Pedro Tarak

Nacional > Luces largas

Pedro Tarak: “Las nuevas economías son el horizonte para volvernos a encontrar”

Tarak es accionista de una Empresa B de bebidas energéticas orgánicas y se transformó en un “evangelizador” del modelo de la “economía del bienestar”
Tiempo de lectura: -'
01 de octubre de 2022 a las 05:02

Es “un pequeño accionista de Guayaki”, una Empresa B de bebidas energéticas orgánicas de yerba mate dedicada a la regeneración del Bosque Atlántico Sur y en sus presentaciones dice que es “un Pedro mas”.  Sin embargo, Pedro Tarak se ha transformado en un “evangelizador” de un nuevo modelo de la economía que podría superar las barreras ideológicas y “volvernos a encontrar”. En lenguaje campechano, va describiendo las oportunidades que tendría para la humanidad el “apego a la Economía del Bienestar”, y propone iniciativas concretas para avanzar en ese sentido. 

Co fundador de Sistema B, desde octubre de 2014 es embajador global de Movimiento de Empresas B, reconocimiento otorgado por B Lab US. Es cofundador de Emprendia, la primera Empresa B en Argentina, consultora de estrategia y comunicación cuyo propósito es que la sustentabilidad se convierta en “core business”. En ese sentido, su desvelo es devolver el sentido de comunidad a la sociedad, y en algunos de sus emprendimientos apela al uso de la tecnología, para facilitar soluciones sociales a gran escala a través de la integración social.

Acude a la entrevista vistiendo un suéter de la marca Patagonia, y no es casualidad. Cita a esta empresa, para hablar de “idealismo pragmático”, ya que concibe a la Tierra como “nuestro único accionista”, y le transfirió mediante un fideicomiso la propiedad de la compañía a dos organizaciones sin fines de lucro creadas para combatir el cambio climático.

 “A mí me encanta el idealismo, me encantan los ideales, me encanta el horizonte que abre el idealismo porque hace que uno se conecte con el corazón, con el imaginario de lo posible, con los valores. Todo eso pasa con el idealismo, pero hay que manifestarlo en concreto, en lo instrumental, y hay que demostrar que eso cambia algo, que mueve la aguja”, dice Tarak en esta entrevista con Luces Largas

¿Se puede decir que es un evangelizador de una nueva economía? ¿Se siente un inspirador del gran cambio?

Yo comparto, y uso la energía de compartir, que está en la panza. Si eso resuena, entonces algunos dirán que los inspiró. Siento que estoy cumpliendo la razón por la que he nacido.

Palabras que se popularizan pero pierden alma.

Para mi, el propósito es aquello para lo cual uno nace, pero hace falta discernir bastante para descubrirlo. En realidad, creo que todos nacemos con un propósito, que es el sentido de la vida, ese fueguito interior que cada uno de nosotros tenemos. Ahora bien, muchas veces tenemos doctrinas que nos dicen cual debiera ser nuestro propósito, y no cual es nuestro propósito. Doctrinas que vienen de las religiones, de distintas culturas. Y para mi, se vincula a la noción del “yo”. 

¿Noción que varía de acuerdo a cada cultura?

Así es. En nuestra cultura, el “yo” está muy vinculado a los bordes del cuerpo, es muy individualista. Ahora, el mismo “yo” según el grado de capacidad que se desarrolla, que todo el mundo desarrolla hacia lo que está afuera de uno, eso se amplía al “yo/nosotros”. Entonces es allí donde el “nosotros” es parte del “yo”.

¿Este concepto rompe  o pretende romper con el paradigma del individualismo?

Fíjese que en los últimos 200 años estuvimos muy enfocados en el individualismo extremo, pero un ser humano como cualquier otro mamífero de los que son gregarios, es parte de una manada. Y lo que le pasa a la manada, le pasa al individuo de la manada. Manada que, a su vez, es parte de la Tierra; y la tierra es parte de una galaxia, del cosmos, digamos. Si el “yo”se amplía hacia todas las dimensiones de lo que es la naturaleza del homo sapiens, justamente el propósito también se expresa en las distintas dimensiones.

