La peor estocada que recibió César Gutiérrez Amaro en sus 87 años de vida fue la noticia de que una expropiación, ordenada por el presidente José Mujica en diciembre de 2011, incluye su casa y el casco de su estancia. La razón es que una investigación de la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación solicitada a docentes de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FHCE) en 2003 encontró restos arqueológicos que atribuyeron a la habitación que alojó a Artigas en el campamento de Purificación entre 1815 y 1818. Allí se pretende construir el Parque Nacional Purificación en una superficie 10 veces mayor a la que tuvo la villa y a siete kilómetros de la Meseta de Artigas en el departamento de Paysandú sin que exista unanimidad académica sobre la localización del campamento y sobre la relevancia de esos hallazgos.
L a Ley 17.631 de 2003 declaró monumento histórico el “solar” donde “estuvieran” emplazados el cuartel general de Artigas y villa Purificación a los efectos de la creación del parque. Para César Aroztegui, abogado de Gutiérrez Amaro, la investigación de la FHCE tuvo errores en la delimitación. “Fue una falla que recortó el área a buscar”, indicó.
La búsqueda estuvo comandada por el arqueólogo José López Mazz y la historiadora Ana Frega. El informe presenta “la posibilidad de que la construcción actual (obra de Nicanor Amado en 1890, bisabuelo del actual propietario) fuera el producto de una reutilización de una casa anterior (1831-1879) que a su vez realizó un reciclaje de parte de una construcción anterior. Esta construcción más vija, sería la utilizada por Artigas en la Villa de Purificación entre 1815 y 1818”.
¿Pero qué tan certera es la ubicación de Purificación? No hay unanimidad en la academia. El informe comandado López Mazz y Frega reconoce que son necesarias más investigaciones. Además incluye un capítulo que ha pasado desapercibido, el escrito por el arqueólogo Antonio Lezama del programa de Arqueología Subacuática de la FHCE. A diferencia de sus colegas, Lezama concluye que el campamento estuvo emplazado en el entorno del “Tala de Artigas” (un árbol), a más de un kilómetro y medio al noreste del casco de la estancia El Hervidero.
Luego de conocido el informe del FHCE, los académicos del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay manifestaron su discrepancia. Un documento firmado por cuatro técnicos, resaltaba que se carecía de “certeza científica” para determinar con exactitud la localización del campamento, entre otros motivos, porque se realizaron “apreciaciones erróneas” de planos del siglo XIX al compararlos con cartografías modernas. Sí se reconoce que la villa estuvo al norte del arroyo Hervidero pero se rechaza la posibilidad de identificar el casco de la estancia con “los cuartos de Artigas”. La ubicación exacta queda, entonces, en el campo de la “presunción o sospecha”.
Lezama dejó escritas unas duras palabras sobre Purificación: “Precoz campo de concentración”. Allí se “purificaban” las conciencias de quienes no se adherían a la causa artiguista. Y, por tal motivo, ninguno creyó que sea un lugar al que se deba rendirle homenaje.
El arquitecto Rubens Stagno –que integra el movimiento por la recuperación de Purificación en Paysandú y cree que la recuperación del predio y el parque deben ser “una causa nacional”– rechazó que se subraye la parte oscura. “Eso está muy lejos de lo que Artigas gestionó desde allí. ¿Cuántos decretos se hicieron allí? Allí fundó una escuela. (El ser un centro de reclusión) fue un hecho muy menor”, dijo a El Observador. La parte positiva, entonces, es la que debe ser valorizada: “Purificación fue la capital del proyecto artiguista”.
El historiador José María Olivero comparte la hipótesis de que en los alrededores de la estancia “por lo menos estaría una parte de Purificación”, al tiempo que recalcó que “sería imposible” que hubiese estado en la meseta, como soslaya el abogado de Gutiérrez Amaro. A su juicio, la zona comprendida entre ríos y arroyos era “muy defendible”, mientras que la meseta estaba “muy abierta a los vientos” y, al estar más elevada, no podría haber funcionado como puerto.
La relevancia histórica de Purificación para Olivero radica en que fue el centro de acción de Artigas para la Liga Federal.
