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Cerebros uruguayos de alcance global

Juegan en las “grandes ligas” dentro de sus profesiones. Contaron su historia y cómo viven el desafío de liderar equipos y estrategias globales lejos de su tierra natal
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10 de octubre de 2018 a las 12:18

"Cualquier publicidad que veas de Coca-Cola en el mundo tiene hoy mi sello”, comenta, un poco en broma, desde Atlanta el uruguayo Rodolfo Echeverría. Es el número uno de la creatividad y publicidad de la multinacional. Habla de “voluntad de moverse” y de “no hacerle mala cara a ninguna oferta” como razones que lo llevaron de entrar “desde lo más abajo que se podía” a un pequeño departamento de marketing de la empresa en Montevideo en 1987, a escalar y escalar, en siete países y posiciones variadas hasta la que ocupa en la actualidad. Unos minutos de charla telefónica bastan para percibir su carisma, un rasgo que –a conciencia o no– seguramente contribuyó.

En Nueva York, la uruguaya Gabriela Perezutti lidera un equipo de 25 personas en las oficinas desde donde salen los diseños de las piezas que luego serán usadas por alguna actriz de Hollywood o por la mismísima realeza. “Alabada sea Gabriela Hearst. Su bolso encontró su lugar en la mano de la duquesa de Sussex y levantó su atuendo”, comenzaba relatando Vogue, uno de los tantos medios que por estos días habló sobre el diseño de la uruguaya que eligió Meghan Markle para visitar por primera vez el condado que da nombre a su título junto al príncipe Harry, desde que se casaron. 

Como ellos, muchos uruguayos juegan en las grandes ligas dentro de sus profesiones; son la cabeza principal dentro de empresas o áreas de multinacionales, y sus ideas y estrategias pueden llegar a ser aplicadas a nivel global. 

Escalar

La directora y economista senior de Willis Towers Watson, Magdalena Ramada, asegura que tuvo la suerte de tener siempre un mismo mentor interno, que la alentó en sus ganas de crear, de moverse e innovar. Cuando descubrió que debería dedicarse al blockchain –área desconocida hace cinco años– lo llamó y le dijo: “Esto va a cambiar la vida, me tengo que dedicar a esto”. 

La carrera de Echeverría también fue en ascenso gracias a su voluntad de levantar la mano para hacer saber lo que quería. “Hay un mito de lo competitivas que son las compañías multinacionales y algo de eso es verdad. En determinado momento se abren posiciones y tenés que levantar la mano”, dijo. Contó que cuando se abrió la posición de presidente de Coca-Cola en Italia, preguntaron quién quería el cargo. “Había como 100 muñecos. La compañía tiene el derecho de mirar a todo el mundo, interna y externamente y tenés que aprender a competir y a exponer tu mérito”, señaló.

Volver al país

A Echeverría, la alta exposición de un trabajo que es proyectado en 207 mercados, le divierte. Por eso mismo la posibilidad de volver a trabajar en Uruguay –pese a que se lo pregunta cada tanto– está cada vez más alejada. “Una vez que saliste al mar abierto y estás trabajando en una campaña de alcance mundial, que te estás manejando con la cúpula de las compañías a nivel mundial que están transformando el mundo, es complicado”. Hace dos semanas, por ejemplo, el uruguayo pasó de reunión en reunión, hablando sobre innovación con los principales de Google, Facebook, Samsung y emprendedores en Silicon Valley. “La vuelta a Uruguay se hace prácticamente imposible con la vida que he tenido. Cuando lo exploro, el desafío profesional se vuelve de menor envergadura y alcance, y tengo miedo de no divertirme tanto como trabajando en la central de una multinacional como Coca-Cola”, comentó. 

