Líder en una noche de anuncios

El domingo pasado Brian Rodríguez celebró sus 18 años y en la noche del miércoles en el Campeón del Siglo, hizo que su primer gol con la camiseta de Peñarol, fuera el más festejado por los pocos hinchas que acudieron.

Atrás quedaron los temas del pedido de cambiar la práctica del martes que el cuerpo técnico había fijado para la mañana y los jugadores definieron hacerla de tarde y sin concentrar como querían los entrenadores.

Atrás quedó la ausencia de dos jugadores importantes como el Cebolla Rodríguez –el capitán– y Guillermo Varela.

También la charla de dos horas del propio Cebolla con el presidente Jorge Barrera pidiendo disculpas por sus dichos en contra de los dirigentes y a favor de los barras que hace tiempo que no están.

Ni que hablar del anunció del adiós del técnico Leonardo Ramos que sacudió el ambiente del miércoles y que se lo comunicó a los futbolistas, los mismos que no estuvieron de acuerdo en aquello de concentrar y cambiaron el horario de entrenamiento para este partido, unas horas antes del mismo.

Y también la búsqueda de la punta del grupo y de la Tabla Anual. Casi nada.

Por eso, el partido ante Boston River no era uno más. Y eso se notó en un encuentro en el que a los aurinegros no le salió casi nada en un primer tiempo aburridísimo.

Un gol solitario de Fabricio Formiliano ganando en las alturas sobre Carlos Valdez –en una nueva jugada de pelota quieta– tras un tiro libre de Fabián Estoyanoff, puso una diferencia que ni se notó. Porque Boston River tuvo la pelota y un par de llegadas a las que le faltaron el puntillazo final.

Se puede decir que ese tanto de Peñarol fue el primer tiro franco al arco en un encuentro en el que el equipo se jugaba mucho. Eso demuestra la pobreza futbolística del equipo de Ramos.

Sin ritmo, sin llegadas por las puntas, con falencias importantes en la marca en defensa –sobre todo, por el lado de Franco Martínez, quien alternó como lateral derecho, fuera de puesto, tratando de dar una mano ante la ausencia de Varela y las lesiones de Mathías Corujo, Rodrigo Rojo y Giovanni González–, el fútbol no apareció y el equipo como tal, defeccionó.

Tuvo la virtud de la entrega de Guzmán Pereira en el mediocampo –una vez más como en todos sus últimos encuentros– y la picardía de Fabián Estoyanoff. Con eso y con el gol, ya le alcanzó para terminar 1-0 en la primera mitad.

El rival aportó muy poco al espectáculo, pero, como si fuera una paradoja, llegó casi con más peligro que los comandados por Ramos.

Kevin Dawson tuvo una gran tapada sobre Wiston Fernández a los 26' cuando iban 0-0. El conjunto de Alejandro Apud avisaba, pero le faltaba esa profundidad necesaria para mandar la pelota a la red.

Arriba, Peñarol se mostró muy flojito con Fidel Martínez quien no aportó nada, y el goleador Cristian Palacios que aportó un remate con olor a gol a los 36' tras el 1-0.

Pero ya al inicio del complemento, un penal de Valdez sobre Palacios le dio la tranquilidad necesaria a Peñarol que con el tanto convertido por el mismo goleador, encaró lo que restaba con otra cabeza.

Enseguida Ramos colocó a Marcel Novick por un inoperante Fidel Martínez adelantando a Maximiliano Rodríguez.

El partido perdió aún más emotividad, se jugó a menor ritmo porque Peñarol estaba más que conforme con un resultado con el que se había encontrado.

Boston River, por su parte, dejó mucho que desear y se apagó totalmente en una noche en la que tampoco le salió nada.

Ramos le dio la oportunidad de mostrarse a los juveniles Brian Rodríguez y Rodrigo Piñeiro quienes aportaron velocidad y en una contra letal , sobre los 81', el primero de ellos debutó en las redes con la camiseta mirasol.

El chiquilín jugaba su tercer partido y en solo 119' en cancha le alcanzó para anotar su primer gol.

Así fue que Peñarol se terminó floreando en un encuentro en el que no le sobró nada, pero en el cual sí supo manejar los tiempos y ser muy oportunista cuando se dieron las escasas chances de gol. Así alcanzó la punta del grupo y también de la Tabla Anual.