Le usurparon la casa para poner una boca de droga y presentaron un comprobante de compraventa trucho

Según dijeron a El Observador fuentes que investigan el caso –sucedido a principios de mes–, los narcos incluso llegaron a formular un contrato de compraventa ficticio. 

El dueño de casa fue amenazado con armas de fuego y golpes y, amedrentado, dejó su hogar.

Tres días después, la Policía, que vigilaba la propiedad, vio que cuatro personas –dos mujeres y dos hombres– ingresaban y comenzaban a acondicionar el domicilio para montar una boca para comercializar drogas. Los oficiales registraron que estaban comenzando a envolver los chasquis y se les incautó 261 envoltorios de pasta base.

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Interrogada por la Policía, una mujer les contestó que habían comprado la casa por 600 mil pesos, cuando en realidad la habían usurpado, informó el Ministerio del Interior.

A raíz de eso se allanaron otras tres viviendas en La Teja y Nuevo París donde se incautó pasta base y marihuana. Se detuvo a otras tres personas: uno de ellos es el que extorsionó al dueño de la vivienda en Capurro. Otro y otro la pareja de la mujer que afirmó haber comprado la casa.

La Policía determinó que había una organización que se encargaba de usurpar casas que luego vendía para montar bocas de drogas.

Se condenó a dos personas, se imputó a un tercero y el resto quedaron libres.

El desplazamiento de personas de sus hogares por parte de los narcos fue una novedad con el aumento de poder de Los Chingas en Los Palomares y Casavalle. En ese momento, lo sucedido generó la constitución de un programa de protección de testigos para que la gente se animara a declarar. Con Los Chingas reducidos, el modus operandi siguió sucediendo esporádicamente en otros barrios.