Las movilizaciones de la ultraderecha colombiana desnudaron su intención golpista contra Petro

La movida demoró poco más de seis meses, pero llegó. Al estilo de la mayoría de las derechas latinoamericanas, los sectores más reaccionarios de la sociedad colombiana, fogoneados por la oposición política y algunos medios de comunicación se movilizaron este miércoles en las principales ciudades del país para protestar contra las reformas encaradas por el gobierno de izquierda que encabeza Gustavo Petro.

La consigna que repitió las protestas no deja lugar a dudas sobre la intención destituyente: “No más Petro”. En lo concreto, los movilizados se opusieron a la reforma progresista del sistema de Salud y al plan de paz total que Petro encaró con las organizaciones armadas –guerrilleras, paramilitares y brazos operativos del narcotráfico– para acabar con décadas de violencia continua.

Que la movilización distó de ser espontánea –como pretendían hacerla pasar quienes la encabezaron– quedó claro con sólo ver a quiénes protestaban en las calles. Casi todos vestían de blanco y llevan banderas colombianas. Es decir, una uniformidad que recuerda las camisetas amarillas y las banderas nacionales que utilizaron los partidarios de Bolsonaro en el intento de golpe de Estado contra Lula en Brasil el 8 de enero pasado, apenas una semana después de que el líder del PT asumiera la presidencia.

El exvicepresidente Francisco Santos (2002-2010), mano derecha del expresidente ultraderechista Álvaro Uribe, se mostró como una de las voces cantantes de la protesta, a cuya cabeza se puso en Bogotá: “La calle está hablando, está hablando de manera masiva y está diciendo que no nos van a imponer una reforma a la Salud. No nos van a imponer una paz total”, dijo y sus declaraciones resonaron como un eco continuo en los medios de comunicación.

Petro llegó al poder el 7 de agosto con una ambiciosa batería de reformas que aspira con dar un vuelco al sistema sanitario, laboral y de pensiones y a las políticas de paz con miras a extinguir medio siglo de conflicto armado.

A mediodía, en la capital se reunieron miles de personas en la Plaza Bolívar para pedir el fin del gobierno de Petro y exigir al Congreso, donde el oficialismo tiene mayoría, que no apruebe los proyectos de ley presentados por el mandatario.

También hubo protestas, aunque menos numerosas, en otras ciudades del país. En una de ellas, en Cali, se pudo ver otra consigna que repite la de la mayoría de las ultraderechas latinoamericanas: “(Petro) pone al traficante antes que al comerciante; al delincuente, antes que al empresario”.

Colombia llevaba más de dos siglos continuados gobernada por la derecha, que por primera vez fue derrotada de manera aplastante en las urnas en las últimas elecciones, cuando se impuso la fórmula presidencial Gustavo Petro y Francia Márquez.

Desde entonces, el gobierno comenzó a tomar medidas intolerables para los sectores más económicamente concentrados y reaccionarios del país, acostumbrados a manejarlo como si fuera de su propiedad. Entre ellas, están la política de “paz total”, las leyes de fortalecimiento del Estado, la reducción de la participación privada en ciertos servicios públicos y el aumento de los impuestos a los más ricos.

La movilización de hoy apareció, así, como el inicial paso visible para acabar con el primer proyecto inclusivo y pacifista encarado por un gobierno colombiano en más de doscientos años de historia.