La interrogante de la semana tricolor en la previa del clásico era saber quién iba a ser el sustituto de Santiago Rodríguez, la juvenil revelación que se perdió el partido en el Campeón del Siglo por estar convocado a la selección uruguaya sub 20 que jugará el Mundial de Polonia en los próximos días.
El entrenador Álvaro Gutiérrez finalmente se decidió por Matías Zunino, en el cambio más lógico, ya que no implicó hacer otras modificaciones y además porque el lateral-volante venía subiendo su rendimiento tras la lesión que sufrió, haciendo puntos para ser titular.
El cambio tuvo dos caras. Por un lado, defensivamente, el ingreso le sirvió al DT para tener un mediocampo más armado a la hora de recuperar la pelota. Zunino, notoriamente tiene más perfil de marca que Santiago Rodríguez.
Incluso, cuando el albo quedó con 10 por la roja a Gonzalo Bergessio y tuvo que cerrarse, se valoró aún más la decisión de colocar a Zunino.
Pero a nivel ofensivo, la variante no pudo cubrir la generación de juego del volante juvenil, quien se destaca por sus asistencias de gol, y también por sus remates desde afuera del área, algo que los albos no tuvieron ni siquiera en los pies de Rodrigo Amaral, quien en los primeros 45 minutos no se animó a patear al arco.
Zunino hizo su juego habitual, con subidas por las bandas, metiendo centros y generando tiros de esquinas, y se asoció bien con el lateral por esa banda, Guillermo Cotugno
Por la izquierda, Gonzalo Castro no trascendió y se fue sentido a los 36 minutos. Por él entró Kevin Ramírez, que no tuvo acciones destacada en el primer tiempo y que en el segundo, tras la expulsión de Bergessio, tuvo que replegarse junto a los volantes.
En el segundo tiempo, Amaral tuvo que asumir más el protagonismo, tuvo un par de habilitaciones para Ramírez, pero con un esquema muy cauto de Gutiérrez -con 10 jugadores-, no trascendió y fue sustituido a los 67’. El 10 tricolor fue el jugador más adelantado en un sistema que en ese momento fue 4-4-1.
Nacional estaba replegado pero no pasaba nada en ataque. Gutiérrez se la jugó y mandó dos cambios para refrescar a su equipo y darle más protagonismo: Sebastián Fernández y Octavio Rivero ingresaron por Cotugno y Amaral, pasando Zunino al lateral derecho.
Tuvo más llegada el tricolor con esos cambios, pero el trámite del partido llevó a que debiera replegarse porque Peñarol, con uno más lo metió en su arco. Fue en esos momentos que Luis Mejía se terminó convirtiendo en figura, con dos atajadas claves y varias salidas por arriba en las que cortó el peligro.
Los tricolores terminaron defendiendo con su línea de cuatro y una zona de volantes con cinco hombres, con Rivero como el más adelantado, yendo a pelear arriba, pero sabiendo que había que cuidar el 1-1.
Se extrañó la chispa y frescura de Santiago Rodríguez en el arranque del partido, pero el desenlace del partido, con un Nacional que cuidó el empate con la desventaja de jugadores, hizo que no se extrañara tanto al juvenil.
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