Agro > AVICULTURA

Los façoneros tienen un sueño dorado

Una adecuada periodicidad en la demanda de crianzas reportaría beneficios hasta para el consumidor
Tiempo de lectura: -'
19 de agosto de 2016 a las 05:00
Los productores familiares que prestan servicios a las industrias avícolas, pequeños empresarios comúnmente conocidos como façoneros, poseen sólidos conocimientos para desarrollar sus manejos productivos y, al menos en algunos casos, la tecnología adecuada. No obstante, no están obteniendo una rentabilidad justa y se ven limitados a la hora de progresar.

Muchos han tenido que bajar las cortinas, otros temen tener que hacerlo, algunos persisten contra viento y marea. Para que todo mejore, sostienen, la clave es que se instaure una adecuada periodicidad en la secuencia de crianzas al año: ellos, lo que quieren, es trabajar más.

El Observador Agropecuario visitó un predio productivo ubicado en Cuchilla de Rocha, muy próximo a Sauce (Canelones), donde en conjunto desarrollan su actividad las empresas dirigidas por Milton Pérez y Fernando Zinola.

Existe allí capacidad para producir en forma simultánea de 45 mil a 50 mil pollos, en tres galpones, dos con algunos años funcionando y otro de última generación, tanto que la industria con la que se trabaja ha señalado que es la "vedette" de la empresa.

Ese galpón, de 122 por 16 metros, tiene luz trifásica con carga de 20 kw, 20 ventiladores, 10 estufas, dos turbinas sobre el cielorraso para la extracción de amoníaco, bebedero y comedero totalmente automatizado con un silo anexo con capacidad para 18 toneladas de ración, balanza digital para control semanal del peso de las aves y un equipo desionizador de agua que mantiene las partículas minerales en suspensión.

Una dificultad, señalaron, es que por escasez de materia prima y costo de la misma, las camas de cáscara de arroz que habitualmente la industria cambiaba cada un par de crianzas ahora ha transcurrido un año sin que eso pueda realizarse; ese insumo se recicla.

La industria, en función de sus necesidades, establece con qué peso retira de los galpones el pollo terminado. En base a una paramétrica donde inciden factores como peso final, alimento consumido y mortandad, se decide el pago por el servicio. Por lo tanto, se cobra en función de la eficiencia lograda en los galpones de engorde.

¿Por qué no generar una tarifa de energía eléctrica diferencial para productores rurales familiares?

En cada galpón lo ideal es, citaron, instalar 10 pollos/m2. La decisión de la densidad depende de la indicación de la industria. En verano el promedio es 8,5 y en invierno es 10,8 pollos/m2.

La genética avanzó mucho e incide. El pollo puede quedar pronto para ser trasladado al complejo industrial a los 40 o 45 días, aunque algunas empresas lo retiran con 50 o más días, incidiendo en la conversión y perjudicando al façonero, con pesos que en el caso de los machos superan los 3,5 kilos y en las hembras superan los 2,4 kilos, aunque por las razones expuestas eso es muy variable.

Se considera "normal", se explicó, que el pollo consuma 2 kilos de ración por kilo de carne que produce, de ahí en más no es bueno y de ahí para abajo, cuando disminuye el uso de ración, mejora el rendimiento y por lo tanto es más rentable para el productor.

La industria aporta a los productores el pollito bebé (pollos y pollas) en lotes unisex y a veces mixtos, los productos veterinarios cuando hacen falta, la cama para los galpones, gas para calefacción, la ración y el asesoramiento técnico.

Los productores, además de la infraestructura productiva, aportan su trabajo y el de los empleados (tres en el caso de estas empresa), el agua que en este caso procede de tres pozos semisurgentes (se usa como bebida para los animales y, en verano, en un sistema de aspersión denominado foggers, como medio para enfriar el ambiente que es lo que necesita el pollo) y la energía eléctrica.

Productores de pollos
Milton Pérez y Fernando Zinola, productores en la zona de Cuchilla de Rocha.
Milton Pérez y Fernando Zinola, productores en la zona de Cuchilla de Rocha.

