Mundo > A SANGRE FRÍA

Las historias de Popeye, el sicario que mató hasta a su novia por amor a Escobar

No lo consideraba ni un amigo, ni un jefe, sino que era un dios y bajo ese pensamiento mató a políticos, personas inocentes e incluso a su mejor amigo
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06 de febrero de 2020 a las 11:18

"Si a mí Pablo Escobar me hubiera pedido que matara a mi padre, y mi padre hubiera cometido un error gravísimo en contra de la organización o en contra de mí, lo hubiera hecho sin dudar", repitió en varias entrevistas Jhon Jairo Velásquez, mejor conocido como Popeye, que murió este jueves a los 57 años. Velásquez padecía cáncer de estómago, con metástasis en varios órganos, y estaba internado desde diciembre de 2019. El exisicario consideraba que Escobar "no era un amigo, no era un hermano, no era un jefe, era un dios",  y por eso su fidelidad a los ideales del narcotráfico se mantuvieron. 

Popeye mató a más de 300 personas y ordenó el asesinato de 3.000 más, cada uno de estos delitos tenía un precio que iba desde los US$ 2.000 hasta US$ 1 millón. Estas ganancias hicieron que Velásquez fuera millonario con tan solo 25 años. "Yo era muy joven, millonario, entonces a veces hacía las cosas mal bajo el efecto del licor. Por ejemplo, mataba personas que no tenían que morir, pero el patrón siempre me perdonó", contó en una entrevista al canal de YouTube Badadun

En uno de los tanto asesinatos que cometió, mató a la exmodelo colombiana Wendy Chavarriaga Gil, el amor de su vida. Ella había sido la segunda mujer de Pablo Escobar, quien tenía estrictamente prohibido que sus amantes se embarazaran. Cuando se enteró de que la exmodelo estaba esperando familia y, además se estaba mostrando así en público, envió a dos de sus hombres y a un médico para que le realizaran un aborto.

"Si una mujer quedaba embarazada tenía que abortar o la matábamos", relató Popeye en la entrevista. Para vengarse, Chavarriaga Gil comenzó a mantener una relación con el exsicario y lo usó para quitarle información sobre el paradero de Escobar y así entregarlo a las autoridades. Sin embargo, Popeye se enteró del plan y no tuvo "otra opción" de matarla. 

Otro de los delitos que también marcó un antes y un después en la vida de Popeye fue el secuestro del candidato presidencial de Colombia, Andrés Pastrana. El 18 de enero de 1988, unos 10 hombres armados liderados por Velásquez, entraron a la sede de campaña de Pastrana y el cártel de Medellín lo retuvo por ochos días. El político –que corrió con suerte– fue liberado cuando la policía colombiana dio con su paradero y lo rescató. 

Sin embargo, ante la crisis de la situación y con Pastrana siendo rescatado por las autoridades, Popeye no dudó y asesinó al procurador Carlos Mauro Hoyos, que también estaba secuestrado por la cartel. 

Escobar se oponía a la extradición de narcotraficantes a Estados Unidos, por eso le había declarado la guerra al gobierno de Colombia. Incluso, el lema que tenía el cartel de Escobar era: "Prefiero una tumba en Colombia y no una cárcel en Estados Unidos". César Gaviria era uno de los políticos que apoyaba la medida de extradición, por eso decidieron atacar el vuelo 203 de Avianca, que supuestamente Gaviria abordaría. Sin embargo, Popeye no pudo confirmar que el político se subiera el avión y terminó asesinando a 109 personas inocentes al hacer estallar la aeronave en pleno vuelo. 

En esta misma línea, el exisicario también mató a un bebé, cuando en realidad el objetivo de la bala era para su mamá, un importante nexo con el Ejército de Colombia. El asesinato se concretó en una estación de servicio, pero la mujer no fue sola sino con su bebé en brazos y ambos fueron acribillados a balazos. Popeye afirmó en varias entrevistas que "fue un acto de humanidad, para que el niño no se quedara huérfano". 

La realidad uruguaya, según Popeye 

En una entrevista a Montevideo Portal en 2016, el exisicario de Escobar habló de la relación actual de Uruguay con la cocaína y la comparó con Colombia en los tiempos de Escobar.

"Tu país está totalmente en peligro si el gobierno no interviene las comunas, los barrios pobres", dijo el sicario, quien además agregó que "hay que intervenirlos con dinero". Según Popeye, la educación, el deporte, las oportunidades y el "primer trabajo" para los jóvenes puede hacer la diferencia para que no se involucren en bandas de narcotraficantes.

Con respecto a cómo hacen los líderes para captar a estos jóvenes, Popeye explicó que "en la mafia hay mucho amor, te dan un abrazo, tienes sentido de pertenencia". Es por este motivo que el exsicario insiste en la postura del gobierno, para que las bandas de delincuentes no logren sustituir a las familias cuando están ausentes: "Es delicadísimo que el gobierno uruguayo no intervenga los asentamientos", dijo.

Además, Popeye advirtió sobre los efectos del microtráfico en la seguridad uruguaya, basándose en lo que ocurrió en Colombia hace más de 40 años. "La cocaína, que es un problema que empezó en Colombia en los años 70, hoy podría acabar con Uruguay", sostuvo. Según él, el microtráfico que genera la cocaína "lleva a la microextorsión, que acaba con la economía; y al asesinato, que es una locura" .

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