Usted sostiene que debemos enfrentarnos al dilema entre apegarnos a dogmas que nos vienen desde siempre, o buscar “en la panza” como describe usted, eso del propósito y el sentido de la vida, ese “yo-nosotros”

Cada uno descubre su sentido a lo largo de la vida, y ojalá que sea parte de un ejercicio educativo.

¿Buscando más en nuestro interior que en lo que se recibe de afuera?

Bueno, a ver, uno desarrolla las antenas en todas las direcciones. Entonces, si solamente desarrolla las antenas diciendo “qué voy a hacer yo para mi vida, para ganar plata” eso puede estar bien, pero nos perdemos todo el universo de ese otro yo, del “yo-nosotros”, el “yo tierra” y el “yo cosmos”. Es ahí donde creo que hay algo que pasa cuando uno empieza a preguntarse cuál será el legado que quiero empezar a  dejar desde que soy chiquitito, no cuando sea grande, no cuando sea viejo.

Usted tomó contacto en Uruguay con la Fundación Læetitia d’Arenberg, y pudo apreciar que éste espíritu es el que anima a las nuevas fundaciones, empeñadas en articular con el otro, o sea ese “yo- nosotros” ¿Ese es el camino para este tiempo? O sea, usted pone el acento en eso que también dejó la pandemia, y es que nadie se salva solo. 

Con la pandemia se tomó consciencia de que todos estamos interconectados. Pero además vimos que somos interdependientes, dependemos de otros, independientemente de la clase social, la raza, la religión, del lugar de origen, de las preferencias de cualquier tipo…

Se dice que fue, al final de cuentas, muy “democratizadora” porque nos terminó afectando a todos

Exactamente es así, y al final nos dimos cuenta que la cooperación o mejor, la complementación, pasa a ser tremendamente relevante para lograr las soluciones. No se puede pensar en una solución a una pandemia desde los que tienen la posibilidad económica de la vacuna, porque tarde o temprano como somos interdependientes, nos afecta el destino de lo que le pasa a todos aquellos que no estuvieron en los primeros lugares para la vacuna porque no tenían recursos. Y eso también se aplica para el fenómeno del cambio climático, por ejemplo. Se aplica, en definitiva, para todo. Entonces, volviendo sobre el punto del cambio climático, cuando uno se da cuenta de que acá en América del Sur tenemos a la Amazonia que es el ecosistema más grande y relevante del mundo, regulador del clima, y advertimos los peligros que enfrenta, sabemos que eso afectará tremendamente al resto del planeta. La lógica de que se le pida a algunos países que deben dejar de deforestar, no ha tenido buenos resultados. En cambio si uno dice, vamos a cooperar, a incorporar en la estructura de costos de todo lo que implique la regeneración del Amazonas, sumar ese valor a productos y servicios, automáticamente se caerá la lógica del “ellos y nosotros”, y vamos a transformarnos en una unidad global interdependiente. 

En cuestiones del cuidado ambiental, se distinguen por lo menos tres grupos: los que le restan absolutamente la trascendencia, los que usan sus acciones con propósitos meramente “marketineros” o publicitarios, y aquellos que efectivamente están dejando la vida para que esto cambie. ¿Cómo lidiar con estas tres realidades, cuando –como usted dice– la cooperación será la que termine ayudando a resolver el problema?

La ecología es una ciencia que cada uno debería incorporar en nuestras vidas, porque nos permitió antes que nada comprender el valor de la complejidad, la diversidad, la singularidad de cada forma de vida, la interdependencia. Entender el largo plazo, la unidad de la tierra como unidad de destino de todos.

Nos ha permitido entender que existe otra manera de “modelos” mentales

Y de modelos organizacionales. Entonces la ciencia ecológica ha difundido el conocimiento de criterios y modelos mentales para todas las otras ciencias.