Ideal: 11 crianzas en dos años


Tras describir cómo se procede en sus labores, los productores señalaron que hoy el mayor obstáculo para ser más exitosos es la falta de periodicidad en la crianza. Lo ideal es alcanzar 11 en dos años, pero en la actualidad, en función de la demanda industrial, se realizan de 3,5 a 4,5 por año. La cantidad depende de la decisión de la industria que, a su vez, lo determina en función de las demandas del mercado interno y externo. Por lo tanto, la solución pasa por ambientar una demanda más elevada y constante del producto, la carne de pollo.

Estímulo y desestímulo


Una campaña de estímulo a los consumidores sobre las bondades de la carne de pollo, que sea eficiente, sería un excelente aporte.

También una campaña de desestímulo a la instauración de nuevos galpones de crianza por parte de personas (uruguayos y extranjeros) que no son productores familiares, que aparecen dispuestos a invertir mucho dinero en infraestructuras vecinas a los complejos industriales, lo que genera un desplazamiento automático de productores familiares que sí producen y viven en el medio rural.

En otro orden, admitieron que como política de país la promoción del consumo de carne de pollo debería ser mejor considerada, dado que en la actualidad, "para el INAC la avicultura uruguaya no existe", más allá del impacto social que en el medio rural implica por el beneficio para los productores familiares cuya actividad es un minifundio, en no más de ocho o 10 hectáreas en promedio.

Un espacio para el pollo


Perfectamente el pollo puede ocupar un espacio que, por su entendible apuesta al mercado exportador, deje la carne de vacuno, con ventajas en el tema precio para el consumidor. En ese marco, los productores cuestionaron la existencia de un IVA ficto a la carne de pollo, que implica $ 20 por pollo. De no estar ese costo adicional el precio al consumidor sería mucho más ventajoso y automáticamente crecer la demanda.

Además, se entiende que existen centros de consumo masivo de alimentos: comedores escolares, cárceles, refugios y centros hospitalarios, donde se debería priorizar el consumo de carne de pollo en vez de otra, que es más cara además.

En ese sentido, estos productores ven con muy buenos ojos la experiencia de la Cooperativa Nacional de la Asociación de Façoneros de Pollos Unidos (Conafpu), que nuclea a un conjunto de façoneros cuya producción se faena para comercializar al Ministerio del Interior y a la Intendencia de Canelones. Eso es muy bueno, aunque por ahora beneficia a pocos productores.

Otro aspecto enfocado por Milton y Fernando es que en su momento, "a doña María" la convencieron de que para producir un pollo de casi cuatro kilos en 60 días había que usar hormonas; y eso no sucede, hoy se produce en forma natural y más rápido por los progresos en investigación genética, alimenticia, sanitaria y tecnológica. Y enfatizaron, siempre para "doña María", que es la carne que lleva menos frío, se faena y va casi derecho a la venta, "¿qué más sano que eso?", dijeron.

Hacer bien los deberes


La exportación es otro tema clave. Dijeron que recientemente se realizó una auditoría, a cargo de una firma chilena, que concluyó que si Uruguay no hace bien los deberes, reconvirtiendo a su avicultura, la misma desaparecerá.

Si no hay una solución a corto plazo, de los actuales 470 façoneros quedará la mitad, se teme.

Admitieron que los productores tienen a diario deberes por realizar, cosas por mejorar por más que en su caso se la jugaron construyendo un galpón modelo que hasta los hizo invertir en obras viales para una adecuada carga y descarga, pero que la misma "mea culpa" deberían realizar otros actores de la cadena: la industria y especialmente el gobierno. Se entiende que existen a nivel de Cancillería, en los ministerios de Ganadería, de Economía y de Industria y hasta a nivel del Instituto Nacional de Carnes acciones que deben emprenderse.

Si al pollo se le quita el IVA ficto el precio cae a $ 73 por kilo y eso elevería la demanda.

Ahora el pollo, dijeron, está cerca de $ 80 el kilo, pero si le sacan el IVA ficto cae a $ 73 y la gente entre pagar $ 150 por un kilo de carne vacuna o menos de la mitad por un kilo de pollo no lo piensa, sobre todo en tiempos donde se decide mucho con la mano en el bolsillo.

