Las tensas esperas del agro uruguayo

Una espera central del agro es la expectativa por una recuperación de la economía de ¨China. Vale recordar que primero el partido comunista de China se jugó a una política muy restrictiva que apostaba a evitar cualquier caso de Covid. Eso generó un desplome de precios ganaderos en el segundo semestre de 2022 hasta que la política fue abandonada a comienzos de este año.

Eso generó alivio y expectativas, los precios subieron,  pero finalmente se volvieron a caer por varios factores.  Por un lado Brasil, que había tenido dos casos atípicos de vaca loca, fue rehabilitado y más porque pudo mandar la carne que había quedado en espera. Por otro lado, el cambio de gobierno en Australia el año pasado permitió que las relaciones comerciales se retomaran. El actual gobierno hace un balance delicado entre mantener la distancia política que genera su afinidad con las democracias occidentales, pero al mismo tiempo ser lo suficientemente respetuoso como para que lana, carne, vino y granos puedan fluir al gran mercado asiático.

Pero además del abundante abastecimiento de Brasil, Australia y Argentina –que fruto de la sequía está en una de las faenas más altas de la historia, hay factores intrínsecos de China que llevan a que su demanda sea sólo a precios muy bajos.

“En China no hay seguro por desempleo y mucha gente ha perdido el trabajo” explicaba esta semana Jorge Dimu, bróker de carnes para trasladar una visión muy cautelosa sobre una eventual recuperación de la demanda de China.

Con el mercado de carne bajo presión, tanto en vacunos como en ovinos la situación es de precios reales bajos… hasta que China cambie.

En cambio los productores lecheros han tenido precios notablemente estables. pero esa estabilidad, lleva a que Conaprole cierre con un balance levemente negativo y las industrias pequeñas y medianas atraviesen grandes dificultades. Brasil ha sido un mercado fundamental para suplir la escasa presencia de China, pero en este comienzo de julio aparecen versiones de un creciente proteccionismo de Brasil ante la entrada de alimentos uruguayos.

Tal vez donde es más tensa la espera es en la producción lanera que ve como se acerca otra esquila con mucha lana sin vender en los galpones de los productores, una muy abundante entrada de lana en admisión temporaria y una apatía muy fuerte de la industria por lo que no sean lanas super finas.

Los productores granjeros, hortícolas y frutícolas han sido grandes protagonistas de la bajada de la inflación. Recompusieron la producción en varios rubros y lograron que baje el precio desde los tomates hasta las naranjas. Pero en el caso de los fruticultores necesitan urgentemente que llegue el frío sin el cual no hay producción de frutales de hoja caduca, como manzanas.

En el caso del resto de los rubros la primavera también se espera con gran ansiedad, porque hay que cruzar el invierno luego de una primavera y verano devastadores de sequía. Los agricultores vienen de haber perdido abundantemente en la zafra de verano y esperan por la revancha en esta zafra. Para eso precisan que llueva, pero que El Niño no traiga lluvias excesivas que dañen a los cultivos en primavera.

La misma situación para los ganaderos, especialmente los criadores que tienen a sus vacas flacas después de la sequía y tienen todavía que esperar tres meses para que el rebrote de las pasturas alivie a sus animales.

Todos los productores vinculados a la exportación esperan el final del desfasaje entre la inflación y la trayectoria del dólar porque los precios agrícola ganaderos van atados a un dólar que hasta ahora ha sido un ancla. Tal vez la baja de tasas de esta semana haya marcado un piso para la cotización del dólar, pero no hay grandes esperanzas al  respecto.

Lo que es ineludible es que como en otras circunstancias, al agro se le han sumado mochilas. Precios internacionales en baja, dólar bajo y convalecencia de una sequía son un desafío muy grande.

Un escenario posible es que China recupere un crecimiento suficiente para permitir una recuperación de precios que haga tolerable un dólar tan bajo. Es un país no democrático del que sabemos poco. Con una inflación de 0,2% por año y amplias reservas, cada vez se espera con más ansiedad una señal expansiva de las autoridades económicas.

Del mismo modo que se espera en Uruguay que la baja de tasas de esta semana haya sido el comienzo de una trayectoria de alivio monetario. Y que se espera que las lluvias de esta semana sean el comienzo de un período de clima más amigable.

Mientras, la resiliencia de los productores uruguayos resiste, en un esfuerzo que va acompañado de una preocupación creciente y expectante.