Dijo que “no está descartada” la posibilidad de regresar una vez que se retire. “Uruguay tiene mucho que ofrecer en eso”, dijo. Por su parte, el fundador de la agencia Sparkling, Rafael Barthaburu, que está radicado en México, dijo que hoy se siente más cerca de volver a vivir en Uruguay, “de bajarle un poco a la vorágine del trabajo”. Tampoco descarta la posibilidad de abrir una oficina en el país para aprovechar talentos. “Hay mucha capacidad interesante para exportar desde Uruguay. No sé si iría a competir en el mercado local”, reflexionó. Ramada, en tanto, dijo que su calidad de vida aumentó al irse de Uruguay, por un tema cultural. “En Uruguay estaba a cargo de la oficina, mis jefes estaban en Hong Kong. Nadie veía si trabajaba desde casa o la oficina. Sin embargo me sentía obligada a ser la primera en llegar y la última en irme. En EEUU eso nunca me pasó. Cuando estás en un cierto nivel no hace falta presencia, y aumenta la calidad de vida”, dijo.

 

Magdalena Ramada

Hace tres semanas vivía en Miami y ahora en España. Entre viajes se resume la carrera laboral de Magdalena Ramada, directora y economista senior de la multinacional Willis Towers Watson. Hoy, desde España, está a cargo del área de innovación en seguros y blockchain a nivel global, unidad que creó. Actualmente, el 90% de su trabajo está dedicado al área de blockchain y riesgo.Trabaja en la empresa hace 15 años y su cargo le requería viajar a Europa todas las semanas, ya que tiene un equipo en Londres, un jefe en Italia y muchos proyectos en España, Alemania, Holanda. Salió de Uruguay en el 2000 para terminar sus estudios universitarios y cursar un doctorado de matemática financiera en Alemania.

"Siempre tuve la capacidad de poder darme cuenta de qué áreas iban a crecer dentro de la empresa, además de tener jefes que confiaron en mí”

En 2005 la llamó la empresa, que estaba instalando una oficina de investigación en Montevideo. En cinco años pasó de liderar un equipo de 10 personas a estar a cargo también de la oficina de India y China, con más de 100 empleados en total. Sus días en ese entonces comenzaban a las seis de la mañana “con todos los problemas de la India”. Luego 10 horas en la oficina, y a las 2 de la mañana llamadas con China. Además, contó que por contrato, el cargo implicaba viajar a China y a India dos o tres veces al año. “Lo viví como algo alucinante pese a las 15 o 16 horas de trabajo, porque muy temprano en mi carrera quedé a cargo de tres unidades con un rol global, en una multinacional americana que tenía 20 mil empleados”, comentó. En 2013, le nacieron ganas de “agarrar algo que no existe, desarrollarlo y hacerlo crecer”. Fue entonces que creó el área de investigación en seguros y riesgos. Eso coincidió con su mudanza a Miami por razones “logísticas” y personales, junto a su esposo e hijos.“Después de que se fundió Pluna se volvió muy difícil, me llevaba 42 horas ir a China. Necesitaba un hub donde fuera fácil entrar y salir”, contó.

Rodolfo Echeverría

Una campaña de gran magnitud o hasta un aviso de Coca-Cola, por más pequeño que sea, que haya sido ideado por el equipo del VP creativo global, Rodolfo Echeverría y, por ende, aprobado por él, se ve luego proyectado en por lo menos 190 países. La impronta de su trabajo es “cero uruguaya” asegura entre risas: “Cuando llegás a posiciones globales tenés que sacarte el pasaporte, lo meramente uruguayo, y ser lo más global y universal. La compañía hace negocios en 207 países”. Su desafío es doble. Por un lado, que las campañas toquen temas universales. “Si son cosas de un solo país, les va a gustar solo a los brasileños, o solo a los japoneses. Tocamos mucho la relación entre las personas, el optimismo, la felicidad, temas que no dependen de un solo país”, contó. Por el otro, que cuando se vea un cartel de la multinacional en un aeropuerto, se identifique con todos lados, pero también con el país. Echeverría contó que recurre a creatividad rioplatense y brasileña: “Sé que tiene esa chispa latina que dando vueltas por el mundo no me he podido sacar de encima. Esa parte muy humana que tiene la campaña, mis colegas de Atlanta me dicen que he hecho que la comuniación de Coca sea más latina, más sensual”, subrayó. Se recibió en la facultad de Economía y su primer trabajo fue en una empresa lanera. Luego descubrió su pasión por el marketing. 