Fue el centro de reclusión de los prisioneros contrarrevolucionarios pero, también desde allí Artigas le solicitó al Cabildo que enviara vacunas y artículos escolares, por ejemplo, con la pretensión de que Purificación se convirtiera en el centro poblado que no pudo ser. Para Olivero es necesario que “Purificación deje de ser un fantasma mental” y por tanto sea recuperado.
Por su parte, la historiadora Ana Ribeiro no reniega del valor histórico de Purificación, pero sí de la utilidad de convertir ese espacio físico en otra visita patrimonial, desconociendo el “valor productivo del presente”. Así lo expresó a El Observador: “Es muy vidrioso hacer de un sitio en donde estuvo Artigas, un lugar digno de ser considerado para el uso público”.
El mismo argumento de exaltación de Purificación podría correr para Tres Cruces donde Artigas dicta las Instrucciones del Año XIII, un evento “tanto o más importante” que el campamento de 1815. No obstante, no hay ninguna propuesta para expropiar Tres Cruces. Tampoco para la casa donde nació Artigas, en Cerrito y Colón, todavía no declarada monumento histórico, a pesar de que hay certezas históricas.
La estancia de Gutiérrez Amaro abarca 1.600 hectáreas. Es una casa colonial, de 32 habitaciones, terminada 76 años después del campamento y 44 años después de la muerte del prócer.
Aroztegui, el abogado de Gutiérrez Amaro, utiliza varios argumentos para rechazar la conclusión de López Mazz y Frega. En primer lugar, el texto expresa una “posibilidad”. El otro es extraído de documentos históricos. El hallazgo de “restos de mampostería y de ladrillos” contradice las descripciones que se tienen de Purificación. Una de ellas fue la del escocés John Robertson que aludió a una “choza” ubicada a orillas del río Uruguay. Los materiales utilizados eran palo, paja y barro. Era un rancherío.
De los datos históricos se estima que el campamento no tenía más de 20 hectáreas. No obstante, la orden de expropiación abarca a 191 hectáreas. Aroztegui explicó a El Observador que el plano confeccionado para tales efectos no señala ni donde estuvo la villa ni el cuartel de Artigas ni tampoco hay un anteproyecto del parque.
El presidente de la Junta Departamental de Paysandú Daniel Arcieri admite lo del tamaño pero defiende el plan. “No sé porqué se llegó a 200 hectáreas. No están los detalles del proyecto. Pero los estudios determinaron que Purificación estuvo allí. Que Artigas gobernó desde allí. Hectárea más, hectárea menos”, apuntó.
Consultado por el destino de la casa, Arcieri manifestó que no hay ninguna opción tomada al respecto de si será un museo, o si habrá un monolito, o cómo se hará del sitio un homenaje al Protector de los Pueblos Libres. “Una de las tantas cosas que se puede hacer es la recreación de Purificación”, dijo. Lo único que es por ahora claro es que se pretende inaugurarlo en 2015 cuando se celebre el bicentenario del campamento artiguista. “Purificación va a ser patrimonio de todos los uruguayos”, afirmó.
Según el propietario, la residencia y la infraestructura productiva tienen un valor que ronda los US$ 15 millones. Aroztegui informó que se lo tasaron por US$ 800 mil al inicio del litigio. La semana pasada el propietario recibió la visita de un equipo del Ministerio de Transporte y Obras Públicas que realizó el inventario que determinará el valor final de la expropiación. “Yo no quiero los US$ 15 millones ni se los pido. Quiero que me dejen vivir, trabajar y morir en paz en esta casa”, expresó Gutiérrez Amaro.
Los hallazgos arqueológicos incluyeron balas de plomo, restos de bayonetas y empuñadura de sables. Según Aroztegui, las investigaciones no encontraron ningún elemento directamente relacionado con la época artiguista (por ejemplo, monedas o hebillas de uniformes) en el casco de la estancia. Sostiene que las balas halladas también eran utilizadas por tropas portuguesas o fuerzas oribistas, o del general Garibaldi que ocuparon El Hervidero después de Artigas. “En el área en que se pretende ubicar los llamados ‘cuartos de Artigas’ no apareció ni una sola moneda, mientras que sí se hallaron en la meseta y sus alrededores”, relató.