerca cada paso de los dirigentes.
–Hay algo que no me está cerrando –volvió a insistir Lacalle sobre Baceda, mientras hacía un guiño.
Tras más de una hora de reunión –de la que también participaron la vicepresidenta Verónica Piñeiro y el secretario político del FA, Daniel Mariño–, el presidente sostuvo que "la casa está prendida fuego", remarcó que "cada día que pasa es más urgente" la reforma y su necesidad de conseguir "los consensos lo más amplios posibles".
"Hoy hicimos un paréntesis en la batalla diaria política, porque es un tema de todos", declaró Lacalle Pou. Pereira, por su parte, reafirmó el convencimiento de la izquierda de que "la protección social es una prioridad nacional", aunque evitó adelantar pronunciamientos sobre el contenido. Uno de los ejes del debate para la oposición es cómo la reforma atiende la situación de las distintas cajas, en especial la del servicio de retiros militares, y lo que cuestiona como "un aumento de la edad jubilatoria al barrer".
Lacalle Pou agradeció la recorrida a la oposición, con la que llegó a tener un relacionamiento ríspido, en especial durante el auge de los contagios de covid-19 y la gestión de Javier Miranda en la presidencia. Su visita terminó de cerrar esa etapa.
–Divino lugar, la verdad –dijo al salir.
