Martín Viggiano

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Lo mejor que probamos en 2012

Van aquí comentarios sobre los vinos que deslumbraron nuestros paladares este año
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18 de diciembre de 2012 a las 00:00

Al aproximarse el cierre del primer año de existencia de Sacacorchos, entendimos oportuno y divertido contar cuáles habían sido los cinco mejores vinos que hemos probado en este 2012. Tarea nada sencilla, porque en las diversas degustaciones, salones y encuentros de grupo, además del consumo personal en nuestras casas, probamos vinos muy malos, vinos buenos, y vinos excelentes. En estas líneas no hablamos de todos ellos, hablamos de los vinos que lograron deslumbrar nuestro paladar. O por lo menos hablamos de cinco de los vinos que recordamos deslumbraron nuestro paladar.

Desde el principio, Sacacorchos evita nombrar marcas, lo cual fue destacado incluso por propietarios de bodegas. ¿Por qué lo hacemos? Entendemos, al menos por ahora, que no es necesario para transmitir lo que sentimos del consumo de vino. Hemos aludido, sin embargo, en los casos de participar en presentaciones o a la hora de situar al lector.

Este post es al revés. La idea es mencionar marcas, contar por qué nos deslumbraron estos vinos, y en qué contexto fueron degustados. Aquí van cinco por cada uno, sin orden de preferencia:

Valentín Trujillo

Noemía Malbec 2009

Vinos del Mundo trajo al winemaker Hans Vinding a presentar sus vinos patagónicos hace unas semanas y allí tuve la oportunidad de probar este malbec potente y de cuerpo sedoso. La delicadeza del gusto del roble (alejado de los vinos maderosos) se ganó mi paladar. Es un vino de alta gama y caro (ronda los $4500 cada botella) pero cada trago justifica el placer de beberlo.

Don Nicanor Malbec 2010 de Nieto Senetiner

Es extraño que haya elegido dos malbecs cuando no es mi cepa favorita, pero los recuerdos del gusto van por caminos extraños. A veces un vino se conecta má al momento en que uno lo toma. Mi novia había viajado a Buenos Aires y de apuro, en el free-shop, eligió este vino. Otra polenta en la boca. En este caso el terroir es de Luján de Cuyo, uno de los santuarios de la zona mendocina. Un brindis íntimo lo puede todo.

Sauvignon Blanc de Giménez Méndez 2011

Sí, señor. Un vino de $ 145 que consigo en un Corner Shop que tengo en la esquina de mi casa. Puedo bajar en pantuflas a comprarlo en estas noches de Cartagena. Se enfría en la heladera o con un buen golpe de freezer y baja la garganta como un cuchillo, dejando un gusto cítrico y ácido tenue, exquisito. Y no solo funciona con las clásicas carnes blancas, sino que puede acompañar ensaladas frescas. Una buena forma de festejar el paladar con el pabellón.

Reserve Mouton Cadet (Barón de Rothschild)

Fue en el marco del Salón del Vino, a fines de enero de este año. Pero parece tan lejos. Estábamos dentro del stand de Vinos del Mundo con el sommelier Gastón Figún y en determinado momento de la noche hubo que quemar las naves. Se abrió este Mouton Cadet, de la zona de Saint Emilion, y todo fue una fiesta: Punta del Este se transformó en Burdeos.

Bin 389 Cabernet Sauvignon- Syrah (Penfolds)

Un vinazo australiano. Lo probé en el salón 2012 de Vinos del Mundo, en el Radisson y luego me compré una botella. El color rubí intenso ya atrae. En la boca es una miel. La mixtura del cabernet con la intensidad de syrah abren la boca de forma soberbia.