Una góndola más variada


Cuando se les señaló que era cada vez más notoria la presencia en las góndolas de productos con mucho valor agregado, lejos de lo clásico que es el pollo entero o apenas trozado, dijeron que acá persiste la cultura de que el pollo se come entero y a las brazas y en función de eso la industria, en líneas generales, opta por volcar eso al mercado y no añadir valor con procesamientos más avanzados.

Señalaron como una buena experiencia, en su momento, hace más de 20 años, cuando la empresa Calpryca estudió el mercado e innovó con la comercialización de pollo al spiedo.

A la hora de mencionar otro obstáculo, está el costo de los insumos. Un caso clave es la energía eléctrica. ¿Por qué no generar una tarifa diferencial para productores rurales familiares? ¿Por qué no sacarle el IVA a la energía eléctrica con ese fin productivo? Eso preguntaron. Agregaron que el impacto adverso en las cuentas de UTE que puede implicar ayudar a 470 façoneros es minúsculo en relación al beneficio social, y premiando a quien más consume.

Elogios y críticas


Elogiaron, en ese marco, la actitud promovida desde el ministerio de Ganadería para otorgar préstamos parcialmente retornables para la adquisición de tecnología, lo que permitió en esta empresa adquirir uno de los bebederos automáticos y los foggers, aunque ello demandó un año y medio de gestiones, "algo que debería resolverse más rápido".

También elogiaron el estatus sanitario local, libre de la enfermedad de Newcastle, pero dijeron que eso debería aprovecharse mucho más, ambientando la imagen de Uruguay como "la cabaña aviar" de la región, pensando por qué no en exportar genética.

Otro problema es la dificultad para acceder a créditos, dificultades burocráticas, exigencias crecientes que no se aprecia, por ejemplo, cuando se solicita un préstamo para comprar un auto cero kilómetro, dijeron. Cambiar el auto en una automotora es muy sencillo, te hacen todo rápido y fácil; es mucho más complicado mejorar una unidad productiva y eso no es algo que precisamente entusiasme a la gente.

Pollos
Existe tecnología y conocimiento para producir con máxima eficiencia.
Existe tecnología y conocimiento para producir con máxima eficiencia.

Salida: fomentar contratos de integración


Los productores dijeron que de establecerse una adecuada periodicidad en la secuencia de crianzas al año, que les asegure un retorno razonable a su esfuerzo, perfectamente podrían incrementar el nivel de inversión tecnológica para incrementar la eficiencia productiva.

Eso se logra con contratos de integración, comunes en mercados de avanzada como el español, donde industriales y galponeros establecen acuerdos por períodos no menores a tres años en cuyo marco quedan claras obligaciones y deberes de ambas partes. Sobre este tema, se recibió una colaboración de la Asociación Valenciana de Avicultura, que envió el borrador del proyecto marco de integración, documento que está en manos de la Asociación de Façoneros de Pollos Unidos.

Estos productores, destacaron, tienen la fortuna de tener una muy buena relación con la industria a la cual están vinculados, pero eso no siempre sucede en todos los casos. En este relacionamiento el pago se hace entre 15 a 45 días tras la entrega de los pollos, pero hay productores que están cobrando a plazos mucho más extensos, seis meses en algún caso.

Siempre se puede mejorar, expresaron. Por ejemplo, debería haber un premio a la eficiencia productiva del façonero, que en base a un ranking los más eficientes en cada crianza tengan un estímulo y que se considere de la producción al estado de la caminería o galpones.

El predio donde hoy trabajan Milton y Fernando fue históricamente un viñedo, con bodega, rubro que dejó de ser atractivo ambientando una mudanza al actual rubro, donde la realidad no es buena, lo que genera una buena dosis de incertidumbre.

Duro achique


Los façoneros afrontan una muy adversa coyuntura. Como a todos los uruguayos, los costos se les incrementaron, en algunos casos en forma notoria. Sin embargo, hace buen tiempo que dadas las dificultades de la industria no han recibido un incremento en el cobro por su producción, problema con el cual conviven hace más de un año. Incluso, tampoco reciben los aumentos acordados y firmados. Y a eso se le añadió en muchos casos tener incluso que autorizar, a fin de seguir activos, un 10% de baja en el pago que reciben, algo que esperan sea solucionado pronto.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...