Esta semana las autoridades uruguayas y brasileñas reforzaron el patrullaje en la frontera Chuy-Chuí.

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Las dos caras de Pelé, el narcotraficante asesinado en el Chuy

El narcotraficante asesinado en Chuy lideraba una de las bandas enfrentadas en la frontera Chuy-Chuí, donde entre 2017 y 2018 murieron más de 20 personas
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14 de abril de 2018 a las 05:00
Emmerson Cunha Lima era "muy buena gente", un hombre solidario con sus vecinos, un gran jugador de fútbol, y un conocido narcotraficante de la frontera Chuy-Chuí, que acababa de recuperar la libertad tras cumplir un año de prisión en Brasil.

El viernes 6 de abril, este ciudadano brasileño fue asesinado de cinco disparos por dos hombres cuando se encontraba junto a su esposa en un modesto puesto de medias y ropa interior del que era dueño, en el Chuí (Brasil), a pocos metros de la línea fronteriza. Un hombre que en ese momento se acercó a la calle para tirar un cigarrillo recibió un disparo en el pene y en el muslo, y una mujer que compraba en una tienda cercana fue impactada por una bala en el pie.

El hecho generó una conmoción que los homicidas aprovecharon para fugarse a Uruguay, subirse a un Chevrolet Prisma y desaparecer sin dejar rastro. A pesar de que el crimen ocurrió a las 14 horas, con las calles abarrotadas de gente comprando en las distintas tiendas del lugar, nadie se animó a declarar contra los asesinos.

Chui Chuy
En el barrio Toquinho (Chui-Brasil) se han producido enfrentamientos entre bandas
En el barrio Toquinho (Chui-Brasil) se han producido enfrentamientos entre bandas

Renata, una comerciante que vende ropa en un puesto cercano, recuerda el estruendo de los disparos, el griterío, y la confusión de personas que huían despavoridas. No logró ver a los atacantes, pero sí como a aquel hombre, al que describió como alguien "siempre sonriente", yacía muerto en el suelo.

"Pelé era un hombre respetuoso, si alguien precisaba algo él te daba una mano", comenta esta mujer de pelo canoso y voz calmada. Sobre sus negocios apuntó: "La gente comenta tanta cosa que a veces uno no cree. No sé, conmigo siempre fue lo más bien".

Esta visión es compartida por varias personas que fueron consultadas por El Observador. Ima, un comerciante de ropa, reconoció que Pelé era un traficante, pero aseguró que era respetuoso y que a menudo conversaba con los propietarios de las distintas tiendas de la zona.

La alcaldesa del Chuy (Uruguay), Mary Urse, dijo a El Observador que Pelé era "un gran jugador de fútbol", y "muy buena gente". Mientras tanto, el prefeito de Chui (Brasil), Marco Antonio Barbosa, se refirió al narcotraficante muerto como un hombre que pese a tener negocios "turbios" estaba inmerso en la sociedad, jugaba al fútbol e iba a los cumpleaños de otras personas que ni consumían drogas ni participaban de su venta. Según Barbosa, el mismo día antes de morir, dos niños se acercaron a Pelé para pedirle ayuda y él se comprometió a conseguirles ropa.

"No era una persona mala, como tampoco era mala su familia. Yo trabajé con dos hermanos de Pelé cuando era secretario de obras de Chuí, y eran buenos funcionarios, y su padre era un muy buen albañil", agregó.

Marco Antonio Barbosa Prefeito Chui Chuy
Marco Antonio Barbosa es el Prefeito Chui (Brasil).
Marco Antonio Barbosa es el Prefeito Chui (Brasil).


El Pelé narco

Pelé era un traficante con más de 20 años de actividad en la frontera Chuy-Chui, cuyo negocio era traer la droga desde Brasil a Uruguay para luego distribuirla a las distintas bocas de la zona, y de los balnearios cercanos. Llegó a ser condenado por un delito de tráfico de estupefacientes y asociación ilícita, pero tras cumplir una pena de solo un año de prisión había recuperado la libertad hacía apenas dos meses.

«Ninguna persona fue enviada a la cárcel por las muertes en Chuí. Hay impunidad». Marco Antonio Barbosa, Prefeito de Chuí

En ese período se enemistó con quien había sido su socio durante años, lo que inició un fuego cruzado entre bandas que lleva más de 20 muertos entre 2017 y 2018, un número que causa alarma en las autoridades policiales de ambos países, que ahora buscan contener la violencia en esta frontera en la que viven 15 mil personas.

Los buenos y los malos

Desde la ventana enrejada de una precaria casa del asentamiento Toquinho (Brasil), Irma (de unos 80 años) observa la lluvia que cae sobre la calle de tierra, y el agua que se acumula en el barrio, junto a los pastizales de un intenso verde. A una cuadra de su casa, el sábado 9 de abril, los bomberos llegaron a apagar un incendio en una casa en la que alguna vez funcionó una iglesia evangélica.

En el interior de esa vivienda encontraron el cuerpo carbonizado de un ciudadano maragato, que había llegado al barrio hacía apenas unos días. Las pericias comprobaron que aquel hombre había sido baleado primero y quemado después, junto con la vivienda.

El caso pasó a ser analizado como un nuevo episodio de ajuste de cuentas. Según fuentes policiales, el hombre estaría vinculado a la banda que mandó a matar a El Pelé.