El asunto es saber si, a pesar de todos los esfuerzos que se están haciendo, o de la incorporación de estos “nuevos modelos” hay retorno sobre lo que se hizo mal, o el daño ambiental ya es irreparable.

Pasados ciertos umbrales de los límites ecosistémicos planetarios, empiezan los ciclos de “no retorno”. Entonces la “sabanización” consecuencia de la deforestación es algo que una vez que traspasa cierto umbral, ya no vuelve por más que se planten árboles. Esto hay que tenerlo muy claro porque justamente el tema es cómo alejarnos de los umbrales. 

Umbrales a veces muy desdibujados, entre otras cosas por lo que usted acaba de decir…uno piensa que plantando árboles ya está resolviendo parte del problema

Claro, y en el caso de las empresas, hacer “greenwashing”, ese marketing sobre lo ambiental existirá siempre porque en buena medida es parte de la condición humana, el querer aprovecharse de esta corriente para aparentar lo que no se es.

También hay gente, organizaciones, que están haciendo las cosas en serio, y me gustaría comentar el caso Patagonia, por ejemplo

Hacer las cosas en serio, en el largo plazo también tienen sus beneficios. Pero el tema no es solo lo ambiental, es lo integral; y pongo mi caso. Yo hace muchos años dejé el Derecho Ambiental, y la razón por la que lo dejé y empecé a desarrollar el liderazgo para la sustentabilidad integral, es que uno se da cuenta que todo está interconectado. No se puede tomar lo ambiental separado de lo económico, de lo social, de lo cultural, de lo espiritual. Es una integralidad. Entonces el tema es como transitamos hacia esa integralidad.

¿Y cómo lo hacemos para que ese esfuerzo de buscar la integralidad en estos temas rinda sus resultados y no sean siempre un conjunto de iniciativas dispersas con escaso impacto?

Por ejemplo, las empresas integrales son las que mejor pueden percibir las oportunidades, percibir los problemas y adaptarse. Por eso nace esta nueva generación de empresas que conocemos como “Empresas B” y una nueva generación de opciones societarias como las sociedades BIC (Beneficios de Interés Colectivo), que trabajan para la totalidad, ya que no se trata de decir que son las empresas que van a proteger al medioambiente...no, no;  es otra manera de diseñarse y organizarse. Ganar plata y utilidades para sus accionistas, pero a su vez generar valor para la comunidad. Ahí radica lo que decíamos al comienzo, porque es la ampliación del yo hacia todos los demás, manifestada a través de una acción empresarial.

Usted menciona lo del “idealismo pragmático”, y quiero saber si lo que hizo recientemente la empresa Patagonia es un ejemplo de eso. 

A mi me encanta el idealismo, me encantan los ideales, me encanta el horizonte que abre el idealismo porque hace que uno se conecte con el corazón, con el imaginario de lo posible, con los valores. Todo eso pasa con el idealismo, pero hay que manifestarlo en concreto, en lo instrumental, y hay que demostrar que eso cambia algo, que mueve la aguja. Patagonia es una de las empresas B y tomaron la decisión de que su propósito de negocio ¡y propósito estatutario!, es salvar el planeta. Si se salva el planeta, se salva todo lo que está adentro del planeta. Se salva la humanidad. ¿Y se salva el planeta en qué sentido? En su singularidad. Uno escucha que mucha gente por ahí dice “la Tierra se va a salvar, los que no nos vamos a salvar somos los humanos”. Para mi, la naturaleza de la Tierra es sagrada, por lo tanto reducir o empobrecer la naturaleza de la tierra es ir en contra de la creación. En ese sentido, a Patagonia lo que le interesa, es que la Tierra sagrada sea salvada, y por sagrado me refiero a eso que nos sostiene a todos. Un nacimiento de cualquier forma de vida es sagrado, es único ese nacimiento humano y no humano, es la manifestación de mayor riqueza.

