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Lacalle Pou pidió a socios “diferenciarse” en campaña electoral pero no “poner muros” que impidan “volver atrás”
Asado, matambrito de cerdo y chorizo picado. Ese fue el menú con el que el presidente Luis Lacalle Pou recibió a los legisladores de la coalición –incluida la vicepresidenta Beatriz Argimón– para un almuerzo en la estancia de Anchorena en Colonia.
El encuentro había sido prometido tras la aprobación de la Ley de Urgente Consideración (LUC) y se desarrolló en un ambiente de camaradería e informalidad. Allí, según contaron a El Observador diversos participantes de la reunión, el mandatario aprovechó para dar un breve discurso, inferior a los diez minutos, en el que les agradeció por haber asistido y por el trabajo en estos más de tres años y medio de administración.
De camisa y pantalón de campo, en el alero detrás de la residencia, con una privilegiada vista al Río de la Plata, Lacalle Pou les dijo que lo “más importante” era “estar juntos” y que si bien acababan de aprobar la última ley difícil del período –en referencia a la Rendición de Cuentas–, todavía faltaba “mucho por hacer”.
En esa línea, valoró que la coalición seguía unida a pesar de los vaticinios durante la campaña y manifestó que recientemente había recibido un informe con “todo lo que se decía en 2019” respecto a cuánto iban a durar como socios, algo que “no se cumplió”.
Reconoció que en un “balance personal” algunos pudieran no sentirse del todo contentos, pero que al mirar el árbol se observaba que las diferencias no eran tantas y que el funcionamiento y el rendimiento de la coalición había sido positivo.
Sabedor de que el sistema político entra en terreno electoral, Lacalle Pou manifestó que sabía que durante la campaña iban a exhibir diferencias y matices, algo que consideraba “común”, pero les pidió que las discusiones se mantuvieran sin “cruzar líneas” y sin “poner muros” que les impidieran "volver atrás".
En el breve mensaje, también les dijo que si la coalición ganaba iba a estar “más contento que en 2019” –cuando ganó él– porque eso significará que lo que hicieron en estos cinco años “valió la pena”.
A su vez, expresó que estaban en condiciones de obtener la victoria y mencionó –siguiendo a Wilson Ferreira Aldunate– que para el gobierno eran tan importantes las grandes cosas como las pequeñas.
Si bien el envío a prisión de Gustavo Penadés por 22 delitos de explotación sexual de menores fue el tema de la semana, el exsenador fue el “elefante en la sala” ya que no hablaron del tema, más allá de algún comentario informal en los diálogos durante el almuerzo.
Pidió invitación
Lacalle Pou se había comprometido con el asado en 2020 cuando se aprobó la LUC y luego le había dicho a los legisladores que se realizaría si ganaban el referéndum, algo que sucedió en marzo del año pasado.
Al recibirlos, el mandatario bromeó con que se realizaba porque algunos diputados –como Iván Posada y Carmen Tort– le habían recordado la deuda pendiente y como varios legisladores, incluso algunos con decenas de años en el Parlamento como el senador Jorge Gandini, no conocían la estancia, les hizo una recorrida por los principales ambientes.
Les mostró la sala de reuniones que está en el primer piso de la casona donde hay una representación de un oso tamaño real y también varias cabezas de ciervos.
Al ver la inmensidad de la casona, ubicada en uno de los márgenes del Río de la Plata cerca de la desembocadura del río San Juan y con vista a Argentina, algunos diputados colorados recordaron la frase de Julio María Sanguinetti de que “desde Suárez se gobierna y en Anchorena se decide”.
Sobre el final, Lacalle Pou bromeó con que esperaba y deseaba que lo invitaran al próximo que se realice, algo que motivó que el diputado Felipe Schipani le contestara que le “iba a decir” a Robert Silva que lo convocara.
En ómnibus y helicóptero
Para facilitar el traslado, el mandatario dispuso un ómnibus que llevó a la mayoría de los diputados y senadores desde Montevideo hasta Colonia, aunque otros fueron en sus propios vehículos.
Quien sorprendió fue el diputado de Maldonado, Sebastián Cal, que llegó en helicóptero aprovechando su licencia de piloto, lo que provocó risas y chistes entre los legisladores.