Entró entonces a aprender del área como “uno más” del departamento en Coca-Cola, donde estuvo tres años hasta que le ofrecieron el puesto de director de Marketing en Argentina. Se desempeñó luego en siete países. Su vocación clara era el marketing; sin embargo, aceptó liderar todas las áreas de la compañía en el país rioplatense, luego en Chile y fue presidente de la empresa en Italia. “Me divertí pero siempre el corazón te termina tirando para un lado”, dijo.
 Antes del cargo actual, fue el principal del marketing para Latinoamérica desde México.

Igal Hendel

“Neurótico y curioso”. Así se define el uruguayo que actualmente ocupa el cargo de economista jefe de Amazon Web Services (AWS), desde Seattle (Estados Unidos). 
Y esas características cree que fueron claves para haber escalado en su carrera profesional. El uruguayo recordó su primera experiencia laboral: vender avisos en un registro de empresas, de estudiante universitario. “Duré dos semanas, las dos más largas de mi vida”, señaló. 

Llegó al país norteamericano en 1989 para hacer un doctorado en Economía en Harvard. Luego, trabajó en investigación y docencia, con incursiones en la aplicación de políticas antimonopólicas. Hace un año, le llegó un mail de Amazon. Al abrirlo se encontró con algo inesperado: una propuesta de empleo. “Estaban tanteando interés, sin haberme postulado”, contó a Café & Negocios. Hendel (54 años) fue contratado para armar y dirigir el grupo de economistas de la empresa. 
“Las tareas son variadas, como estudios de impacto y econométricos”, indicó. “Supongo que mis áreas de investigacion, ya sea estimación de demanda, contratos, dinámica, entre otras, encajan con los problemas de AWS”, cuenta cuando se le pregunta cómo cree que la compañía llegó a él. Hoy, a la distancia, ve un cambio que “no es para bien” en Uruguay. “El excepcionalismo uruguayo de sociedad educada y país seguro está desapareciendo. Como economista me preocupa el clima conflictivo constante, basado en una mentalidad de suma-cero cortoplacista; no lleva a ningún lado”, opinó. 

Rafael Barthaburu

Al publicista, fundador y director general creativo hace cinco años de la agencia Sparkling en México –con 60 empleados– le “picó el bichito” de salir de Uruguay cuando, mientras trabajaba para Young & Rubicam, le tocó involucrarse en algunos proyectos desde la oficina de Miami. Decidió irse en 2004. Hasta entonces llevaba 12 años trabajando en diferentes agencias en Uruguay. Fundó una agencia independiente junto a socios luego de los 40 años, lo que cree que tiene su lado positivo: “Ya habíamos visto muchos modelos y entendíamos que el de la agencia multinacional gigante tenía sus áreas de oportunidad, que una agencia independiente, con mucha flexibilidad y una estructura más pequeña, podía capitalizar bien”, apuntó. 

Contó que Uruguay “tiene un montón de cosas interesantes desde el punto de vista de una agencia, pero otras limitantes”. Su motivación principal al salir era buscar mercados y desafíos más grandes de los que le había tocado vivir en Uruguay. Aunque se fue por las limitantes, señaló que hoy tiene una perspectiva distinta y añora cosas de su país natal. “En aquel momento, mi pensamiento era poder filmar cosas con más productores, marcas más internacionales. Siento que algunas cosas de allá hoy son más interesantes, pero era un tema de escala”, añadió. Dijo que en México hay obsesión por el análisis y los testeos: “Hay mucho más miedo, más control y ojos observando las ideas”. De Uruguay, extraña “lo artesanal”: “Lo lindo e interesante desde el punto de vista creativo es eso de la intuición, y como no hay tantas herramientas ni presupuesto para 10 testeos, salen ideas que quizá testeadas no saldrían y tienen éxito”, dijo. Considera que si bien en México hay mucho talento, se valora el nivel de compromiso de los uruguayos. “Nos aferramos mucho al trabajo. Estamos acostumbrados a hacer varias cosas a la vez. Aquí la gente dice “este es mi trabajo y hago esto”, apuntó. 