El ejemplo de esta empresa, por impactante que sea y por más que mueva la aguja, sigue siendo una empresa que por si no detendrá el daño ambiental. ¿Cuánto cree usted que puede permear al resto de las organizaciones, este criterio de incorporar estos propósitos ni más ni menos que en sus propios estatutos?

Así como Patagonia, hay más de 5 mil empresas que van en esa dirección, que son empresas B. En América Latina, por ejemplo, superamos las 900 por lo cual somos un porcentual importante del total global y va creciendo pero lo más importante no son las empresas B. 

A ver por qué lo dice

Porque las empresas B son las que motivan, las que le muestran a las otras empresas que es posible caminar en esa dirección. Se transforman como la referencia o la vara que hace que las demás quieran parecerse. ¿Y por qué se quieren parecer? Porque quieren competir. ¿Y qué hay de malo en eso?. Más allá de que es difícil competir con Patagonia por las decisiones que precisamente adoptó. 

Partiendo de la base que se fija como propósito salvar al planeta, menudo objetivo.

(Risas). Claro, es salvar el planeta y el salvar el planeta está en el modelo de negocios de la empresa

Y lo pone ni más ni menos que en sus estatutos

Exacto, entonces cuando yo compro un producto de Patagonia, estoy transmitiendo mucho más que simplemente un buzo, estoy transmitiendo valores. Y no son sólo valores ambientales. Patagonia ya está en la regeneración integral. Cuando en la época del presidente (Donald) Trump se abre la licitación de petróleo y gas en dos parques nacionales, el fundador de Patagonia Yvon Chouinard, decide entablar dos acciones de amparo, o sea lleva adelante juicios para frenar la decisión del gobierno federal. Obviamente él lo hizo porque creía y cree que había que frenarlo. Era inconcebible que en un parque nacional hubiera explotación de gas y petróleo; entonces anuncia las acciones judiciales un lunes si mal no recuerdo, y los próximos cuatro días se multiplicaron por cuatro las ventas de Patagonia. Pero no lo hizo a propósito.

Aumentar las ventas no fue su cometido original, pero ese repunte de ventas es también una señal 

Resonó, y es “respondiente”–esa palabra no existe–, responde a lo que está pasando, y prende en mucha gente. Antes uno pensaba que ese tipo de actos se hacía sólo desde la política o sólo desde las ONG. Hoy se amplió el espacio para la co-creación de soluciones sociales y ambientales de gran escala, equivalentes o yo diría más que a las de la política, desde el mercado. Para esto hace falta la transformación genética del ADN de las empresas, que son el mayor número de organizaciones humanas después de las familias, y de cada tipo de herramientas o instrumentos de la economía.

EO: ¿Eso tiene que ver con la Economía del Bienestar? Porque comporta otro cambio fuerte de paradigmas que - en principio - parece ser bastante difícil
PT: Hay una cosa que yo siempre rescato de cualquier creación humana, referida en este caso a una Fundación, y es el respeto a la llama sagrada de los fundadores. Eso antes que nada porque detrás viene otra cosa: a partir de ese fueguito sagrado que hay que proteger, que hay que cuidar  porque es parte del “patrimonio”, viene el derrame hacia los demás, en una suerte de transición económica como usted menciona

EO: Profundicemos sobre eso, por favor
PT: Estamos hablando de un cambio muy, muy profundo, un cambio de era. Y  uno de los cambios tiene que ver con el  sistema capitalista que conocemos con base en la revolución industrial,  donde el extractivismo es el denominador común de la cultura, de la forma de organizarnos, de quien le gana a quien, quien es más fuerte que quien…el cambio hacia una economía regenerativa. Esto requiere transiciones en cada una de sus herramientas, ya sea una Ley de Presupuesto, la forma de medir la economía, donde los pasivos sociales y ambientales también son contemplados, diseñar a los Parlamentos para que haya comisiones parlamentarias a través de las cuales deberían pasar todos los proyectos de leyes,  y que operen como defensa de las generaciones no nacidas. 

