La independencia de la justicia argentina, y las acusaciones sobre su cambio de rumbo al son de los cambios políticos, volvió a estar en el tapete esta semana, con el anuncio de la excarcelación –aún sin concretarse ya que está pendiente el pago de una fianza millonaria– de Lázaro Báez, el “humilde” empleado bancario de la provincia de Santa Cruz que en el lapso de una década se convirtió en la figura de Austral Construcciones, una de las principales empresas en la edificación de obra pública en Argentina y una de las figuras más asociadas a las acusaciones de corrupción en la era K.