11,7 cada 100 mil es la tasa de homicidios de Rocha. Se trata del segundo departamento con más muertes violentas per cápita detrás de Rivera que tiene 13,5. En tercer lugar está Montevideo con 11,6.

La mujer que observa por la ventana modera sus palabras para hablar de la situación, y se excusa de dar su nombre, porque no quiere que la maten "por chusma". "Si el Pelé vendía droga, tan bueno no era", se anima a decir, y asegura que pese a los recientes eventos, el barrio "es tranquilo".

Mary Urse Frontera Chuy
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Esta visión es compartida por varios de los vecinos consultados por El Observador, quienes resumen los recientes hechos de violencia en la frontera, como un mero enfrentamiento entre delincuentes, que no afecta a quienes viven honradamente.

Para la alcaldesa de Chuy, "si te portas bien no te pasa nada, ahora si te portas mal por supuesto que pasa". A pesar de eso, Urse asegura que muchos de los muertos eran "buenas personas" que se vieron forzadas a dedicarse al narcotráfico por la falta de trabajo en la zona.

De hecho, Urse dijo que el Municipio se hizo cargo de pagar el sepelio de algunos de esos jóvenes, porque vivían en condiciones de pobreza y no podían hacerlo sus familias.


"Si uno les pone una fábrica para que vengan a laburar no traficarían, acá no hay nada, los freeshop te toman trabajo y en invierno bajan, ¿sabes cuánto nos vinieron a pedir trabajo hoy? 30 personas ¿A dónde va a parar esa juventud?", se preguntó la alcaldesa.

Para Urse hay que combatir la droga y dar trabajo. "Yo no te puedo hablar mal ni de los que murieron ni de los que mataron. Aquí el único tema que lastima a los chicos es la droga. Combatiendo la droga se combate todo esto", aseguró.

Urse dijo a El Observador que es madrina de la hija de uno de los que fue asesinado recientemente en el marco de un ajuste de cuentas y agregó: "Él era un gran padre, no le pedía nada a nadie, andaría en algo no sé. Fue una persona que le dio de comer a más de la mitad de Chuy. No era mala persona".


El negocio de la droga en auge

La guerra en el Chuy coincide, y no es casualidad, con un auge en el pasaje de droga desde Brasil a Uruguay. Según dijo una fuente de la policía del país norteño a El Observador, desde 2016 se produjo un importante incremento en las cantidades de marihuana incautada en rutas brasileñas que tenía como destino Uruguay. Si antes la Policía Federal de Brasil lograba decomisar hasta cinco kilos por operativo, en los últimos procedimientos se llegó a incautar hasta 400 y 500 kilos.

En lo que va de 2018 ya lograron quitarle a los narcotraficantes 1,5 toneladas de cannabis. Esta cantidad supone que los grupos de narcotraficantes están empezando a mover mayor cantidad de dinero, y que el negocio se está haciendo más redituable ya que saben que lo que logran retener es apenas un porcentaje mínimo de lo que pasa por la frontera.

La guerra en pausa

El fin de semana que inició con la muerte de Pelé fue especialmente movido para las autoridades policiales a ambos lados de la frontera. A la muerte del ciudadano uruguayo en territorio brasileño del sábado se sumó un nuevo ataque contra la familia de Pelé el domingo, cuando su esposa y su yerno fueron baleados por integrantes de la banda rival, aunque no llegaron a matarlos.

Finalmente la familia del Pelé abandonó la ciudad, y se refugió lejos de la frontera.
La violencia de ese fin de semana llevó a que el Ministerio del Interior enviara efectivos de la Republicana para complementar las tareas de patrullaje que realiza el PADO, al tiempo que las autoridades brasileñas decidieron aumentar la presencia de Policía Militar de ocho a 15.

Reunión con el prefecto del Chuy del lado brasileño
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Durante este jueves la presencia de efectivos de PADO y la Republicana en Uruguay patrullando sobre la línea divisoria era casi constante. De lado brasileño, en tanto, era menos frecuente, aunque la noticia de refuerzo de efectivos militares tranquiliza a varios vecinos de ese lado de la frontera.
La mayor presencia policial alertó a la banda rival de Pelé. Este grupo, que es dirigido por un uruguayo, se alejó de la frontera hacia Montevideo, según dijo una fuente policial.

Como todos los homicidios fueron perpetrados en territorio brasileño, estas personas no tienen ninguna causa por homicidio en su contra en Uruguay. Si bien la Policía de Brasil tiene identificados a los líderes de la banda enfretada a Pelé, no ha logrado reunir pruebas para llevarlos a juicio.

A pesar de la mayor cantidad de personal dedicado al patrullaje, Brasil cuenta con apenas dos efectivos de policía civil en Chuí. Esta fuerza es la que se ocupa de investigar los delitos, por lo que, a juicio del prefeito Barbosa, si el gobierno de Río Grande do Sul no envía más efectivos, seguirá habiendo "impunidad". Hasta ahora, nadie ha sido enjuiciado por las más de 20 muertes ocurridas entre 2017 y 2018.

Según dijeron desde Policía Civil, se espera la llegada de más efectivos en los próximos días, aunque no está claro cuántos serán ni cuándo llegarán.

"Ahora la banda de Pelé se fue, pero no sabemos si para siempre o están esperando un tiempo para volver con todo. Me preocupa que se estén organizando, y que de aquí a unos meses los refuerzos de policía se vayan y ellos (por los narcotraficantes) vuelvan", explicó. "Si no va nadie preso en un tiempo todo va a seguir igual", concluyó.

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