EO: Todo parece muy atinado, salvo por el criterio de la urgencia que domina todos estos debates presupuestales, por ejemplo. 
PT: Pero debe pensarse, sobre todo en cómo se estructura una Ley de Prespuesto para que sea medido el impacto en los objetivos de desarrollo sostenible de una jurisdicción, de un departamento, de una ciudad…a veces influye la manera en que los Estados y los gobiernos compran…para que vayan “premiando”a aquellas empresas que también se van transformando.

EO: En sociedades que parecen tan ideologizadas, ¿ese enorme salto cualitativo  es posible?
PT: Yo creo que, justamente, las nuevas economías son el horizonte para volvernos a encontrar ¡porque todos necesitamos esto! Me interesó muchísimo, ya que hablaste de sociedades ideologizadas, la forma en que fue cubierta la noticia de la gran donación de Patagonia, que todo lo dona a un fideicomiso y todas las utilidades - aproximadamente unos 100 millones de dólares anuales- lo dona a una ONG precisamente para el combate integral al cambio climático.

EO: ¿Y qué le llamó la atención de esa cobertura?
PT: Me impresionó que Página 12 desde un lado del espectro ideológico, y La Nación desde el otro, emplearan exactamente el mismo abordaje. y yo lo que estoy viendo es algo que me encanta por ejemplo de la provincia de Mendoza, donde hay un hub de innovación económica…y me encanta ver como la gente del kirchnerismo - por decirlo de alguna manera- con la gente del PRO juntos elaboran los estudios y las propuestas de un nuevo PBI y de evaluación de la economía, que sea del bienestar. ¡Y eso es muy conmovedor, cuando uno ve que las historias de separación pueden superarse! 

EO: La concepción de la Economía como punto de encuentro, un plan ambicioso sin dudas
PT: Yo personalmente, cuando voy a un lugar donde la gente se percibe de derecha, lo primero que digo es “¿saben qué?: yo soy de Izquierda”. Y a la inversa, cuando percibo en un lugar que la tendencia es de izquierda digo “yo soy de Derecha”, y si voy a un encuentro con ambientalistas, digo “yo creo en el desarrollo económico”digo lo opuesto. ¿Y qué logro con esto? Demostrar que somos de todo al mismo tiempo…porque esta historia de ideologías de Derecha e Izquierda, nace más o menos 250 años atrás. ¡Y necesitamos superarnos, para resolver nuestros problemas, los problemas que nos afectan a todos hoy!

EO: Superar ese “sesgo de confirmación”que parece que nos domina como nunca antes
PT: Es exactamente eso.

EO: ¿Imaginó que producir bebidas con base en la yerba mate, como lo hace en Guayaki, iba a ser un paradigma de estos conceptos que usted defiende?
PT: Soy pequeño accionista de esa empresa, cuyo propósito es la regeneración del bosque atlántico, conocida también como la selva misionera que abarca Brasil, Paraguay y Argentina. Y asociado a ese propósito está devolverle el sentido de comunicad a las poblaciones que de esa zona dependen. Lo que hacemos nosotros es básicamente pagarle entre 40% y 60% más el valor de la yerba mate, en la medida en que la cosechen del árbol en pie. Y entonces el árbol se convierte en un gran valor para el proveedor, que son pueblos indígenas y del movimiento de los campesinos Sin Tierra, de Brasil. Ese producto, la yerba mate, se convierte en el ingrediente principal de nuestros productos. Cuando alguien compra, invierte o trabaja en esta empresa, es parte de la solución. Y yo como pequeño accionista puedo decir que desde que se creó esta pequeñita empresa - porque siempre es pequeña- hay más de 60 mil hectáreas regeneradas, hay más de 1200 familias que vuelven a convivir en los lugares donde quieren vivir, con soberanía alimentaria, con títulos de la tierra, con la educación bilingüe o trilingüe dependiendo de sus propias lenguas…y como accionista también tengo que decir que en 6 años de mi inversión obtuve un 600% de incremento en el valor de las acciones. Y eso es porque coincide la valuación accionaria con la valoración social. 
s. l

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...