Martín Viggiano

Folly (Syrah 2006, de bodega Viña Montes, Chile)

El entorno fue el encuentro con el vino 2012 que organizó la firma “Vinos del Mundo”, bajo el título “El salón de los grandes vinos”. La importadora montó una feria en el ballroom del hotel Radisson con más de 20 puestos con vinos de Uruguay, países de la región y el mundo, además de fiambres y otros productos gourmet como aceites de oliva. Folly era la vedette por su fama. Y con Valentín Trujillo fuimos, este año, directo a su encuentro (en 2011 lo dejamos para el final). Había un juicio previo sobre este vino en nuestro recuerdo. Sabíamos que era algo de altísima gama. Y no fallo. Ese Syrah tiene una intensidad impresionante para un varietal. Es difícil de tomar, ya que a cada sorbo ofrece más y más sensaciones. Un verdadero néctar. El año pasado costaba $ 3.800 cada botella.

Tannat-Merlot-Cabernet Franc 2010 (de bodega Alto de la Ballena, Uruguay)

Este vino tiene una expresión diferente cada vez que lo pruebo. Pero este año fue en su propia casa. Con el club de vinos “Hurgadores”, la excusa que tenemos con un grupo de amigos, viajamos a Maldonado a visitar el establecimiento que tienen Álvaro Lorenzo y su esposa. Ellos tienen una bodega chica, dedicada a elaborar vinos de calidad. Hacen cosas muy buenas, como un corte de Tannat con la uva blanca Viognier, o un Cabernet Franc que te saca los prejuicios de esa cepa tinta poco utilizada en varietales. Pero el que me deslumbró el paladar esa tarde fue el corte Tannat-Merlot-Cabernet Franc 2010. Un tinto redondito, acorde para asados o fiambres. Sin demasiadas pretensiones, cumple con la exigencia de quien quiere tomar vinos de calidad a precios razonables. En las tiendas cuesta $ 225, aproximadamente.

Gran Guarda (Cabernet Sauvignon-Tannat 2011, de bodega H. Stagnari, Uruguay)

El tema del precio del vino siempre es tema. Lo he podido hablar con amigos, colegas, con expertos e incluso con dueños de bodegas o productores de vino. Se entiende que el costo de producción es determinado, si se suma la materia prima y la mano de obra. Pero para los vinos de calidad, se incorporan otros costos como lo limitado de su producción, la exclusividad del terruño, el trato de profesionales, etcétera. En el caso que comento ahora, este vino de Stagnari de nombre “Gran Guarda”, pasó lo inverso a lo habitual. Siempre surge comentar los precios de vinos buenos por su precio elevado, pero este me sorprendió por su bajo costo. Lo encontré en el salón del hipermercado Géant, adonde no se puede degustar con tranquilidad y recursos como se debería, pero que se encuentran oportunidades. Es un tinto de corte con potencial de guarda. Quizá un poco goloso; en boca sorprende. Sorprende la suavidad de los taninos y la claridad del cabernet. Vale la pena, sobre todo porque cuesta $ 149 (por lo menos cuando lo compre en junio en Géant).

Montes Alpha (Syrah 2009, de bodega Montes, Chile)

Otra vez el entorno influyó. Fue una cena en el restorán Rara Avis del teatro Solis. Allí, invitados por Vinos del Mundo, fuimos con Valentin Trujillo a escuchar al propietario de esa distinguida bodega chilena, Carlos Montes. La historia del tipo es brillante, pero sus vinos no se quedan atrás. Este Syrah deslumbra y te parte la cabeza. No tengo el precio. A quien interese puede averiguar en la importadora antes mencionada.

María Zarranz (espumante Extra Brut, de bodega Varela Zarranz, Uruguay)

En realidad debería cumplir con el destaque a más vinos blancos, porque me encantan, pero es difícil resumir las sensaciones de este 2012. Este espumante lo probé en varias oportunidades en el año. La última fue muy especial, entre amigos y bajo la recomendación del sommelier Daniel Arraspide. Es un espumante corpulento, que no pasa solo por un abre boca y se queda en el paladar por un buen tiempo. Es elegante, con una amargura deliciosa. Ganó el premio al mejor espumante de la Sociedad de Catadores. Cuesta $ 245 en las tiendas.

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