Carlos Végh Gramont

Luego de 25 años de vida académica (incluyendo 12 años en la Universidad de California en Los Ángeles, ocho en la Universidad de Maryland, y cuatro en Johns Hopkins), a Carlos Végh le ofrecieron el cargo de economista jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial: “Es un cargo fascinante, dado que me permite aplicar lo que he estado estudiando por casi 25 años y es un cargo muy prestigioso”. Végh cumple varios roles. Entre ellos, maneja una oficina de investigación económica, lidia constantemente con altas autoridades de la región, formula políticas para la región, y es el principal asesor económico del vicepresidente de la región de América Latina y el Caribe.

“Me obliga a empaparme de todos los problemas de la región, de todo tipo, y viajar constantemente a los diferentes países para tratar de ofrecer soluciones y escuchar las inquietudes de las autoridades”, señaló el uruguayo que actualmente reside en Estados Unidos. Se fue de Uruguay para hacer un doctorado en Economía. “Luego me quedé pues, lamentablemente, no podemos hacer y vivir de la investigación académica en Uruguay”, comentó. “No hay mercado. Acá en Estados Unidos, un researcher en economía de primera línea recibe un excelente salario y se puede dedicar exclusivamente e eso (yo lo hice por 25 años), eso no sucede en nuestros países, con honradas excepciones. En general, un profesor es alguien que, por vocación,enseña algún curso universitario en sus horas extras. No existe una profesión como tal, salvo excepciones”, comentó. 

"No volvería (a Uruguay) para ejercer vida académica. Podría volver por otras razones, pero no está en mis planes por ahora. Estoy muy contento con mi cargo en el Banco Mundial”

Gabriela Hearst

Su primer trabajo fue en una florería, en Uruguay. Hoy, Gabriela Perezutti, fundadora y diseñadora de la marca de lujo y global Gabriela Hearst –apellido de su esposo– está a un mes de abrir su primera tienda en Nueva York, luego de años de vender vestimenta en 75 tiendas multimarca de diferentes mercados –como Asia, Medio Oriente y Europa– y carteras y zapatos directamente a sus clientas. “Siempre fue parte del plan. Por el tipo de producto y su historia, es importante que tenga su propio espacio donde contar la historia”, señaló a Café & Negocios. Contó que por ser “muy curiosa” siempre le interesó vivir en otros países. Hoy lleva su vida junto a su esposo e hijos en Estados Unidos pero se siente bien cerca de Uruguay. “Como voy todos los años, siento que Uruguay es parte de mi vida y mi existencia”, dijo la uruguaya, y contó que, al haber pasado la mitad de su vida en Uruguay, sus diseños son una combinación entre sus vivencias en su país y Nueva York. “Siempre va a haber una parte de Uruguay en todo lo que haga”, dijo. Maneja un equipo de 25 personas en la oficina de Nueva York. “No es tan grande pero es suficiente”. Dijo que para mantener la autenticidad no mira tendencias ni trabajos ajenos, ya que considera “imposible no ser impactado”. El target de su marca es una clienta “profesional, que trabaja, quiere tener productos buenos que le duren para toda la vida, que le gusta la belleza y que las cosas estén bien hechas”. “No es un producto para quien quiera tener logos por todos lados”, agregó. Hoy cree que en Uruguay trabajar en la industria de la moda es “mucho más fácil” que cuando ella vivía en el país. “No había internet. Hoy podés hacer tu producto y venderlo online a todas partes del mundo. Se puede vender al mundo sin tener que salir”, aseguró.

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